Los casi 200 puntos de hallazgo donde se han encontrado decenas esqueletos de mamuts, camellos, caballos y bisontes, en el futuro aeropuerto de la Ciudad de México, dan cuenta del descubrimiento paleontológico más importante en América Latina por concentración de individuos.
El rico yacimiento de fósiles se ubica a unos 50 kilómetros de la capital mexicana, en los terrenos del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, que se construye en la base militar de Santa Lucía por orden del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el lugar, a inicios de junio, se reportó el descubrimiento de unos 60 mamuts y prácticamente en unos cuantos meses los hallazgos se han triplicado, además de que ya se cuenta con inventario de más de 8,000 huesos.
“Nunca soñamos con un proyecto de esta magnitud, es un reto y es una felicidad porque estas oportunidades pocas veces se tienen”, dijo en entrevista con Efe Rubén Manzanilla López, responsable de salvamento arqueológico en Santa Lucía del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Recordó que la zona Santa Lucía está asentada en lo que antiguamente fue el lago de Xaltocan, la cual atrajo a muchos animales en diversos periodos.
“Esta era zona muy pantanosa hace unos 10,000 años y los animales quedaban atrapados en el fango e irremediablemente morían”, agregó.
El experto dijo que se tienen varios tipos de evidencias “ya que hay restos de animales que aparecen dispersos y otros que aparecen casi completos” como ocurrió con un mamut cuya osamenta fue hallada en más del 90%.
Manzanilla explicó que la mayor cantidad de hallazgos ha ocurrido al norte de la base aérea “donde pudo ser algo así como una zona de oleaje que fue acumulando huesos donde los individuos aparecen completos” y que los hallazgos indican que en aquel tiempo existía una fauna muy característica del pleistoceno tardío en la zona.
“Hasta ahora tenemos evidencia de la presencia de camellos, caballos, mamuts, bisontes y posiblemente de tigre diente de sable. Todos convivieron aquí, unos como herbívoros y otros como carnívoros”, contó.
Además, el especialista contó que están a la espera de estudios de “huellas de uso” en algunos huesos.
Esto para ver “si hubo un aprovechamiento por parte del hombre ya que a veces el uso de herramientas deja marcas en los huesos o saber si los huesos de los mamuts y otros animales era utilizados como herramientas”, pero dicho proceso que está en desarrollo.
¿POR QUÉ CONTINÚA LA CONSTRUCCIÓN DEL AEROPUERTO?
Para el jefe de la mesa de rescate arqueológico y paleontológico del proyecto del nuevo aeropuerto, el ingeniero militar José de Jesús Cantoral Herrera, la continuación de la obra del aeropuerto ha sido posible, al tiempo que se realizan las exploraciones, debido a la gran extensión del proyecto.
“Tenemos más de 4,200 hectáreas en las que se desarrollan los trabajos del aeropuerto, pero los puntos de hallazgo no representa, en conjunto, ni siquiera el 1%”, explicó a Efe.
Recordó que cada una de las zonas de restricción donde se llevan a cabo las exploraciones miden unos 225 metros cuadrados “o hasta donde los arqueólogos indican el punto donde los hallazgos no se verán afectados”.
Explicó que cuando se lleva a cabo un nuevo hallazgo y se detectan restos óseos se hace la restricción del área la cual es liberada “hasta que los restos sean intervenidos y explorados por el personal de arqueología”.
El ingeniero militar recordó que ya con las restricciones en los lugares de hallazgo, los trabajos pueden continuar pero siempre bajo supervisión y hasta que se determinen que no hay afectación alguna en el sitio.
“Tenemos un equipo de supervisión que vigila cada uno de las máquinas que están trabajando y ahora mismo existen 20 unidades paleontológicas de excavación activas, con diferentes contextos y en las que los ejemplares tiene diversos grados de conservación”, apuntó.
El ingeniero militar señaló que gracias a la construcción del aeropuerto en Santa Lucía se pudo descubrir este patrimonio “que seguramente va arrojar mucha información científica”.
EL RESCATE, A CONTRATIEMPO
Con el tiempo encima, porque la inauguración del aeropuerto fue programada por el presidente para el 21 de marzo de 2022, el rescate sucede a la par de las obras y va a alta velocidad.
“En una obra o en un rescate siempre estamos a contratiempo”, dijo Manzanilla, quien recordó que cada semana hay una reunión entre ambas instituciones donde el Ejército informa en qué áreas estarán para que el INAH envíe a sus arqueólogos a supervisar.
“En caso de que se dé un hallazgos, se restringe el área y de inmediato comienzan los trabajos de recuperación”, apuntó.
Para el arqueólogo el hallazgo es el mayor en América Latina, por concentración de individuos, aunque existen otros lugares como el rancho La Brea en California que tiene más de 100 años recuperando restos de mamuts y camellos.
“En México es el más grande y a nivel Latinoamérica, es uno de los más importantes sino es que el más importante, considerando que todavía no terminamos la exploración y trabajaremos lo que resta de este año y parte del 2021 tiempo en el que seguirán apareciendo restos. Ahora mismo en bodega tenemos mas de 8,000 huesos ya en inventario”, apuntó.
En ese sentido, la arqueóloga Araceli Yañez, de la Universidad Autónoma del Estado de México, contó que la actividad en el área es intensa y las jornadas de trabajo comienzan a las 7 de la mañana, hora local.
La especialista, quien está a cargo de un equipo que rescata el esqueleto de un mamut, prácticamente íntegro, señaló que en ese ejemplar invertirán unos 40 días con un equipo de 15 personas.
Los mamuts existían en la Tierra desde hace más de cuatro millones de años y llegaron hace 40,000 años a América gracias a la glaciación del estrecho de Bering, desde donde se expandieron hasta Centroamérica.
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