Esta madrugada fue ejecutado el director técnico del Centro de Readaptación Social (CEFERESO) número 2 Occidente (Puente Grande), Marco Alberto Corona Baltazar.
De acuerdo con el Semanario Zeta de Tijuana, los hechos ocurrieron poco después de las 10 de la noche del miércoles, cuando el funcionario penitenciario circulaba en su automóvil sobre la carretera a El Salto, muy cerca del entronque con la carretera libre a Zapotlanejo, en Jalisco.
Según las versiones de testigos citados por el medio, Corona Baltazar era perseguido por varios hombres a bordo de otros vehículos, desde donde le dispararon. Cuando la víctima salió del camino, los sicarios descendieron de sus unidades para acribillarlo. En la escena se encontraron al menos 17 casquillos de distintos calibres.
Marcos Alberto Corona Baltazar, quien se había desempeñado en diversos cargos, fue nombrado recientemente como encargado de despacho de la Dirección General mientras su titular, Salvador Almonte Solís, se recupera tras contagiarse de COVID-19.
En este penal federal se tienen reportados al menos 37 internos diagnosticados con la enfermedad y cuatro fallecido. Además, también están contagiados al menos 18 servidores públicos que han sido atendidos en hospitales de la delegación del ISSSTE en Jalisco.
De acuerdo con el semanario, el martes 2 de junio, en uno de los ocho módulos, los internos que bajaron al comedor se resistían a regresar a sus celdas, en protesta porque se ha suspendido la visita familiar. Marco Alberto Corona habló con ellos y les aseguró que pronto se recibirían visitas en el centro penitenciario.
Días antes, el pasado viernes 22 de mayo ocurrió una riña dentro del Penal de Puente Grande en donde se registraron disparos de arma de fuego. El enfrentamiento dejó un saldo de siete muertos, nueve heridos y cinco detenidos.
De acuerdo con la Fiscalía estatal, la agresión se registró en la Comisaría de Sentenciados y se trató de una agresión directa de un grupo de internos a otro.
El Centro Federal de Readaptación Social de Puente Grande ha sido noticia en los últimos días por un brote de coronavirus por el que falleció Moisés Escamilla “El Gordo May”, líder de zona del cártel de Los Zetas, quien estaba acusado de haber decapitado a 12 personas.
“El Gordo May” fue sentenciado a 37 años de prisión, de los cuales llevaba recluido 11 años y 5 meses. El deceso fue confirmado por elementos del Servicio Médico Forense (Semefo). Era considerado un interno de alta peligrosidad.
Días después murió Enrique Alejandro Pizano Jiménez El Anestesia o Sacristán, identificado como secretario particular de Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG, también por aparente COVID-19.
Organizaciones civiles han advertido al gobierno federal sobre los riesgos que corren los presos y las autoridades en las cárceles debido a los espacios confinados y el alto número de personas.
En abril, el Senado de la República aprobó la Ley de Amnistía, que dicta que los presos que hayan cometido delitos no graves por primera vez podrán ser liberados para evitar contagios y la propagación del virus.
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