En los primeros diez meses del 2019 se registraron 24,484 víctimas de homicidio doloso en México. No hay películas de terror con cifras como esas, ni hay modo de vivir como si eso fuera normal.
El Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) perfiló al 2019 para ser el año con la mayor tasa de asesinatos, feminicidios, robo a negocios, trata de personas y narcomenudeo.
También advirtió sobre las nueve entidades con focos rojos en delitos del fuero común. Se trata de Quintana Roo, Ciudad de México, Colima, Chihuahua, Morelos, Zacatecas, Estado de México, Puebla e Hidalgo.
Para este listado, el ONC tomó en cuenta las tasas por cada 100.000 habitantes de 12 delitos.
Guerrero, Tamaulipas y Michoacán no figuraron en la lista, aunque el Observatorio Nacional Ciudadano señaló que tienen problemas serios de crimen organizado.
Lo anterior indica que las entidades con mayores tasas de incidencia delictiva no necesariamente corresponden a las que tienen mayor penetración de la delincuencia organizada.
Quintana Roo es el estado donde más han aumentado los crímenes, comparando los 10 primeros meses de 2019 con el mismo periodo en 2018. Después se encuentra Estado de México, que presentó 11 delitos a la alza, como trata de personas, narcomenudeo y extorsión.
Una de las fotografías más cruda de la violencia en México ha ocurrido precisamente en esta última entidad, donde 2,841 personas perdieron la vida de forma brutal, de enero a octubre.
Puebla tuvo un alza en 10 ilícitos principalmente narcomenudeo, trata y robo a transeúntes. Hidalgo también registró un aumento en 10 delitos, con énfasis en el robo a transeúnte.
Los datos desnudan que la promesa de esta administración sobre recuperar la paz y disminuir la violencia en México sólo se ha quedado en el discurso federal.
Desde hace meses, el Observatorio Nacional Ciudadano hizo énfasis en señalar que la ausencia de una estrategia de seguridad habría de empeorar un escenario de alta incidencia delictiva y violencia heredada de la pasada administración.
No se equivocaba. En lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la táctica de seguridad no ha sido suficiente, y los números lo demuestran.
A propósito, el Secretariado del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) registró su último informe sobre los delitos del mes de octubre, en el cual se cometieron 2,430 crímenes de homicidios dolosos a nivel nacional. Sobre feminicidio se indicó que hubo 66 víctimas, mientras tanto el delito de secuestro cerró con 105 carpetas de investigación.
En junio se observó la cifra mensual más alta de asesinatos dolosos del 2019 con 2,566 casos, muchos de ellos perpetrados por grupos criminales.
La apuesta del mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se concentra en la defensa contra organizaciones delictivas con la nueva Guardia Nacional y el fortalecimiento del tejido social a través de diversos programas sociales que entregan recursos, generalmente en efectivo, a diversos grupos vulnerables entre los mexicanos.
Para el ex candidato a la presidencia de Colombia, Sergio Fajardo, el gobierno mexicano necesita una estrategia integral de combate al crimen y la violencia; no obstante, advirtió que dar dinero no basta para frenar la incorporación de jóvenes al narco.
En entrevista con Aristegui Noticias, el también ex alcalde de Medellín, señaló que es importante entender cuáles son las cualidades de las comunidades donde predomina el crimen organizado. “Se necesita una intervención central y local. Tienen que estar unidos para enfrentarlo”.
Durante su campaña presidencial, Obrador habló del perdón y la reconciliación. Pero, ¿eso bastará? ¿Qué pasa con el sistema judicial, responsable de la impunidad casi absoluta que vive el país?¿y con el rebasado y podrido sistema penitenciario? ¿qué hay con las investigaciones pendientes sobre miles de muertos y desaparecidos? ¿el fortalecimiento de los grupos criminales? En el país hay tantas dudas como víctimas en espera de justicia.
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