México vivió este jueves una nueva jornada de violencia y caos. La capital del estado de Sinaloa, Culiacán, fue escenario el jueves de intensos tiroteos y bloqueos viales tras la localización de uno de los hijos del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien al parecer quedó libre. La operación provocó el caos en las calles y una fuga de presos de una cárcel de esta ciudad del noroeste de México.
Los incidentes causaron 21 heridos por arma de fuego y un número indeterminado de fallecidos, entre los que no habría militares o efectivos de la Guardia Nacional, explicó el secretario estatal de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda, en un balance preliminar casi a medianoche. Además, 27 presos se fugaron del penal, agregó.
Después de horas de balaceras, de la aparición de vehículos incendiados en distintos lugares de la ciudad y del llamamiento a la calma del gobierno estatal, hombres armados continuaban circulando por las calles en plena noche y algunas vías seguían cortadas. No se apreciaba una presencia destacada de las fuerzas de seguridad.
Un mensaje de video de Alfonso Durazo, secretario federal de Seguridad y Protección Ciudadana, no contribuyó a la tranquilidad porque, aunque confirmó que las autoridades localizaron por la tarde a Ovidio Guzmán López en una patrulla de rutina, no dejó claro si el hijo de “El Chapo” llegó a ser detenido, si lo arrestaron y luego fue liberado por la intensidad de los enfrentamientos o si simplemente huyó.
Sin embargo, José Luis González Meza, uno de los abogados de la familia de “El Chapo”, declaró a The Associated Press que familiares de Guzmán le indicaron que “Ovidio está vivo y está libre”, aunque dijo no tener información más detallada de lo sucedido durante la tarde.
Durazo explicó que 30 elementos de la Guardia Nacional y del ejército fueron agredidos desde una vivienda cuando realizaban un patrullaje, que los militares repelieron la agresión y tomaron control del domicilio y que fue entonces cuando localizaron en su interior a cuatro personas, una de ellas Guzmán López.
Sin embargo, agregó, grupos de delincuencia organizada rodearon el lugar “con una fuerza mayor” que la de los militares y sembraron el pánico en diversos puntos de la ciudad, por lo que el gobierno federal optó por detener el operativo.
“Con el propósito de salvaguardar el bien superior de la integridad y tranquilidad de la sociedad culiacanense los funcionarios del gabinete de seguridad acordamos suspender dichas acciones”, dijo.
Ovidio y su hermano Alfredo, habrían asumido el liderazgo de una parte del cártel de Sinaloa, desde la extradición de su padre a Estados Unidos en enero de 2017.
Las balaceras en diversos puntos de Culiacán comenzaron tras las acciones de las fuerzas federales. En las redes sociales se difundieron vídeos en los que se veían camionetas con civiles armados y ametralladoras de gran calibre, vehículos quemados en algunas vías y en casetas de peaje en las afueras, una práctica que los grupos del crimen organizado suelen utilizar para impedir la movilidad de las autoridades.
“Nada funciona”, dijo a la AP por teléfono Ricardo González, un trabajador del Congreso estatal que se encerró en su casa después de recoger a su hijo de 15 años en la escuela. “Hay psicosis, nadie sabe qué está pasando, pero todos tenemos miedo y ya nos han dicho que mañana no nos presentemos en el trabajo”.
El gobernador, Quirino Ordaz, confirmó en declaraciones a Milenio Televisión que se suspendieron las clases pero dijo que los negocios sí funcionarían.
González, sin embargo, lo dudaba.
“No hay transporte público, no hay taxis, la gente de fuera de la ciudad se ha quedado aquí bloqueada y mañana todo será igual”, agregó tras asegurar que no recordaba una situación similar desde hace casi una década, cuando el Cártel de Sinaloa vivió una guerra interna.
Con la tercera y última detención de “El Chapo” en 2016 se desató una lucha por el control del grupo que fue desactivada con el encarcelamiento de Dámaso López Núñez y su hijo, Dámaso López Serrano. El primero fue capturado por México y el segundo se entregó voluntariamente a las autoridades estadounidenses.
Quién es Ovidio Guzmán
Ovidio Guzmán es hijo de Joaquín Guzmán Loera y Griselda López Pérez, su segunda esposa, con quien “El Chapo” también procreó a Joaquín, Édgar y Griselda Guadalupe.
Griselda ayudó, en varias ocasiones, a que “El Chapo” escapara de la justicia. Ovidio fue señalado en 2012 por el gobierno de Estados Unidos como parte de la organización criminal de su padre. Sin embargo, en los últimos años ha logrado mantener un perfil más bajo que sus hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo.
Estados Unidos incluyó a Ovidio, junto con su medio hermano Iván Archivaldo Guzmán Salazar, alias “Alejandro Cárdenas Salazar”, “El Chapito”, “César”, “Jorge”, o “Luis”, en la lista de narcotraficantes más buscados. También su otro hermanastro Joaquín Guzmán López, alias “El Güero”, “Moreno”, o “Güero Moreno” de 34 años, quien fue acusado de conspiración para traficar cocaína, metanfetaminas y marihuana de México a otros países y a Estados Unidos entre 2008 y 2018.
El poderoso cártel de Sinaloa está fragmentado entre los hijos del Chapo, sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos, e Ismael “El Mayo” Zambada, otrora socio del encarcelado capo.
Guzmán, que llegó a ser considerado el narcotraficante más poderoso del mundo, se fugó en enero de 2001 de la cárcel de Puente Grande en el primero de sus escapes.
Fue recapturado en febrero de 2014, pero 17 meses después protagonizó otra espectacular huida de un penal de máxima seguridad.
El Chapo fue detenido por tercera vez en enero de 2016 y un año después fue extraditado a Estados Unidos.
Ovidio y su hermano Alfredo fueron atacados el 15 de agosto del 2016, cuando “Los Chapitos” estaban en un el restaurante de Puerto Vallarta, Jalisco. Las autoridades atribuyeron el ataque al Cártel Jalisco Nueva Generación, un grupo rival.
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