El terrible saldo del “golpe al avispero”: el crimen organizado sobrevivió a la guerra del narco y se fragmentó en 196 células

Las ofensivas que ha emprendido el gobierno mexicano en contra de los cárteles de la droga se han traducido en divisiones delincuenciales que tienen al país en llamas

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Cinco mujeres, tres de ellas
Cinco mujeres, tres de ellas menores de edad, fueron asesinadas a balazos en un domicilio ubicado en el municipio de Nicolás Romero, en el central Estado de México (Foto: EFE)

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El crimen organizado en México sobrevivió a los asaltos militarizados del gobierno y se fragmentó en células delictivas más pequeñas que ahora constituyen 196 organizaciones activas, advirtió International Crisis Group en un nuevo video compartido en sus redes sociales.

El gobierno debería trabajar con socios locales y reconstruir las instituciones estatales en zonas conflictivas. Todos los esfuerzos que se han hecho hasta ahora han fracasado. También, además de reconocer que la crisis humanitaria ha provocado miles de desplazamientos, deben apoyar a los organizaciones que se dedicar a buscar personas desaparecidas”, explicó la ONG.

En los últimos dos años el país ha pasado por momentos extremadamente violentos, particularmente en los últimos meses, según muestran las cifras.

El 7 de junio se registraron 117 asesinatos en 24 horas, el día más violento del año hasta la fecha. El récord anterior ocurrió el 20 de abril, cuando 114 personas murieron en el lapso de un día. Sin embargo, si la tendencia continúa, el 2020 podría convertirse en el año más sangriento en la historia de México.

El crimen organizado de México sobrevivió a los asaltos militarizados y se fragmentó

Organizaciones criminales han tenido en la mira tanto a elementos del Ejército mexicano de bajo rango como a figuras políticas de alto perfil. Ha habido masacres y asesinatos cuidadosamente planeados. “Este es un costo que ahora estamos pagando por años y años de impunidad perfecta y continua en México”, declaró Falko Ernst, un analista de International Crisis Group.

Uno de los atentados con mayor impacto ocurrió el pasado 26 de junio, cuando una treintena de sicarios le dispararon a la camioneta donde viajaba Omar García Harfuch, el jefe de la policía de Ciudad de México, en una de las zonas más exclusivas de la metrópoli al filo del amanecer. Los dos escoltas que iban con él y una mujer que pasaba por el lugar no lograron sobrevivir al ataque. García Harfuch recibió tres impactos de bala y múltiples esquirlas.

A pesar de recibir tres impactos de bala, García Harfuch sobrevivió el atentado y señaló al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como la organización que estuvo detrás.

Luego del atentado, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) reforzó el rastreo de llamadas telefónicas del CJNG. Gracias a una de estas intervenciones pudo saberse sobre los planes de atentar contra actores de la vida política de primera línea como Marcelo Ebrard, Alfonso Durazo, Santiago Nieto y Omar García Harfuch.

Omar Hamid Garcia Harfuch (Foto:
Omar Hamid Garcia Harfuch (Foto: AFP)

El mismo cártel está implicado en otras balaceras y masacres recientes. En Irapuato, en el estado de Guanajuato, atacantes ingresaron a un centro de rehabilitación, o un anexo, y obligaron a los pacientes y al personal a tirarse al suelo antes de ejecutar a uno por uno.

En la matanza, que supuestamente forma parte de la guerra entre el Cártel Santa Rosa de Lima y el CJNG, 26 personas fallecieron. Guanajuato era considerado una de las entidades federativas más pacíficas en México, sin embargo, se ha convertido en la más peligrosa gracias a la extensión de la influencia del CJNG en diferentes áreas del país.

Falko Ernst argumentó que el problema que subyace es la delgada línea entre las fuerzas de la seguridad del estado y el crimen organizado. “Aunque el CJNG se ha declarado públicamente como enemigo del estado, todavía hay varias conexiones sospechosas con fragmentos del estado, incluyendo en un nivel federal”, dijo.

Para varios en México, el periodo entre 2009 y 2011 trae recuerdos escalofriantes: ampliamente considerados como uno de los peores años de la guerra contra el narcotráfico en el país, era un tiempo de feroces aniquilaciones violentas entre los cárteles. Comunidades vivían bajo un sistema de toque de queda y balaceras para luchar por el control territorial eran comunes.

Sin embargo, mensualmente, las cifras de homicidios son más altas hoy en día. Las matanzas observadas en el 2019 y este año sugieren que México ha regresado a un patrón familiar de violencia, aunque algunas regiones se mantengan en cuarentena debido a la pandemia de COVID-19.

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