Villa Talea de Castro, un pueblo situado al norte de Oaxaca, lleva dos semanas con todos sus accesos cerrados. En cada uno hay retenes que impiden el ingreso a cualquier foráneo, incluso si se trata de familiares o amigos que llegan de otras partes de la república. Los habitantes del pueblo han tomado las recomendaciones sanitarias al pie de la letra.
También se auto-impusieron un estricto toque de queda: desde las 9 de la noche y hasta las 6 de la mañana nadie puede salir por nada. Hasta ahora no ha habido ningún caso confirmado de coronavirus en el municipio, y solo se han registrado 6 en todo el estado, pero los habitantes de Villa de Talea saben que no pueden escatimar en riesgos.
“Las autoridades del pueblo se reunieron y plantearon escenarios en los que nos dimos cuenta que no íbamos a salir bien librados. El centro de Salud no tiene la capacidad de dar respuesta técnicamente a un infectado. Con lo que se requiere y los insumos que se necesitan en la clínica de salud, nos vemos muy limitados. Con que se presente un caso ya no la libramos, no la contamos”, reconoció Hernánez Santibáñez, tesorero del municipio, a La Silla Rota.
“Tenemos personas adultas, con enfermedades degenerativas. Es preferible tomar estas medidas, aunque a mucha gente le parezcan exageradas. No queremos estar aislados totalmente. Pero fue la decisión que tuvimos que tomar al evaluar todos los escenarios”, agregó.
Hernández explicó que algunos familiares han podido pasar porque llevaban consigo un certificado médico que avalaba que no eran portadores del Covid-19. Los demás solo han podido avanzar hasta los límites del retén, donde los encargados les han tenido que impedir el paso y ordenar que se den la media vuelta.
Del pueblo solo pueden salir embarazadas y personas en situación vulnerable con enfermedades crónicas como la diabetes. La infraestructura médica que hay en la zona es una clínica de salud de dos núcleos básicos. “Afortunadamente tenemos dos pasantes de medicina, dos doctoras, dos enfermeras de base y una de servicio social, teníamos odontóloga, pero la universidad a la que pertenece le pidió que se retirará para evitar contagios”, contó Hernández.
El pueblo tiene unos 2,500 habitantes y cuenta con tres accesos vehiculares; cada uno con su retén funcionando las 24 horas del día. Sin embargo, tampoco han faltado los que han intentado burlar a los guardias y meterse por las veredas. La sanción, en caso de ser atrapados, podría ser económica o trabajo como parte del tequio, comentó el funcionario.
Algunos hombres salen a hacer compras de víveres. Van a otras comunidades que también están cerradas. Para entrar llevan pases donde se especifica a qué van y que sólo deben ir a cumplir esa actividad. Los salvoconductos son revisados tanto a su salida como a su regreso y se revisa que no se tarden.
“Los comerciantes salen para traer mercancía y no desabastecernos, son productos de primera necesidad. Se pidió que no ingresen carros que venden Bimbo, Marinela, y todos aquellos productos que no son de primera necesidad”, explicó el tesorero.
Dentro del municipio los negocios que permanecen abiertos están obligados a que sus clientes guarden la sana distancia y a tener gel con alcohol desde la entrada. La actividad económica se ha desacelerado. Quienes trabajan afuera como albañiles o en otros oficios han tenido que quedarse en sus casas. Los que son campesinos y tienen sembradíos de maíz, café o caña siguen en su labor e incluso cuando regresan tarde, después de las 9pm, no se les amonesta porque es parte de su trabajo, vital para el pueblo.
Algunos han comenzado hacer trueque para hacerse de alimentos y apoyarse entre la comunidad.
Aunque Villa Talea de Castro es uno de los 979 municipios que no tienen casos de contagios de Covid-19 -la jornada de Sana Distancia podría levantarse el 17 de mayo- se avecina lo más complicado.
Los oriundos del municipio que hacían labores de construcción se detuvieron y con ello ya no hay trabajos. Algunos de los paisanos de dicho municipio que se fueron a EEUU en búsqueda del sueño americano también suspendieron sus actividades y ya no pueden enviar remesas a sus familiares.
“Sin más que agregar, de antemano le ofrecemos una disculpa. Sin embargo, ante la contingencia, esperamos su comprensión y colaboración”, explica un letrero que cuelga en uno de los accesos
En México, el número de casos de personas infectadas por COVID-19 aumentó a 7,497 pacientes confirmados, reportó la Secretaría de Salud (SSa) este sábado. La cifra de víctimas fatales creció a 650.
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