Desde hace más de 10 años, cuando comenzó la llamada “guerra contra el narcotráfico” Acapulco, Guerrero, fue una de las ciudades más azotadas por la violencia: el famoso puerto vivió sus días más negros que lo hundieron en una grave crisis turística, económica, pero sobre todo, de seguridad.
Aunque los niveles de criminalidad, principalmente la derivada por el crimen organizado, no son los mismos, la estrategia para detener la ola de inseguridad no ha dado resultados.
De acuerdo con el diario Reforma, en los últimos 21 meses, al menos 16 células criminales han sumido a Acapulco en una ola de violencia, que ha dejado más de 1.300 muertes en la ciudad, (cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública).
Según un reporte interno de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) municipal, la ciudad es disputada por células de sicarios que son escisiones del Cártel Independiente de Acapulco (CIDA), brazo armado de lo que alguna vez fue la organización de los Beltrán Leyva dirigida por Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”.
El informe detalla que el CIDA es actualmente el cártel más fuerte en el puerto turístico, pues controla la distribución de droga y el cobro de cuotas a negocios de todos los giros comerciales.
Opera en la Costera Miguel Alemán, el centro de la ciudad, y más de 80 colonias del área poniente, además del penal de Las Cruces.
“Los Virus”, el segundo grupo más importante, controla parte de la Zona Diamante y Puerto Marqués y una parte de la Costera Miguel Alemán, según el reporte.
Las otras 14 células criminales, denominadas en el informe como “pandillas atomizadas”, actúan por propia cuenta en colonias suburbanas y comunidades rurales.
Reforma detalla que estas organizaciones también realizan el cobro de cuotas semanales al transporte público y cuando algún grupo delictivo sufre la detención de uno de sus integrantes por parte de las autoridades, obligan a los conductores a realizar bloqueos.
Empresarios y transportistas aseguran que la batalla a muerte entre estos grupos criminales ha acentuado el cobro de piso, los secuestros y homicidios.
Alejandro Martínez Sidney, dirigente en Acapulco de la Federación de Cámaras de Comercio, aseguró que quienes tienen sus negocios en la Costera, Centro, Zona Diamante, Puerto Marqués, siguen pagando cuotas a los grupos de la delincuencia para poder trabajar.
Ante la situación de violencia imparable y la falta de seguridad, en varias colonias los habitantes se han auto-impuesto una especie de “toque de queda” en horas de la noche para no ser víctimas de la delincuencia.
Encontraron en una fosa clandestina a la familia “levantada” en su casa en Acapulco: entre ellos un niño y su abuela
Este viernes 15 de noviembre, fueron localizados cinco cuerpos en la colonia Simón Bolívar, en Acapulco Guerrero, y de acuerdo a los primeros dictámenes forenses pertenecen a los integrantes de la familia que fue sacada de su domicilio a la fuerza, entre ellos una mujer mayor y dos menores de edad.
La Fiscalía General del Estado, informó de la captura de cuatro hombres, integrantes del grupo delictivo “Los Virus”, quienes estarían relacionados con la desaparición y asesinato de la familia.
Al momento de su arresto, uno de los sujetos portaban un arma calibre 9 milímetros, la cual de acuerdo a los dictámenes de balística forense, corresponden al arma usada para privar de la vida a las víctimas, cuyos cuerpos fueron encontrados en una zona conocida como “La Milpa”.
La abuela tenía 70 años, los menores 11 y 16 años
Pedro Ramírez Gutiérrez, de 16 años, René Calderón Gutiérrez, de 11, la estudiante de Psicología de la de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), Adriana Gutiérrez Rendón, de 34, un estudiante de la licenciatura en Cultura Física y Deporte, identificado como Hiram Josué, de 19 años, y Honorina Rendón Ríos, de 70; fueron vistos por última vez en la colonia Simón Bolivar en Acapulco, Guerrero, el martes 15 de octubre, cuando sus familiares alertaron que fueron sacados de su domicilio a la fuerza.
El reporte de la Fiscalía indica que tanto Adriana como Honorina vestían pijama y estaban descalzas al momento de su desaparición. Sobre los menores sólo se dijo que Pedro presenta acné en la cara, usa braquets y tiene una perforación en la oreja izquierda. Mientras el más pequeño, René Orfanel, tiene una cicatriz en la barbilla.
La colonia Simón Bolivar está ubicada en la zona conurbada de Acapulco, donde la violencia es imparable. Actualmente, un filtro de seguridad fue instalado en la avenida costera donde se revisaron unidades de transporte.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registró que de enero a agosto se cometieron 339 delitos contra la libertad personal, de ellos 39 fueron tipificados como secuestro.
Hasta agosto, ningún rapto fue clasificado como secuestro con calidad de rehén.
En la joya turística se han presentado diversos enfrentamientos entre habitantes y grupos del crimen organizado. Las últimas semanas, los conductores de camiones urbanos, camionetas Urvan y taxis colectivos se convirtieron en blanco de los delincuentes, luego de que sufrieran extorsiones, incendios y asesinatos.
Los ataques fueron provocados debido a que los choferes se negaron a pagar la cuota de 100 pesos semanales.
Cuando los operadores no aportan su cuota, son golpeados por los delincuentes y las unidades atacadas. El pasado 9 de octubre, sujetos incendiaron un camión urbano de pasajeros en plena avenida Costera Miguel Alemán, la principal vía de Acapulco y una de las más vigiladas.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 17:30 horas. Ese mismo día fueron quemadas al menos tres unidades más.
Un mapeo realizado por la Fiscalía General del Estado y diferentes narcomantas encontradas en la zona turística de Guerrero, refieren que actualmente la estructura criminal del Cártel Independiente de Acapulco (CIDA) abarca varios sectores del puerto y mantienen confrontación con sicarios del Cártel de Jalisco Nueva Generación.
Pese a que las autoridades tienen bien identificados a los líderes de cada sector al servicio de ese cártel y su modus operandi, no han logrado revertir los efectos de la narcoviolencia.
El pasado 10 de octubre se desplegó un retén militar, aún así los crímenes continúan contra los pobladores.
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