Nortexit: así se recrudeció el descontento de los estados del norte con el gobierno federal

Durante la visita de López Obrador a Nuevo León, el “Bronco” reconoció que tienen diferencias

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(Foto: Twitter)
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En un primer momento, el #Nortexit representa solo una broma que cada tanto tiempo revive haciéndose tendencia en redes sociales: una “República del Río Grande” –en alusión a la rebelión de 1840 con la que Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas buscaban independizarse del gobierno de Antonio López de Santa Anna; resultó fallida– cuyo territorio comprendería los estados de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Durango, Nuevo León, Zacatecas, Tamaulipas, Nayarit, Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes y San Luis Potosí.

(Twitter: @leonel8977)
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Incluso las razones explicadas, que van desde argumentos económicos -poco sustentados- hasta prejuicios clasistas, hacen que todo esto quede en una simple burla.

Sin embargo, a diferencia de otras ocasiones, en el contexto actual esta broma coincide con factores reales que parecieran encaminarse a los mismos términos del reclamo.

Y es que aunque -es preciso dejar claro- los ánimos separatistas de la idea del #Nortexit se reducen a una mera broma, lo que es real es la creciente molestia que en las últimas semanas han externado algunos gobernadores de la zona norte -Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila- hacia el gobierno federal.

Todo parte de una queja que desde hace años mantienen los estados del norte: aseguran que hay una injusta repartición fiscal hacia sus entidades. Es decir, tienen la sensación de que reciben menos de lo que aportan a la federación.

El tema nunca había parecido evolucionar... hasta ahora.

La emergencia sanitaria por el COVID-19 y la inevitable crisis económica que la acompaña han dejado al descubierto desacuerdos y falta de organización reales entre los estados del norte y el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Los gobernadores norteños -donde se concentra la mayoría de la actividad empresarial del país- esperaban e insistieron en que López Obrador estableciera estímulos fiscales -condonación y reducción de impuestos– para tratar de ayudar a los empresarios a encarar el escenario negativo generado por el nuevo coronavirus.

Sin embargo, AMLO dejó claro desde el inicio de la emergencia sanitaria que los estímulos fiscales no iban a ser opción, y que en cambio bastaría con no cambiar la política monetaria que ya ha venido manejando y no subir los impuestos ya establecidos.

Esto intensificó el desacuerdo con el pacto fiscal.

Por ejemplo, el 13 de abril, en entrevista para Milenio, el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez declaró: “Nuevo León es un estado que aporta demasiado al país, eso lo sabe todo mundo, y sí creo que es tiempo de que el centro ponga sus ‘barbas a remojar en ese sentido’; que el sur-sureste también se ponga la pilas en ese sentido, que tiene que producir y ser productivo, y que empecemos a igualar condiciones porque es injusto que la gente del norte trabaje demasiado, pague y tenga una paga fiscal enorme (...) creo que es justo que el centro deje de andar repartiendo el dinero como si fuera ‘Santo Clos’ y que sea un tema de equidades".

Aunque, eso sí, aclaró que no era su intención tocar el tema del pacto fiscal en momentos de la emergencia sanitaria.

Precisamente, a la par de que se iba extendiendo la pandemia, los gobernadores de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme; Nuevo León, Jaime Rodríguez; y de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, conformaron un bloque en conjunto con la iniciativa privada para contrarrestar las afectaciones por el COVID-19. Desde el ámbito económico hasta la atención en hospitales y la coordinación para la vigilancia en temas de movilidad dentro de la zona triestatal. Incluso al grupo se sumaron los gobiernos de Durango y Michoacán, cuyos mandatarios participan en las reuniones virtuales que periódicamente han sostenido.

(Twitter: @mrikelme)
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Para el politólogo Víctor Alarcón Olguín, el actual descontento de dichos mandatarios estatales radica en la desatención que el gobierno federal tiene con esos estados: “El asunto de fondo es lo que le piden los gobernadores al presidente: alternativas para no cesar la activación económica y enfrentar la pandemia de manera mucho más coordinada, no solamente tomando decisiones desde arriba y desde lejos".

En entrevista para Infobae México, el experto señaló que el punto central de este tema es que el presidente López Obrador “realmente desatendiendo la relación con los gobernadores”, y que esta pandemia ha sacado a la luz el viejo tema de la falta de equidad en la distribución de los recursos recaudados en el país.

"Esto impide que una buena parte de las entidades federativas, por ejemplo en situaciones de emergencia como la que estamos viviendo, pudieran haber tenido mucho mayor margen de maniobra con recursos propios para haber atendido de mejor manera y más rápida el sistema de salud o generar empleos temporales”, explicó.

Y ahora, precisamente los gobiernos de Coahuila, Nuevo Léon y Tamaulipas anunciaron que en esas entidades el ciclo escolar será terminado en línea, no habrá regreso a las aulas. Decisión que difiere con el reciente anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador que detalló el próximo regreso a la “nueva normalidad”, mismo que si prevé la vuelta a las aulas para finalizar el cliclo en curso.

Además, no dejan de lado su inconformidad con el pacto fiscal, aunque mantienen su postura de que no buscan pararse de la mesa, sino convencer al presidente de que se hagan los reformas que consideran justas.

Cabe señalar que la sinergia de los mandatarios estatales de la zona noreste del país no empezó a raíz de la pandemia, ya había en la zona problemas como la inseguridad provocada por acciones del narcotráfico, así como la ola de migrantes que durante el año pasado llegó y se asentó en las inmediaciones de la frontera con la intención de cruzar a suelo estadounidense.

Víctor Alarcón explicó a Infobae México que todas esas circunstancias propician un caldo de cultivo para el descontento de los ciudadanos de esas entidades del norte, así como la percepción de que son olvidados por el gobierno nacional. “Lo preocupante es que el presidente no tenga la sensibilidad para generar el más mínimo espacio para siquiera discutir el tema” agregó.

“¿Esto va a escalar?, probablemente sí, porque ya no es solo por el asunto del COVID; el asunto es que la mala relación que tiene AMLO con los gobernadores, es decir, la falta de interacción, la falta de coordinación”, concluyó el analista político.

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