La acusación del Departamento de Justicia de Estados Unidos no deja lugar a dudas: el mando más importante de la Unidad de Asuntos Sensitivos de la Policía Federal colaboró con una organización criminal hasta ahora poco conocida, denominada El Seguimiento 39.
En una denuncia presentada ayer, la DEA cuenta con todo detalle cómo este cártel de cárteles trabajaba con múltiples grupos criminales como el Cártel de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, del Golfo y Los Zetas, y era protegido por las autoridades mexicanas.
El Seguimiento 39 no sólo movía grandes cantidades de su propia cocaína y marihuana a EEUU, sino que líderes de otros cárteles le confiaban el envío de sus drogas.
La acusación asegura también que el desconocido grupo criminal trasladaba coca sudamericana de Centroamérica a México, utilizando botes, aviones y vehículos comerciales, para luego introducirla a Texas y California.
El dato más difícil de digerir para las autoridades mexicanas es que Iván Reyes Arzate, ex mando de la Policía Federal, que el próximo lunes iba a ser liberado y deportado a México, protegió a El Seguimiento 39 en cooperación con otros oficiales mexicanos corruptos.
En 2016, durante su puesto como comandante de la UAS, Reyes Arzate supo de una investigación de la DEA contra El Seguimiento 39. Poco después, el oficial se reunió con líderes del cártel, les compartió información sobre la indagación y aceptó un soborno de USD 290,000.
Reyes Arzate, alias “La Reina”, fue subordinado del ex secretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, con quien será procesado por el mismo juez en Estados Unidos.
Al igual que el ex comandante, García Luna fue acusado de proteger a grupos criminales como los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa.
En abril de 2017, la conversación entre dos narcotraficantes captada por la DEA destapó las actividades ilícitas de Reyes Arzate, con la banda criminal de los Beltrán Leyva.
Según la Agencia Antidrogas, Reyes cobraba a la organización familiar a cambio de información de investigaciones sobre ellos.
En 2016, por ejemplo, información facilitada por Reyes a los Beltrán Lyeva llevó a la tortura y asesinato de una fuente confidencial de la DEA en Miami. Reyes no sólo era perfectamente consciente de esto, sino que estuvo en la reunión donde se decidió el asesinato y junto con otras dos personas, cobró USD 3,000,000 por esta información.
La denuncia contra el comandante mexicano salió a la luz el mismo día en que Alfredo Beltrán Lyeva, “El Mochomo”, líder del cártel con el mismo nombre, fue condenado a cadena perpetua en una corte del Distrito de Columbia.
Reyes Arzate se entregó a la justicia de Estados Unidos en 2017 por obstruir una investigación contra los Beltrán Leyva. Actualmente, cumple una condena de tres años, aunque inicialmente la fiscalía había pedido 10 años.
Sin embargo, aún tiene un caso pendiente de tres delitos por tráfico de cocaína y es probable que sea juzgado en la corte del distrito este de Nueva York, donde también se han efectuado las audiencias contra García Luna y Joaquín “El Chapo” Guzmán.
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