La detención ilegal, las torturas y ejecuciones a manos de la policía han puesto a México, especialmente a Jalisco y Oaxaca, frente a los fantasmas de los abusos policiales, la desconfianza en las fuerzas de seguridad y la establecida ancestral incapacidad para esclarecer los hechos.
Esta semana se conoció el asesinato de Alexander Gómez, de 16 años, por parte de uniformados, después de haber sido confundido con un delincuente. En un primer momento se afirmó que los agentes del municipio de Acatlán, en Oaxaca, se equivocaron al identificarlo como un criminal y suponer que estaba armado. En un intolerable acto siniestro de cinismo, los testigos sugirieron que los uniformados le pusieron un arma en la mano cuando este ya estaba inconsciente en el suelo.
Además de Alexander, otro joven identificado como Carlos, de 15 años, permanece gravemente herido. Ambos circulaban a bordo de una motocicleta.
“Mi hijo no era malo, mi hijo no fumaba, mi hijo no tomaba, mi hijo tenía un sueño, ellos se la han truncado. Yo soy una mujer fuerte, me lo mataron porque ya lo vi y lo estoy viendo y no me voy a dejar caer”, condenó la madre de la víctima.
Los hechos
Alexander murió de un disparo en la cabeza a manos de la policía municipal de Acatlán, Oaxaca, el 9 de junio.
Esa noche, el joven y sus amigos salieron a la tienda en sus motocicletas. De regreso, según testimonios, una patrulla les cerró el paso y abrió fuego presuntamente sin justificación.
De acuerdo con los elementos involucrados, los jóvenes trataron de burlar un retén y finalmente un arma se disparó accidentalmente. Sin embargo, la necropsia reveló que Alexander murió de un disparo directo. Por los hechos hay un policía detenido que será acusado de homicidio calificado.
La víctima era integrante de un club de futbol en Veracruz, y se encontraba en Oaxaca visitando a familiares de parte de su madre. Alexander nació en Carolina del Norte, Estados Unidos, por lo que sus familiares también solicitaron la intervención de la Embajada de ese país en las indagaciones del caso.
La despedida
Alexander Gómez, un ciudadano méxico-estadounidense completamente anónimo hace tres días, era un adolescente de 16 años, con sueños y un pasado que combina pequeñas glorias deportivas. Este jueves fue enterrado.
Encerrado en un ataúd de madera, Alexander fue despedido por sus compañeros del equipo Rayados. En un video que circula a través de redes sociales, se observa a los jóvenes celebrar el último gol de “Xander”, como lo llamaban de cariño.
El féretro fue trasladado al cementerio local de Acatlán donde también se le rindió un homenaje. “Van a pagar los culpable, no queremos más policías criminales, ya basta”, lanzó Teodoro Martínez, padre de la víctima.
En las últimas horas, Martínez aseguró haber recibido amenazas por parte del presidente municipal de la región, Adán Maciel Sosa, quien tendrá que rendir declaración por el homicidio calificado del joven.
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