Alejandro Guizar Pavón, mejor conocido como el “Rey de la Gasolina”, fue asesinado el pasado 21 de febrero, cuando conducía su auto por el exclusivo barrio de Lomas de Angelópolis, en el estado de Puebla. Los sicarios le asestaron ocho tiros.
Pavón era uno “huachicolero” mexicano de la vieja escuela. Su reputación como un héroe popular benevolente hace referencia a una época pasada cuando el combustible robado era una economía criminal menos violenta y reñida.
Pavón, o “Pancho G”, como era conocido en su ciudad natal de Tierras Blancas, se ganó la reputación de Robin Hood, pues ofrecía a los habitantes de la región gasolina barata y trabajos bien remunerados en su organización criminal. También tuvo negocios en otras áreas como la agricultura, la construcción y los taxis, a la vez que construía su imperio de robo de petróleo. Con el tiempo llegó a ser conocido como el “Rey de la Gasolina” de México.
Cuando el robo de petróleo surgió como una práctica permanente en la década de los noventa, los ladrones de petróleo o “huachicoleros” operaban a pequeña escala y en general evitaban la violencia, y preferían en cambio ganarse la simpatía de las comunidades regalando gasolina o patrocinando festivales locales, según un reportaje de Rolling Stone.
A los ladrones de crudo se les ha escrito canciones, e incluso, de manera informal, tienen un santo patrón, “El Niño Huachicolero” —una figura del niño Jesús que sostiene un bote de gasolina y una manguera—.
Sin embargo, desde que los grandes carteles ingresaron en el robo y la venta de gasolina, esta práctica se ha convertido en un negocio mucho más reñido y violento. En 2010, Los Zetas se convirtieron en el primer cartel en incursionar en el huachicol. Con equipos y tácticas de estilo militar, el grupo añadió el huachicol a su cartera criminal, que ya incluía extorsión, secuestro, tráfico de armas y drogas.
Que Pavón dirigiera su imperio desde Puebla no es sorprendente: durante mucho tiempo, ese estado ha sido epicentro del comercio ilegal de gasolina. La región del centro del estado, conocida como el “Triángulo Rojo”, es atravesada por decenas de oleoductos que transportan combustible del Golfo de México y luego se ramifican hacia la capital del país y otras áreas.
El huachicol se convirtió en un negocio multimillonario, que llegó a producir cerca de USD 3,25 mil millones en 2018, antes de las reformas del presidente López Obrador. En una investigación de Rolling Stone, un sicario de Los Zetas llegó incluso a declarar que la gasolina ilegal era “casi igual de rentable que las drogas”.
Según un informe del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos, publicado en diciembre de 2019, el CJNG se enfrenta en Puebla a un remanente de Los Zetas, conocido como los Zetas Vieja Escuela, por el control del comercio de petróleo.
Los dos carteles más conocidos por el robo de petróleo en México hoy en día son el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Santa Rosa de Lima, que se especializa en la gasolina ilegal, aunque en general se concentra en Guanajuato. Los continuos enfrentamientos han contribuido a una explosión de la violencia en el centro de México, donde se han presentado masacres y asesinatos selectivos. Es probable que Pavón haya sido una de las muchas víctimas de este conflicto.
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