De abrazos, no balazos al despliegue de militares en las zonas conflictivas: AMLO y su relación con las fuerzas armadas

“Abrazos, no balazos” fue la frase que causó polémica. El presidente Andrés Manuel López Obrador, desde su campaña, anunció que la lucha en contra del narcotráfico y el crimen organizado sería a través de la promoción de empleos y programas sociales.

Su estrategia de seguridad, a partir de que asumió la presidencia el 1 de diciembre del 2018, sería diferente: ya no se utilizaría a las Fuerzas Armadas para combatir la violencia. Sin embargo, casi dos años después, los planes cambiaron.

Criticada anteriormente por el mandatario, fue obligado a hacer lo mismo que sus antecesores y ordenó el despliegue de miles de soldados y marinos en diferentes entidades federativas del país para que se encargaran de la seguridad pública.

Mientras tanto, el presidente no ha explicado el por qué de su cambio de decisión.

A pesar de la pandemia por coronavirus, las medidas de distanciamiento y el encierro de la población por las medidas que adoptó la Jornada Nacional de la Sana Distancia, en el mes de junio 2,413 personas fueron asesinadas en territorio mexicano, es decir, un promedio de 80 fallecieron al día por homicidio.

De acuerdo con las cifras del gobierno federal, junio se posicionó como el cuarto mes más violento del año, sólo por detrás de marzo (2,585), abril (2,492) y mayo (2,423). En 2019 se alcanzó la cifra anual de homicidios dolosos más alta de la que se ha tenido registro en los últimos 20 años: 34,582, un promedio de 95 diarios.

El mismo mandatario ha admitido que las estrategias de seguridad no han podido frenar la violencia en el país: “Estamos atendiendo lo del coronavirus, pero desgraciadamente seguimos teniendo problemas con homicidios”, declaró.

David Peña, abogado del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, declaró a BBC Mundo que “implícitamente es un reconocimiento de que la estrategia no está dando resultados”, por lo cual se necesita reemprender el despliegue de militares a las zonas más violentas del país.

“No es tanto una claudicación pero sí un reconocimiento de que no hay resultados. Además la realidad nos confronta”, dijo el abogado.

Otro factor que podría explicar el incremento de inseguridad en México, según expertos consultados por BBC Mundo, es que la Guardia Nacional (GN), organismo conformado por policías y militares con tareas de seguridad ciudadana, todavía no está completamente integrada.

La GN todavía no está en las entidades de mayor riesgo en el país: las órdenes, por lo tanto, es que soldados y marinos colaboren con la corporación. Así, los militares permanecerán en las calles hasta el final del gobierno de López Obrador. Actualmente se cuenta con aproximadamente 76,000 elementos, pero el objetivo es reclutar 140,000.

La creación de la Guardia trajo duras críticas al mandatario, ya que se le acusó de implementar lo que por tanto tiempo había criticado como una estrategia fallida. Gerardo Rodríguez Sánchez y Paula Montserrat Aguilar, investigadores de la Universidad de las Américas de Puebla, afirmaron en México tiene una “fuerte dependencia” de los militares para las estrategias de seguridad pública.

Otros, como Javier Sicilia, poeta y fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, declaró que la GN significa militarizar al país. ”Está realizando el sueño de Felipe Calderón, que las Fuerzas Armadas realicen tareas de seguridad pública”, dijo.

Desde el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari, de 1988 a 1994, se ha implementado la estrategia de militares en funciones de policía: utilizar al ejército para combatir la inseguridad.

Sin embargo, en esta administración existe una diferencia. El abogado David Peña explicó que ahora hay una regulación sobre las funciones del Ejército y la Marina en tareas policiales. El mandatario, por su parte, ordenó que los militares deben respetar, siempre, los derechos humanos. A diferencia de otros sexenios, no podrán detener personas sin las órdenes de la autoridad civil ni realizar investigaciones.

Peña también explicó que es muy temprano para afirmar que la estrategia del presidente ha fracasado. “Hay un plazo para que la Guardia Nacional y las policías se fortalezcan. En 2024, si no se ha logrado cambiar o la Guardia Nacional no establece control territorial, entonces se puede hablar de un fracaso”, dijo.

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