El tamaño de las nubes que conforman los polvos provenientes del desierto del Sahara no se habían visto desde hace medio siglo, en la región Caribe, Golfo y sur de EEUU, según Luis Antonio Ladino Moreno, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Lo anterior, consignado por el registro histórico del proyecto CALIMA-PH, liderado por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), la universidad de Puerto Rico y en que también participa la UNAM, de acuerdo con Ladino Moreno.
La investigación mide los polvos del Sahara en el Caribe y partes continentales del norte de América, este proyecto opera en sedes de Miami, Puerto Rico, Isla Gudalupe, Barbados, Martinica, la Guyana Francesa y en Mérida, Yucatán, México.
“Entonces, como somos parte de este proyecto que es liderado por la NASA y por la universidad de Puerto Rico, por la doctora Olga Mayol Bracero, ellos hicieron todo este récord histórico y ellos son los que nos están proporcionando toda la información de que esta masa de aire tiene características que no se habían visto en los últimos 50 años”, refirió el doctor en Ciencias en entrevista para Infobae México.
A su vez, Ladino Moreno, doctorado en la Universidad Politécnica de Zúrich, dijo que las afectaciones de los polvos saharianos para este año en México están al doble de la concentración de partículas de aerosoles observadas en 2017 y 2018.
“En la península de Yucatán en el 2017 y en el 2018, la concentración máxima que vimos de PM 10 era más o menos de 120 microgramos por metro cúbico y este año llegamos ya a los 210, con ello te das cuenta de la diferencia que hay entre plumas del desierto del Sahara que llegaron en 2017 versus la que está llegando últimamente, es mucho mayor porque tiene más partículas, una diferencia de 100 microgramos por metro cúbico, básicamente el doble de lo que nos estaba llegando, es bastante alto”, alertó.
Aunque se desconocen las razones de este aumento, Ladino Moreno comentó que pasarán al menos dos años para obtener una respuesta al analizar a fondo los datos recopilados.
“Ahorita viene la tarea de la comunidad científica de explicar el por qué, como es un evento atípico no se predijo, nadie se lo esperaba, simplemente se dió, ahora viene la tarea de entender, pero creo que en eso tardaremos al menos un par de años”, explicó.
Anualmente, “las plumas” de polvo atraviesan el Atlántico y el mar Caribe y, en algunas ocasiones, llegan con mayor o menor magnitud a México. Tal como la época de huracanes, este fenómeno meteorológico a veces presenta más intensidad que otras ocasiones.
“Hay años que son de una alta actividad y años que son de una baja actividad, porque lo que pasa en la atmósfera depende de la circulación de la atmósfera, depende de la parte oceánica, de cómo se está dando cada año esa interacción océano atmósfera”, precisó Ladino Moreno.
Hay tres variables para determinar la magnitud de los polvos del Sahara, una es el espesor óptico, la otra el área cubierta y las partículas registradas desde la superficie terrestre.
El espesor óptico se refiere a “qué tantas partículas hay en una columna de la atmósfera, si yo me paro aquí y miro hacia arriba de mi cabeza y miro cuántas partículas de aerosol hay por encima de mi cabeza, en esa columna, eso se llama espesor óptico”, detalla el licenciado en Química por la universidad del Valle, Colombia. Esto es, qué tan densa es la masa de aire, si muy gruesa o tenue.
De acuerdo con Jason Dunion, investigador de huracanes de la Universidad de Miami, la masa de aire del Sahara que ocupa el Atlántico es una capa de la atmósfera de 3.2 a 4 kilómetros de espesor, con su base comenzando aproximadamente 1.6 kilómetros por encima de la superficie terrestre.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres calcula que estos polvos del Sahara se extienden verticalmente entre 1,500 y 6,000 metros de altura.
En cuanto a la extensión, esta puede determinarse desde los satélites, es decir, el espacio en unidades cuadradas que ocupan los polvos del Sahara.
Según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la masa de aire seca que coadyuvan a la formación de los polvos saharianos llega a tener una extensión horizontal de 4,000 a 5,000 kilómetros, tamaño superior a la superficie continental de Estados Unidos.
Sobre las mediciones en tierra, estas disponen cuánta carga de partículas de aerosoles están presentes en la atmósfera, pues con ello “se puede inferir que una masa viene muy cargada de partículas, es decir es muy grande o, más bien, es una masa de aire ligera, porque está una cantidad de partículas pequeña”, comentó Ladino Moreno.
En cuanto a las afectaciones sanitarias, los polvos del Sahara han traído a Yucatán, aerosoles en una concentración de 135 unidades mayores a los aceptados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Es peligroso para la salud, porque la OMS dice que no deberíamos estar por encima de 50 microgramos por metro cúbico y lo que dice la norma mexicana es que no deberíamos estar por encima de 75, en el 2017 y 2018 tuvimos de 120, ya ahorita estamos en el orden de 210, está muy por encima, tanto del límite que establece la OMS y muy por encima de lo que establece la norma mexicana”, refirió el científico.
Sobre esto, Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Salud, recomendó que personas con problemas respiratorios se resguardaran para evitar exponerse a la contaminación.
“Ante la llegada de polvo del Sahara recomendamos a la población del sureste del país que padece enfermedades respiratorias, permanecer en casa con las ventanas cerradas y una baja actividad física, a fin de evitar la entrada de partículas a los pulmones”, publicó López-Gatell en Twitter.
Debido a que la primera estación de monitoreo atmosférico, instalado para medir polvos del Sahara, data de 2015 en México, no hay una base histórica para comparar mejor las afectaciones. Hace cinco años, la UNAM, junto con la Facultad de Química de la universidad Autónoma de Yucatán instalaron el equipo para dar seguimiento a este fenómeno meteorológico.
De acuerdo con la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), las entidades afectadas por el cúmulo de partículas provenientes del Sahara serán Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Tamaulipas.
La Conagua informó que “la noche del viernes 26 de junio, el fenómeno se desplazará hacia la parte sur de Estados Unidos de América y dejará de afectar de manera directa al territorio mexicano”.
A su vez, la CNPC recomendó evitar todas las entradas de aire a los cuartos durante las tormentas. Y expuso que la Sierra Madre Oriental será una barrera natural para que los polvos saharianos lleguen al centro del territorio y que solo pequeñas concentraciones lo lograrán.
A propósito, el Instituto Cooperativo para la Investigación en la Atmósfera de la Universidad Estatal de Colorado ha dispuesto una plataforma virtual para dar seguimiento al fenómeno meteorológico y puede consultarse en este enlace.
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