Enrique Peña Nieto y Emilio Lozoya Austin representaban hace unos años la imagen de la renovación en las altas esferas del poder en México. Ahora están bajo el escrutinio de la ley, de hecho, el ex director de Pemex está preso en una cárcel de España.
El caso Odebrecht podría enfrentar a los ex funcionarios, que en algún momento fueron colegas, posiblemente cómplices y ahora coquetean con la traición.
La víspera, un funcionario mexicano declaró a Wall Street Journal que el gobierno investiga a Peña Nieto por irregularidades relacionadas con el caso Lozoya. Otras fuentes aseguraron al periodista Salvador García Soto que la defensa de Lozoya analiza la figura de “informante” para que la fiscalía mexicana pueda armar un expediente en contra del ex presidente y su segundo abordo Luis Videgaray.
Cuestionado este jueves durante su conferencia matutina, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo desconocer cualquier investigación en contra de su predecesor.
“No tengo información sobre que exista esta investigación como lo sostuvo Wall Street Journal, no tengo yo elementos para sostenerlo”, dijo.
En los últimos meses el abogado de Lozoya, Javier Coello Trejo, ha utilizado varias frases amenazantes para el primer círculo de Lozoya durante su gestión al frente de Pemex, como “no se mandaba solo” y “mi cliente solo siguió órdenes del presidente Peña”.
En 2019 Coello Trejo interpuso un recurso legal para que se le entregue a su cliente el principio de oportunidad. Este mecanismo funciona como el de testigo protegido. Lozoya Austin tendría que hablar de los involucrados en la compra de Fertinal, para poder minimizar su condena en caso de ser declarado culpable.
El economista enfrenta cargos por lavado de dinero. Durante su gestión en Pemex bajo el gobierno de Peña Nieto, la petrolera estuvo relacionada con actos de corrución con OHL, Odebrecht y Fertinal. En testimonios de trabajadores de la paraestatal, se ha vinculado al entonces presidente. Testigos han declarado que fue por órdenes de él, que se hizo la adquisición. Sin embargo, éste lo ha negado.
Como parte de su plan de defensa, el equipo jurídico de Lozoya ha mencionado los nombres de Enrique Peña Nieto, Joaquín Coldwell, Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo, para que asistan con las autoridades a declarar. Los ha implicado como responsables paralelos de las transacciones del organismo, debido a que los políticos fueron integrantes del Consejo Administrativo de Pemex cuando se realizó la compra a sobreprecio.
La relación entre Lozoya y Peña Nieto
Las vidas de los políticos nunca estuvieron del todo separadas. El padre de Emilio Lozoya tuvo fuertes vínculos con la política mexicana y en específico, con el Partido Revolucionario Institucional; cuna de Peña Nieto.
Emilio Lozoya Thalmann fue compañero de escuela del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Su amistad prevaleció en los años, por lo que cuando el priísta llegó al poder, le pidió a su amigo que fuera parte de su gabinete. Ocupó el cargo de director general del ISSSTE y también fue secretario de energía. Igualmente colaboró en el gobierno de Miguel de la Madrid.
Sin embargo, el vínculo que realmente unió a Peña y Lozoya, fue distinto al de la política mexicana.
Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda en el gobierno de Salinas, fue profesor del ex director de Pemex en el ITAM cuando estudiaba derecho. Fue un alumno destacado por lo que se ganó el cariño de su maestro. Tanto, que lo ayudó a que Lozoya pudiera cursar una maestría en Desarrollo Internacional en la Universidad de Harvard.
Durante el tiempo en que se estableció su relación de tutor y estudiante, Luis Videgaray trabajaba con Armella. Fue así que ambos se conocieron y contactaron en el futuro.
Después de que Lozoya regresó al país y comenzó su propio negocio, quien fuera secretario de Hacienda y Canciller mexicano, presentó al economista con Enrique Peña Nieto. Él comenzaba su gubernatura en el Estado de México.
Luis Videgaray a la cabeza de la Secretaría de Finanzas del estado y EPN, tenían en la mente lograr llevar inversión extranjera a la entidad, por lo que recurrieron a Lozoya, quien ya era experto en el tema.
Fue así como se formó una relación profesional de gran confianza. Peña no quiso dejar de colaborar con su en ese momento asesor. Por lo que cuando lanzó su candidatura como presidente del país lo llevó consigo.
Primero fue su coordinador de Vinculación Internacional, y después de ganar las elecciones, vicecoordinador de Asuntos Internacionales en su equipo de transición. Tiempo después trascendió que cuando era parte del grupo que guió a EPN en la contienda a la presidencia, recibió sobornos millonarios de la empresa brasileña Odebrecht. El dinero lo invirtió en la campaña y a cambio, cuando fue nombrado director de Pemex, le dio contratos millonarios a la constructora.
La gestión fluyó con tranquilidad los primeros años, hasta que en 2016 el primer escándalo de corrupción comenzó con la fractura de su relación.
Fueron filtrados audios en donde se escucha a Emilio Lozoya hablando de beneficiar a OHL, empresa de construcción a la que renunció para poder incorporarse al gabinete del presidente priísta.
Aunque sí había múltiples contratos que Pemex le dio a la compañía, el cohecho fue negado. Sin embargo, y ante un panorama en el que la petrolera estaba en crisis, Enrique Peña Nieto destituyó a Lozoya del cargo.
Desde entonces la relación entre los políticos de mantuvo en las penumbras. Sus nombres volvieron a aparecer juntos en 2017, cuando la brasileña Odebrecht confesó que había sobornado al funcionario para poder obtener licitaciones en México. A pesar de que ambos políticos estuvieron imputados, y después en el caso de Fertinal, Peña Nieto no respondió legalmente.
Javier Coello, abogado del economista, dijo en 2019 a una radiodifusora mexicana que Lozoya se sentía traicionado por Peña Nieto. “Sí se siente traicionado, él se opuso a la compra de Fertinal, fue el Waterloo de Lozoya”. Y aseguró que hay audios en donde se escucha a EPN dándole la orden al ex director de Pemex de realizar la compra de la empresa de fertilizantes.
Desde que dejó Los Pinos y a pesar de la postura de Andrés Manuel López Obrador de no perseguirlo, las piezas se han colocado alrededor de Peña Nieto como precediendo un “jaque mate”.
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