Agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), publicaron recientemente un folleto conjunto en el que se explica el trabajo que desarrollan en relación al proyecto del Tren Maya, y en coordinación con las dependencias del Estado mexicano encargadas del mismo.
El trabajo que realiza cada una de las cuatro Agencias de la ONU involucradas en el proyecto busca el cumplimiento de la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, poniendo a las personas en el centro de todos sus esfuerzos
Una de las Agencias involucradas es la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Su participación en el proyecto del Tren Maya buscará articular los principios de sus programas más emblemáticos, como la Lista de Patrimonio Mundial y la Red de Reservas de la Biosfera, así sus cinco ámbitos de acción: educación, ciencias naturales, ciencias sociales, cultura y comunicación.
El documento detalla que el proyecto del Tren Maya involucra a seis sitios que se encuentran en la lista de Patrimonio Mundial: las ciudades prehispánicas de Uxmal y Chichén-ltzá, en Yucatán; las zonas arqueológicas y áreas naturales protegidas de Palenque, en Chiapas; Calakmul, en Campeche; y la reserva de la biósfera de Sian Ka’an, en Quintana Roo.
La ruta de tren incluye también cinco reservas inscritas en la Red Internacional de Reservas de la Biosfera: los bosques tropicales protegidos de Calakmul, en Campeche; la reserva de Ría Celestún, en Yucatán, así como las reservas de Sian Ka´an, de Banco Chinchorro y de la Isla de Cozumel, en Quintana Roo.
La participación de la UNESCO tiene como objetivo la aplicación de las medidas necesarias en el proyecto del Tren Maya para que cumpla con los compromisos internacionales adquiridos por México en materia de conservación del patrimonio cultural y manejo sostenible de la biodiversidad, desde el diseño mismo del proyecto de desarrollo.
“Para la UNESCO, “la integración regional debe partir del fortalecimiento de aquello que las comunidades de la zona tienen en común: su identidad cultural”.
Otra de las Agencias involucradas es el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat), que estará encargado de brindar asistencia técnica en materia de ordenamiento territorial en los cinco estados por donde pasará el Tren Maya.
Además impulsará mecanismos informativos para hacer llegar a la población los detalles del proyecto y sus posibles impactos; desarrollar propuestas específicas de desarrollo microregional y de planeación urbana, así como acompañar el proceso de “relocalización consensuada” con la población que se pueda ver afectada por la construcción y operación del Tren Maya
ONU-Habitat publicó ya una evaluación del proyecto del Tren Maya en mayo de este año, la cual concluye que este megaproyecto ferroviario generará casi un millón de nuevos empleos y sacará de la pobreza a más de un millón de personas en el sureste de México.
También participa la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONUDH) invitada por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y la Secretaría de Gobernación.
Esta Agencia internacional de la ONU se ha encargado de observar los procesos de consulta en torno al proyecto del Tren Maya y de emitir sus observaciones y recomendaciones al respecto. Según indica el folleto publicado recientemente, su participación tiene como objetivo el respeto y protección de los derechos humanos, así como el impulso a la inclusión social, económica y política de las personas y pueblos indígenas, y su acceso a la información.
La ONU-DH ha emitido ya algunas observaciones sobre el proceso de consulta en torno al proyecto del Tren Maya. En diciembre pasado consideró que la consulta no cumplía con todos los estándares internacionales necesarios, ya que en las asambleas informativas no se abordaron los posibles posibles impactos negativos del proyecto, además de que las traducciones a idiomas indígenas -cuando las hubo- fueron inadecuadas.
También participa la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), brindando asistencia técnica para garantizar el cumplimiento de los mejores estándares y las buenas prácticas internacionales en temas de gestión, licitaciones e infraestructura; además de participar en las supervisiones de obra y los estudios de impacto ambiental.
Además la UNOPS aportará los conocimientos especializados de sus expertas y expertos en gestión de proyectos, ingeniería ferroviaria e infraestructura pública, contrataciones de obras, gestión ambiental, social y arqueológica, entre otros campos.
Sin embargo, respecto a todos estos convenios con las diversas Agencias de la ONU, el gobierno de López Obrador ha sido opaco respecto al gasto que implica para el erario público esta asistencia internacional.
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AQUÍ EL DOCUMENTO ORIGINAL PUBLICADO POR LA ONU: