El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), encargado de medir la pobreza en México y evaluar programas sociales del Gobierno Federal, advirtió que el número de pobres por ingreso podría aumentar debido a la crisis sanitaria por la que actualmente atraviesa el país.
En su informe más reciente, “La política social en el contexto de la pandemia por el virus SARS-CoV2 (Covid-19) en México”, el Consejo planteó dos posibles escenarios: uno en el que la caída generalizada del ingreso es del 5%, y el segundo, una reducción del ingreso más pronunciada para los hogares en pobreza urbana.
Cabe mencionar que en cada escenario se recalculó la pobreza por ingresos de acuerdo con la metodología del Coneval y con las expectativas de inflación del Banco de México a agosto del 2020.
En los dos panoramas, el total de personas en situación de pobreza por ingreso, es decir, aquellas a las que no les alcanza para adquirir una canasta alimentaria, bienes y servicios básicos, se incrementa entre 7.2 y 7.9 puntos. Esto equivale a entre 8.9 y 9.8 millones de personas.
Lo anterior significa, de acuerdo al organismo, que el porcentaje de pobres por ingreso en México podría pasar de 48.8% en 2018 a 56% este año en el mejor de los escenarios, y a 56.7% en el peor de ellos.
Referente a la pobreza extrema por ingreso, el organismo estimó un aumento de entre 4.9% y 8.5%: entre 6.1 y 10.7 millones de personas. De esta manera, la población en esta condición pasaría de 16.8% en 2018 a 21.7% en 2020 de acuerdo con el primer escenario, y a 25.3% con el segundo.
Según el informe, los efectos de la crisis sanitaria podrían revertir los avances alcanzados en los últimos años en los indicadores de desarrollo social.
“La crisis podría provocar que la población que en 2018 no era pobre ni vulnerable, tenga afectaciones que los lleve a encontrarse en alguna de estas condiciones”, se lee en el documento.
Sumado a ello, el organismo prevé un aumento en la tasa de desempleo de entre 3.3% y 5.3% en 2020, así como un incremento de entre 37.3% y 45.8% en la pobreza laboral en los primeros dos trimestres del año, lo que representará la cifra más alta de ese indicador desde 2005.
De esta manera, la pérdida de empleos traerá como consecuencia no sólo la disminución en los ingresos de los trabajadores, sino la pérdida de las prestaciones laborales que el empleo formal brinda.
De los 19 programas sociales prioritarios para apoyar a los sectores más afectados por la pandemia; ocho programas son relevantes para atender la pobreza; en el corto plazo, su operación puede ser de utilidad para atender la reducción en el ingreso de la población.
Por ello, el Consejo refiere a que sin políticas públicas que atiendan a la población con ingreso medio, la cantidad de personas en situación de pobreza por ingreso puede aumentar.
Además, consideró necesarias medidas coordinadas de los tres órdenes de Gobierno para atender las necesidades básicas de los hogares vulnerables y consolidar la protección social.
“Ante los desafíos anteriores, se impone la necesidad de ampliar y fortalecer las medidas emergentes de respuesta de los programas prioritarios, mejorar su capacidad operativa, asegurar que su focalización sea adecuada, así como considerar medidas adicionales de atención a quienes pierdan su fuente de ingreso como resultado de la contingencia y a sectores urbanos que están más expuestos”.
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