A inicios de la semana pasada, una empresa que ostenta el nombre de Lamborghini Latinoamérica anunció que comenzarían la producción de nuevos modelos de automóviles eléctricos de la firma de lujo en Ciudad Sahagún, Hidalgo. Esto causó la dicha de las autoridades y empresarios de la entidad, sin embargo, la matriz de la compañía aclaró que no tienen ningún plan de trabajo en México.
Atuomobili Lamborghini, la cual es propiedad de Volkswagen, desmintió que existan relaciones con Jorge Antonio Fernández, director de la compañía, así como intenciones para desarrollar un vehículo en territorio mexicano. De hecho, la empresa de Fernández, también conocido como “Joan Ferci”, ha sido objeto de denuncias en cortes de Italia y Estados Unidos.
Desde 1995, Antonio Fernández ha tenido el supuesto uso exclusivo de la marca Lamborghini a través de la división Latinoamérica, misma que ha sido para manufacturar juguetes, perfumes, ropa, relojes, calzado e incluso una moneda electrónica.
“Vamos a priorizar que en la próxima reunión se presente el auto, pero además que estemos en una mesa de trabajo para que en Ciudad Sahagún se hagan los primeros autos eléctricos”, señaló Fernández en una conferencia el 21 de enero en las instalaciones del Consejo Coordinador Empresarial de Hidalgo.
En dicho evento también se anunció la construcción del auto eléctrico estaría a cargo del empresario Carlos Prado, quien es dueño de Cars Prado, una empresa con sede en esa ciudad, la cual se dedica a la fabricación de réplicas de autos de la Fórmula 1.
No obstante, este proyecto se suspendió debido al rechazo por parte de Lamborghini con cualquier entidad en Latinoamérica. Ante este contexto, Jorge Antonio Fernández ha defendido su derecho a usar la marca a partir de documentación firmada por Michael J. Kimberley, quien fungió como director de la compañía automotriz en aquel tiempo.
De acuerdo con Ferci, estos instrumentos se encuentran legalmente inscritos ante diversas autoridades como el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) y la Organzación Mundial de Propiedad Intelectual (WIPO, por sus sigals en inglés).
En un documento que la empresa Lamborghini Latinoamérica le compartió a Infobae México se puede leer lo siguiente: “Nuestra empresa obtuvo los derechos y explotación de la marca Lamborghini a través de diversos contratos y autorizaciones especiales otorgados por Automobili Lamborghini S.P.A (Italia), perteneciente al grupo Chrysler (USA) y MegaTech (Indonesia), firmados por Michael J. Kimberley, presidente y CEO, y Robert Andrew, Braner COO y presidente de América (sic)”.
Un punto relevante respecto a esta aclaración que realizó la compañía de Ferci es que han diseñado y desarrollado varios modelos automotores bajo el sello de la firma como el Lamborghini Coatl (1998-2004), el Lamborghini Alar (2006) y el Lamborghini Centurión (2015), los cuales, puntualizaron, se han vendido en países como Argentina, Brasil y Colombia, entre otros, además, de que han buscado extenderse a territorios europeos.
En este sentido, Fernández ha mencionado que los desmentidos por parte de Atuomobili Lamborghini son una estrategia para desconocer la validez de un contrato que él firmó con la empresa indonesa Megatech antes de que la alemana Volkswagen absorbiera la marca. En su comunicado, incluso mencionó que las mempresas han ejercido “competencia desleal”.
Los antecedentes de Lamborghini Latinoamérica en otros países
Hasta el momento no está completamente claro cuál de las partes es la que tiene la razón, pero es importante mencionar que no es la primera ocasión en que esta disputa le cierra las posibilidades a un negocio de Fernández en relación a una planta ensambladora.
Durante el mes de septiembre del año pasado, tuvo una reunión en Paraguay con empresarios de esa nación adonde incluso acudió el presidente Mario Abdo. En dicho evento mostró un proyecto de investigación y desarrollo en el mercado de autos eléctricos, pero el negocio no tuvo frutos.
En esa ocasión, un consultor de negocios, Stan Canova, reveló una respuesta por parte de Lamborghini en la que negaba tener cualquier tipo de relación con Fernández y su compañía. Además, aprovechó para descartar cualquier plan de producir vehículos en Paraguay. Esto le significó duras críticas al mandatario de aquel país.
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