Fue considerado uno de los primeros traficantes de droga a gran escala en México. Aunque nació en Matanza, Cuba, el 30 de abril de 1945, fue en tierra azteca donde desarrolló su carrera criminal durante el sexenio del presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970).
Incluso llegó a relacionarse con personajes cercanos al mandatario como a actriz Irma Serrano, quien fue su amante. Por su buen parecido y su preferencia bisexual era codiciado por ambos sexos, lo cual se retrata en la primera parte de la serie Narcos México, de Netfllix.
En su adolescencia fue acusado en su país natal por conducta desordenada, vandalismo, sodomía y homosexualidad.
Después de la llegada al poder de Fidel Castro, Sicilia Falcón, uno de sus opositores empedernidos, se marchó a Miami donde conspiró, sin suerte, contra el régimen de su país.
En su libro “El Imperio Subterráneo”, el escritor James Mills analizó los perfiles de distintos narcotraficantes de la época, pero aseguró que ninguno fue tan temible y audaz como el “Barón del Delito” quien tenía una “innata facilidad psicópata para cambiar una carcajada por un rictus feroz para descargar su pistola ante algún enemigo o ex-amigo, o para escaparse espectacularmente de la cárcel”. Se caracterizó por su sangre fría, pues se dice que disfrutaba de asesinar por mano propia a sus enemigos, al tiempo que soltaba un risa maligna.
También era famoso por sus excéntricas residencias, autos blindados, yates que parecían hoteles flotantes a prueba de balas y torpedos.
A sus fastuosas fiestas asistían líderes políticos, empresarios, estrellas de cine y policías de los aparatos de inteligencia del gobierno, ya que a la hora de sobornar era generoso entregando regalos que incluían autos deportivos, joyas y pagos millonarios. En este tipo de celebraciones nunca faltaba la droga y el champagne Dom Perignon.
Sus negocios de tráfico de drogas a Estados Unidos le generaban ganancias mensuales estimadas en USD 20 millones mensuales. También logró participar en el negocio de tráfico de armas.
Pero la suerte de Sicilia Falcón terminó en julio de 1975, cuando fue detenido en una de sus casas en la Ciudad de México en la calle Nieve 180 de la lujosa colonia Pedregal e ingresado en la cárcel de Lecumberri, conocida como “El Palacio Negro”, por ser una de las prisiones más crueles del país.
Tras su detención fue torturado para que confesara sus crímenes y su relación con la CIA a quien supuestamente entregaba información sobre otros narcotraficantes en la región.
Sicilia Falcón no desperdició el tiempo en la cárcel, gracias a su influencia y recursos, durante los meses que estuvo en el “Palacio Negro” planeó una espectacular fuga similar a la que 40 años después protagonizaría Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, del cártel de Sinaloa.
Su primer intento fue cuando en el patio de la cárcel un helicóptero lanzó una cuerda, lo que tomó por sorpresa a los guardias de la prisión quienes cuando reaccionaron ya tenían a la aeronave fuera de su alcance. Sin embargo, el cubano fue recapturado semanas después y regresado al penal.
Poco después, el 26 de abril de 1976, se descubrió que se había vuelto a fugar a través de un túnel de 40 metros de largo y 80 centímetros de diámetro que cavó desde el corredor de la cárcel hasta una casa localizada en la calle de Tercera Cerrada de San Antonio Tomatlán, en la capital mexicana.
Nuevamente, cuando los custodios se dieron cuenta, el narcotraficante ya había logrado escapar. En el túnel fueron localizados utensilios de excavación, soportes de acero, e incluso planos de la prisión. En esa ocasión lo acompañaron tres reos identificados como Luis Antonio Zúcoli, Alberto Hernández Rubí y José Egozzi Bejíes.
Sin embargo, al igual que en su primera fuga, fue recapturado, sentenciado a 20 años en reclusión y años después después fue enviado a la cárcel de máxima de seguridad de La Palma, de donde salió libre en 1999 a los 75 años de edad.
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