Un sujeto de 17 años, identificado como Edwin “N”, fue detenido después de asaltar un peatón, a quien le robó un reloj de un valor aproximado de USD 20,000 en la colonia Polanco, alcaldía Miguel Hidalgo, en la Ciudad de México.
El acusado estaría relacionado con otros dos robos de relojes en los restaurantes de mariscos Fisher’s, en las sucursales de Santa Fe y Nápoles, según el guardia de seguridad de dicho establecimiento, informó Excélsior.
La víctima pidió el apoyo de policías tras sufrir el asalto en la calle de Hipólito Taine, esquina con Horacio, en la colonia Polanco, de acuerdo con los reportes.
El hombre de 51 años relató que Edwin “N” se le acercó para después amagarlo con un arma de fuego, quitándole su reloj marca Rolex con un valor estimado de USD 20,000. Posteriormente se dio a la fuga corriendo.
Elementos de la policía capitalina iniciaron una persecución y lograron detener al presunto culpable de 17 años de edad, con domicilio en la colonia Plaza Aragón, en el municipio de Nezahualcóyotl, en el Estado de México.
Al realizar una revisión preventiva se encontró un arma de fuego de la marca Colt, series 80 y calibre 380 con siete cartuchos útiles. También fue hallado el reloj Rolex color oro con plata, el cual la víctima del asalto reconoció como de su propiedad.
El detenido y los objetos robados fueron puestos a disposición del Ministerio Público Miguel Hidalgo 5.
Por otro lado, también en la capital son al menos 100 los detenidos en el último año por las autoridades, hombres y mujeres de nacionalidad colombiana, que operan las bandas que se han extendido de la Ciudad de México y el Estado de México a Puebla, Veracruz, Querétaro, Monterrey, Aguascalientes, León, y Guanajuato.
Aquellos que se dedican a investigar la forma de actuar de estas bandas de ladrones señalan, de acuerdo con Excélsior, que llegan a México a través de Cancún. De ahí se trasladan a la capital y, según confesiones de los mismos detenidos, pagan por lo menos 8,000 pesos a elementos del Instituto Nacional de Migración para que se les permita la entrada al país.
Al llegar a la Ciudad de México son recibidos por connacionales que ya están “instalados”: a veces, si son patrocinados por alguien que les pagó gastos como el vuelo, comida, y hospedaje, se dedican a robar para esas bandas por al menos seis meses sin recibir ninguna ganancia y así saldar sus deudas.
Los que llegan desde Colombia sin dinero viven principalmente en colonias como Guerrero, Doctores, y Morelos. Los líderes de las bandas, o los que “patrocinan”, viven en colonias como Polanco, Juárez, y la Roma.
Para robar rentan automóviles cerca del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y escogen aquellos que se mimeticen con la zona en la que van a robar. Después, y antes de cometer el crimen, acuden a centros comerciales para robar placas de vehículos estacionados y ponérselas a los rentados.
Así, cuando elementos de seguridad capturan las placas de los vehículos de delincuentes, no existen reportes de robo porque las placas están sobrepuestas.
Las mujeres colombianas son las encargadas de buscar y distraer a las víctimas. La banda se comunica a través de manos libres y llamadas colectivas para coordinarse y, por lo general, roban de viernes a domingo. Ha habido reportes de grupos que utilizan drones para observar las casas que quieren saquear.
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