De continuar la tendencia de crecimiento urbano desordenado y descontrolado en la zona metropolitana del Valle de México (ZMVM), para 2060 la temperatura aumentará hasta tres grados centígrados, así lo revelo un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Regiones como Tláhuac y Xochimilco, así como municipios ubicados al norte de la zona metropolitana, como Zumpango, podrían experimentar esta alza en la temperatura, además del incremento por el cambio climático. De acuerdo con científicos del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad (LANCIS), del Instituto de Ecología (IE), las modelaciones y mapas de urbanización proyectados para 2060 “encienden los focos rojos”, "y en algunas áreas se debe tener más cuidado por las condiciones de vulnerabilidad ya existentes”.
Yosune Miquelajauregui Graf, investigadora del LANCIS que lidera el estudio, refirió que en 2014, la ZMVM tenía 2,287 kilómetros cuadrados (INEGI), y “bajo un escenario sin restricción de crecimiento, podría alcanzar los 6,459 kilómetros cuadrados para 2060, área 282% mayor”.
El crecimiento urbano sobre las cuencas altas también podría tener efectos sobre la disponibilidad del agua. “Podría aumentar el escurrimiento superficial de agua pluvial; es decir, habría menos infiltración a mantos freáticos y, en consecuencia, menos recarga de los mismos”, explicó.
De acuerdo con las proyecciones, algunas cuencas altas triplicarían o cuadruplicarían su cobertura urbana, situación que se agrava si se considera que algunas de ellas incluyen suelo de conservación, como las alcaldías de Tlalpan y Xochimilco, en la Ciudad de México.
A mayor temperatura, mayor vulnerabilidad urbana
La proyección en la que exploran trayectorias de crecimiento urbano sin restricción, se observa una alteración de las áreas naturales protegidas federales y estatales y del suelo de conservación, pues la zona urbana no tiene restricciones físicas o legales para expandirse.
Los especialistas proyectan que para el 2060 áreas como Tláhuac, Chalco y Xochimilco podrían tener dos o tres grados centígrados más de temperatura; en la misma situación estarían Cuautitlán, Texcoco y Atenco. “Es necesario evaluar cómo el aumento en la temperatura podría incidir en la ocurrencia de incendios forestales, en la disponibilidad de agua, la salud de la población y en la vulnerabilidad urbana”, dijo Graf.
De igual manera, evaluaron la respuesta hídrica de las cuencas altas en función del cambio de cobertura proyectado, es decir, la cantidad de lluvia que escurriría hacia zonas bajas. Como efecto del crecimiento urbano, en general escurriría hasta tres veces más agua que en la actualidad, lo que significaría menos infiltración a los mantos freáticos y la afectación a la disponibilidad de este recurso.
Bajo este escenario, se determinó que el tipo de cobertura más susceptible a perderse es la forestal. “De 2014 a 2060 la cobertura agrícola en algunas de las cuencas del surponiente de la Ciudad de México podría reducirse hasta 14 por ciento, mientras que la cobertura forestal podría disminuir siete por ciento”, añadió la especialista.
Con estos resultados surge la necesidad de evaluar otros escenarios de crecimiento urbano, generar capacidades técnicas de análisis e integración de información, así como incentivar políticas públicas encaminadas a estados más sostenibles. “La Zona Metropolitana del Valle de México es un todo y debe verse de esa manera, de otro modo será difícil mitigar los efectos del crecimiento urbano y adaptarnos a ellos”, advirtió.
La experta y sus colaboradores ya han presentado sus resultados ante distintas agencias del gobierno de la Ciudad de México con buena respuesta. “Uno de los objetivos del modelo MEGADAPT es que funcione como una herramienta que apoye la toma de decisiones. En el futuro nos interesaría también dialogar con las autoridades mexiquenses, pues en todos los casos se deben de tomar decisiones robustas e informadas”, concluyó.
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