Decenas de hombres exhibidos en la cuenta de Twitter @MetooMerida, donde se denunciaron púbicamente a presuntos violadores y acosadores, amenazaron a sus administradoras y hasta ofrecieron 200,000 pesos por información que les permita localizarlas.
De acuerdo con una nota publicada por Proceso, la cuenta apareció apenas el pasado martes y en tan sólo unas horas reunió a más de 14,000 seguidores, pero fue bloqueada 24 horas después antes las amenazas.
Hombres de diferentes estratos sociales, profesores o estudiantes de diferentes planteles y niveles educativos públicos y privados; jefes, compañeros de estudio o de trabajo, casados, solteros, un estilista, un tatuador y hasta un chamán fueron exhibidos como acosadores, abusadores o violadores.
Fue tal la cantidad de denuncias enviadas desde el pasado 15 de enero que las administradoras anunciaron que se estaban encargando de leer cada historia para postearla. “Son muchísimas, aún nos quedan algunos de hace más de 12 horas, es por ello que cerramos los DM, para poder leer todos los que ya tenemos, publicarlos y darles lugar a nuevos”, explicaron.
Sin embargo, desde la cuenta @Chelorejon, un hombre lanzó una amenaza. “Nosotros los difamados a base de mentiras y acusaciones falsas. Ofrecemos $200,000 mil pesos en efectivo a cualquier hacker que nos pueda dar la identidad de la persona responsable de estos actos cobardemente ocultándose detrás de una cuenta de twitter @metoomerida y de las personas que enviaron falsedades a esta misma, para proceder legalmente. Gente están destruyendo familias y relaciones por un momento de morbo”.
Otro sujeto también amenazó: “Hola mija, sólo te voy a decir algo, Mérida es muuuy pequeña. Te vamos a encontrar, y si sabes qué le pasa a la gente chivata como tú, les damos cuello. Cuídate al salir a la calle”.
“Si este es el último post, si logran derrumbar esto, quiero que sepan que lo estamos dando absolutamente todo, el alma y el corazón, sabemos que es recíproco, cada uno de sus mensajes de amor y apoyo hacen que todo esto valga la pena, el miedo y el riesgo”, respondieron las administradoras.
“Hermanas, probablemente este sea uno de nuestros últimos mensajes. Han estado intentando hackear la cuenta, también nos amenazan con revelar nuestras identidades, aunque nosotras sabemos que no estamos haciendo nada malo, muchos de los que están aquí no lo ven de esa manera”, agregaron.
Posteriormente, la cuenta fue bloqueada. Sin embargo, fue habilitada otra cuenta @MetooMerida2.0 en donde postearon: “@metoomerida hermanas, hicimos esta cuenta respaldo en caso de que la oficial sea hackeada o eliminada. Tenemos screeshots del 100% de los casos y las admin. Somos de Mérida pero vivimos en tres diferentes continentes así que no tenemos miedo a amenazas. Haremos respaldo de todo”.
Y exhibieron al sujeto que lanzó una de las amenazas. “Tengan mucho cuidado con este animal, ofreció $200,000 por la identidad de las anteriores admin. Sólo él sabe lo que les quiera hacer. Pedimos por la seguridad de todas las involucradas, tanto víctimas como denunciantes y admin.”
Nacido en 2017 en Estados Unidos, el movimiento @Metoo apareció con fuerza en 2019 en México con la creación de la cuenta #MetooEscritoresMexicanos destinada a recibir denuncias de agresiones sexuales. Le siguieron las de otros gremios como periodistas, cineastas, músicos y académicos.
La avalancha de acusaciones, la mayoría anónimas, trajo despidos de presuntos abusadores, repudio de colegas, suspensión de presentaciones de libros y, de forma inesperada y trágica, el suicidio de Armando Vega Gil, integrante de la agrupación musical Botellita de Jerez.
Los críticos del movimiento cuestionaron que se pone la presunción de verdad de la víctima por sobre la de inocencia del acusado, y que se publican denuncias anónimas, que toman por culpables a los acusados, sin pruebas ni juicio previo, lo que puede amparar acusaciones falsas.
Aunque en su último mensaje en Twitter el bajista de Botellita de Jerez pidió no responsabilizar a nadie por su suicidio, el movimiento #MeToo se convirtió en el blanco de las críticas y cuestionamientos.
"Mi muerte no es una confesión de culpabilidad, todo lo contrario, es una radical declaración de inocencia”, escribió el músico.
Dos días más tarde, la cuenta que había publicado cientos de denuncias contra artistas decidió suspender sus actividades. Junto con lamentar la muerte de Vega Gil y pedir perdón por los daños causados al feminismo, reiteró las acusaciones contra más de 15 músicos.
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