La Federación Mexicana de Futbol (FMF) desembolsó USD 14 millones de dólares para comprarle a Tirso Martínez Sánchez las franquicias de Querétaro e Irapuato en el 2006, al percatarse que éste era un narcotraficante que había trabajado para los cárteles de Juárez y Sinaloa en la década de los 90 y 2000.
Tirso Martínez fungió como testigo en el juicio en contra de Joaquín “El Chapo” Guzmán y en diciembre de 2018 fue cuando dio detalles de la venta de los equipos que fútbol, los cuales en su momento adquirió por las ganancias obtenidas en el narcotráfico. Entre los sobrenombres con los que se le identificaba resalta “El Futbolista”.
La FMF detectó anomalías con el dueño de Gallos e Irapuato tras realizar una auditoria para conocer la solvencia económica de los equipos y si los dueños podían tener equipos en Primera División. Tras la investigación, la FMF los desafilió bajo la justificación de reducir los equipos de 20 a 18.
Alberto de la Torre, quien fue presidente del organismo de 2000 al 2006, contó a Medio Tiempo: “Esos dos en especial se vio que no tenían la solvencia o no presentaron los papeles suficientes a la empresa que nosotros le encomendamos el trabajo. Con el que aparecía como presidente (de Irapuato y Querétaro) sí estuvimos en contacto y ellos nos pasaban las decisiones. Se hizo todo lo posible para comprárselos y ahí en ese momento sí se pudo comprar y se pudieron tener esas dos franquicias en reserva para que se pudieran vender”.
Dicha situación hizo que la FMF tuviera que comprar los equipos a plazos, según dio a conocer el ex directivo. "Las dos costaron alrededor de 14 millones de dólares y fue barato en comparación de lo que valen ahora los equipos”, mencionó.
Pero en julio de 2019, Reforma informó que Caja Libertad (ahora conocida como Libertad Servicios Financieros) le pagó USD 7 millones a Tirso Martínez por el club Querétaro, negociando directamente con el narcotraficante.
Tirso Martínez Sánchez declaró en diciembre de 2018 que el dinero que obtuvo del narcotráfico lo gastó en propiedades, caballos, peleas de gallos, juegos de azar, equipos de futbol y vehículos. Él estuvo a cargo de los cargamentos de cocaína que ingresaron a Nueva York, Los Ángeles y Chicago, lo cual le generó ganancias por USD 70 millones.
De acuerdo con Medio Tiempo, que consultó Registros Electrónicos de la Corte de Estados Unidos (PACER, por su sigla en inglés), el juez Brian Cogan cuestionó: “La Federación Mexicana de Futbol, aparentemente descubrió quién era usted, y se ofreció a comprarle los equipos. En 10 millones de dólares ¿Es correcto?”.
La respuesta que dio el narcotraficante originario de Guadalajara, Jalisco fue: “aproximadamente”, aludiendo a que efectivamente desembolsó por Venados entre USD 600,000 y 700,000, y por la Piedad USD 2.2 millones, el cual vendió en USD 10 millones.
Su detención fue el 2 de diciembre de 2014 en León, Guanajuato, por la Policía Federal, tras ser acusado de introducir 76 toneladas de cocaína entre 2000 y 2003 a Estados Unidos. Otra de las acusaciones fue de lavado de dinero a través de los equipo de Querétaro e Irapuato.
Fue extraditado en el 2015 a Estados Unidos y en el 2016 se declaró culpable de distribuir toneladas de cocaína. Fue acusado de introducir 76 toneladas de esta droga a territorio estadounidense entre los tres años mencionados, entrando en la lista de los más buscados por el gobierno estadounidense, el cual llegó a ofrecer una recompensa de USD 5 millones a quien diera información que ayudara a dar con su paradero.
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