Si algo ha dejado claro durante la cuarentena a la que se han visto obligados por la irrupción de la pandemia del nuevo coronavirus en la mayor parte del mundo, es que, con el renovado protagonismo del trabajo en casa, las reuniones virtuales son un pan de cada día y deslices ya no sólo provocarán la incomodidad de sus participantes, sino que quedarán, en algunos casos, grabadas para la posteridad.
Eso fue lo que ocurrió este martes en una de las reuniones de las que se supone es una de las instituciones más solemnes que hay en México y que cuida los procedimientos, así como las maneras de llevar a cabo sus trabajos hasta límites que algunos consideran exagerados.
Durante una sesión remota del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), los ministros experimentaron un momento curioso y que puso a algunos de los ministros al borde de la risa, otros en la incomodidad y a otros más directamente en la molestia.
Los once ministros del máximo Tribunal del país discutían una controversia constitucional que involucraba al estado de Michoacán cuando el magistrado presidente, Arturo Zaldívar, le preguntó a sus colegas si alguien más quería realizar un comentario y pasar a la votación del dictamen.
Antes de que pudiera finalizar, Zaldívar fue interrumpido por un sonido que, para prácticamente cualquier ciudadano de la Ciudad de México y sus alrededores, es de sobra conocido, y que entre los extranjeros causa sorpresa: la grabación conocida como la del “fierro viejo”.
Se trata de una grabación que, en loop, es reproducida por el altavoz de alguna camioneta adaptada para tal final, que ronda por las calles y avenidas de la capital mexicana buscando vendedores de fierro viejo. El sonido reproduce la voz de un niño o una niña en una entonación particular: “Se compran colchones, tambores, refrigeradores, microondas, estufas, lavadoras o algo de fierro viejo que vendan…”.
Zaldívar fue interrumpido por el clásico sonido de las calles mexicanas. Ante la situación, las caras de la mayoría de los ministros fue de perplejidad. Uno de ellos, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, se apresuró a presionar una tecla en su dispositivo electrónico, lo que podría indicar desde dónde se filtró el sonido al resto de la reunión.
“Les recuerdo sus micrófonos”, expresó con cierta molestia Zaldívar. Dos ministros no pudieron aguantar la etiqueta y tuvieron que llevarse una de sus manos a la boca, para taparse una sonrisa inevitable: el ministro Javier Laynez Potisek y el ministro Luis María Aguilar Morales.
La reunión en el Pleno continuó adelante sin pausas y ninguno de los ministros admitió el pequeño desliz. Rápidamente se recompusieron y siguieron adelante con el desahogo de casos que trataron este martes. Sin embargo, el fragmento en cuestión se divulgó con rapidez en las redes sociales.
“Ni la Corte se salva”, expresó un comentario en Twitter. “Pobre del que tenía el micrófono abierto, seguro ha de haber sentido vergüenza con sus compañeros”, aseguró otro. “Si no suena la grabación del ‘fierro viejo’, no es una reunión virtual de México”, concluyó otro, en tono sarcástico.
La SCJN sesionó el pasado 20 de abril por primera vez en su historia de manera remota, debido a la contingencia sanitaria por la epidemia de COVID-19. Desde entonces, se mantienen los trabajos del Pleno a distancia todos los lunes, martes y jueves, como es la costumbre del Tribunal.
Desde junio, además, la Suprema Corte permite la admisión a trámite de controversias constitucionales y acciones de inconstitucionalidad por la vía electrónica, en un movimiento que también era inédito en la historia del Poder Judicial Federal mexicano.
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