La tranquilidad de Pajapan, Veracruz, se vio interrumpida el 3 de agosto de 2014 cuando empezaron a circular en redes sociales fotografías de una supuesta sirena muerta.
Pajapan es uno de los 212 municipios de la entidad y tiene su ubicación en la zona sur del Estado. Según el último censo tiene una población de 14,621 habitantes. Es famoso por sus festividades religiosas a San Juan de Dios, la Virgen de Guadalupe y la Semana Santa.
Sin embargo, el hallazgo del supuesto cadáver de la sirena puso al poblado en el mapa internacional, ya que en pocas horas, las fotografías fueron compartidas al menos 13,000 veces, según publicó Infobae en su momento.
Los más crédulos celebraban la aparición de este ser mitológico e invitaban a buscar más ejemplares. Los escépticos sostenían que era todo un invento. Y los rigurosos exigían una investigación.
Pero la discusión y el misterio no duraron demasiado. Pronto se descubrió que la sirena era parte de los efectos especiales de la serie de la película “Piratas del Caribe: en mareas misteriosas”, filmada en 2011 en la zona de Veracruz.
La sirena de película es un diseño de Joel Harlow, uno de los más famosos maquilladores de Hollywood, ganador del Oscar.
Muchos consideraron que la aparición de la sirena en la playa se trató de una estrategia publicitaria para promocionar la quinta película de la saga, sin embargo, los productores no explicaron si la habían olvidado, desechado o simplemente la habían abandonado de manera intencional.
Aunque en el país abundan las leyendas sobre sirenas, una de las más famosas es la Metepec, en el Estado de México.
Hace más de 11,000 años esta era una zona lacustre rodeada de pantanos y nueve lagunas.
Según la leyenda, antes que los mexicas invadieran el Valle Matlazinca, una extraña deidad mitad mujer y mitad serpiente gobernaba la región. Todos la conocían como la Tlanchana. Su nombre proviene de las palabras en náhuatl: atl (agua), tonan (madre) y chane (espíritu mágico).
Una publicación de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Tlanchana era una hermosa mujer que pasaba los días sobre un islote y los lugareños la contemplaban escondidos detrás de los árboles de tule, ya que siempre estaba desnuda, únicamente portaba una corona, collares y un cinturón adornado con peces, acociles y ajolotes.
A pesar de su belleza, era posesiva y vengativa. “Cuando estaba contenta presumía su cola de serpiente negra, lo cual era un buen augurio para los pescadores, porque les permitía tener abundancia de peces entre sus redes. Si se enamoraba de algún humano, su cola se convertía en un par de piernas y salía del agua para buscar a quien atrapó su mirada, pero si el sujeto no hacía caso de su belleza, entonces empleaba su cola de reptil para enredarlo y llevarlo a mitad del lago, donde lo ahogaba”, según la publicación.
Con el paso del tiempo y la llegada de los conquistadores españoles, las lagunas se secaron, sin embargo, aseguran que en Metepec aún se escucha el canto de Tlanchana y una prueba de ello es un monumento en su honor en el Parque Juárez, el más importante del municipio.
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