El estado mexicano de Zacatecas tiene una ubicación geográfica que lo ha convertido en una zona altamente codiciada para el trasiego de drogas, ya que conecta al Pacífico con la frontera con los Estados Unidos.
En los últimos 10 años, en la entidad se han asentado al menos cuatro cárteles: del Golfo, del Noreste, de Sinaloa (CDS) y Jalisco Nueva Generación (CJNG), además del grupo de Los Talibanes, una célula de Los Zetas.
En entrevista con el diario El Universal, Ismael Camberos Hernández, secretario de Seguridad Pública del estado, reconoció que desde hace un año se prendieron las alertas en la entidad ante la intensa disputa que sostienen el Cártel Jalisco y el de Sinaloa por la producción y comercialización del fentanilo. Esta droga sintética es 50 veces más potente que la heroína y la cual se ha vuelto muy popular en los Estados Unidos.
Camberos Hernández reconoce que hasta el 90% de los homicidios en Zacatecas está relacionado con el crimen organizado. De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el 2017, en la entidad se registraron 675 homicidios dolosos, en 2018 aumentó a 686 casos, mientras que en el 2019 ocurrieron 634.
La situación generada por el crimen organizado también se ve reflejada en la crisis en el interior del penal varonil de Cieneguillas, en donde dos riñas ocurridas en los primeros días del año dejaron un saldo de 17 muertos y 10 heridos.
A pesar de que 165 internos del fuero federal fueron trasladados al Centro Federal de Readaptación (Cefereso) de Ocampo, ubicado en Guanajuato, el penal de Cieneguillas es un foco rojo ya que 59% de su población pertenece a algún cártel, de los cuales 500 están detenidos por secuestro, que al ser delito del fuero común, es difícil que sean reubicados.
Camberos Hernández reconoció que la disminución de elementos policiacos también ha recrudecido la situación. A la fecha, hay cinco ayuntamientos que se quedaron sin policías.
La disputa
De acuerdo con los reportes de seguridad del estado citados por El Universal, hace más de una década el primer cártel que se asentó en tierras zacatecanas fueron Los Zetas, cuando eran el brazo armado del Cártel del Golfo.
Tras las captura de sus líderes (los hermanos Miguel Ángel, José, Omar, Alejandro y Ana Isabel Treviño Morales) Los Zetas se convirtieron en el Cártel del Noreste, el cual tiene su base de operaciones en Tamaulipas, pero de una de sus escisiones surgió el grupo delictivo Los Talibanes.
En los últimos cinco años, la lucha que se desató entre estos tres grupos han mermado en relación al tráfico de drogas aunque ninguno ha dejado de pelear el control de sus regiones, principalmente en el centro de la entidad, lo que ha desatado la violencia e inseguridad, pues para sobrevivir, han incursionado en el secuestro y la extorsión, explicó Camberos Hernández.
Aunado a esto, el problema se recrudeció con los cárteles de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación pues ambos buscan controlar la plaza y más ahora que las drogas sintéticas como el fentanilo, tiene un importante auge en los Estados Unidos.
El secretario de Seguridad Pública del estado detalló que en 2019, el cártel comandado por Ismael “El Mayo” Zambada se hizo más visible en los municipios de Mazapil, Juan Aldama, Río Grande, Chalchihuites y Sombrerete hasta llegar a Fresnillo. Mientras que el CJNG pactó con el Cártel del Golfo para controlar el territorio en la entidad.
“Estos acomodos entre grupos son un reflejo de lo que ocurrió en el penal de Cieneguillas, ya que las dos riñas fueron entre los reos que pertenecen a los golfos y los sinaloas, pues estos últimos, aunque eran sólo 16 internos, lograron matar a los líderes del Cártel del Golfo, pese a que es el grupo que tiene más internos”, explicó el funcionario.
Por su parte, el gobernador Alejandro Tello Cristerna aseguró que no hay complacencia con estos grupos.
“No hay complacencia, sería como pensar que un grupo delincuencial pode parecer o no a un gobierno para hacer lo que hace. Son empresas que buscan expandirse y difícilmente vamos a cambiar el panorama por la situación geográfica que tenemos, así como no ha dado muchas bendiciones, lamentablemente también nos pone en una situación de mucha vulnerabilidad por ser un paso obligado a la frontera norte con Estados Unidos, uno de los mercados más importantes en el consumo de estupefacientes”, dijo.
A pesar de que Zacatecas cuenta con la presencia de 1,900 elementos de la Guardia Nacional aún no entran en operaciones “Este año (2020) dejarán de estar acuartelados, porque pronto estarán equipados para actuar”, aseguró el gobernador.
La ruta y el fentanilo
Zacatecas cuenta con 58 municipios y colinda con ocho entidades: Aguascalientes, Coahuila, Durango, Jalisco, Nayarit, San Luis Potosí, Nuevo León y Guanajuato.
Lo atraviesan dos importantes carreteras federales con más de 1,300 kilómetros: la número 54 que conecta desde Colima hasta tamaulipas, y la Panamericana 45, que recorre el centro del país hasta la zona fronteriza con la unión americana.
De acuerdo con la dirección de Seguridad en carreteras e instalaciones de la Guardia Nacional, desde 2018 se percataron que en los aseguramientos de metanfetamina ya había fentanilo, pero fue hasta 2019 que se realizaron tres aseguramientos claves de esta última droga: uno el 14 de febrero cuando se decomisó cristal y gramos de fentanilo en polvo.
Luego, el 22 de agosto se logró el decomiso de casi 5 kilos de fentanilo. El 21 de octubre la alerta fue mayor al incautar 970 gramos de este opioide en piedra, con una pureza de 97%.
El secretario de Seguridad Pública de la entidad aseguró que la pugna en la entidad es por la ruta de los opiáceos y las zonas productoras de fentanilo en el centro y sur del país, debido a la gran demanda que hay en Estados Unidos.
Se estima que para producir un kilo de esta sustancia se invierten 2,400 dólares, pero al venderla en el mercado negro de pastllas de un gramo, puede generar una ganancia de hasta 20,000 dólares.
“Lo que mueve a los cárteles es el dinero y si el fentanilo da mucha ganancia, ahí van a estar”, señaló el secretario de Seguridad Pública.
De acuerdo con datos de inteligencia, el fentanilo se produce en Jalisco y Durango y por ende, alcanza a las sierra zacatecana, que colinda con ambos estados y con Nayarit.
La intimidación
Ismael Camberos Hernández señala que en dos años que lleva al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, el número de elementos ha disminuido 20% “en 2017 había 1,000 elementos municipales, ahora hay 800”, dijo.
Incluso, 37 municipios tienen menos de 10 elementos y cinco más no tienen policías (Montescobedo, Tepetongo, Apulco, Mazapil y Cañitas de Felipe Pescador) debido a amenazas o simplemente “por miedo desertan”.
En el caso de Apulco, además de no tener uniformados (ahora la vigilancia corre a cargo de la Policía Estatal Preventiva), también se quedó sin la alcaldesa. La priista Yaneth Morales Huizar abandonó su cargo a pocos meses de tomar posesión, debido a que fue amenazada de forma directa por los cárteles, lo que la obligó a con su familia del municipio y a gobernar a distancia por un tiempo.
Los municipios de Miguel Auza y Juan Aldama, que colindan con Durango, también han solicitado el apoyo del estado, debido a que se han registrado ataques contra corporaciones policiacas.
El gobernador reconoció que el año pasado perdieron la vida nueve agentes municipales y estatales en la lucha contra el crimen organizado.
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