La tarde de este domingo se realizó la Marcha del Silencio por las Mujeres Asesinadas, que inició en el Ángel de la Independencia, en Paseo de la Reforma, y concluyó en el Zócalo, en el Centro Histórico.
Sin un operativo especial por parte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, las mujeres, la mayoría vestidas de blanco, comenzaron a caminar como protesta ante los crecientes feminicidios en prácticamente todo el país, donde las víctimas cada vez más son niñas y adolescentes.
Con pancartas y letreros, los manifestantes, algunos de ellos hombres, exigieron a los gobiernos federal, estatal y de la Ciudad de México mecanismos más eficaces para frenar los feminicidios y mejorar la llamada "Alerta de Género" que se aplica en diversos estados.
No hubo incidentes, pero sí exigencias a los gobiernos federal y estatales, para instrumentar políticas públicas y programas para frenar la violencia, asesinatos, desapariciones, violaciones y abusos contra mujeres, jóvenes, adolescentes y niñas en el país.
Algunas de las asistentes llegaron convocadas por las redes sociales sin pertenecer a algún colectivo, y otras eran de la organización "Ni una más".
En la marcha, algunas personas se fueron sumando a las demandas.
"Es preocupante el número de mujeres, jóvenes, adolescentes y niñas que desaparecen diariamente en el país. Eso no le interesa a nadie. Dicen que estamos felices, es una mentira, estamos en una crisis de inseguridad", opinó María Elena, una madre de 38 años de edad.
Entre los testimonios que se encontraban en la marcha está el de Irinea Buendía, madre de una joven asesinata en 2010 por su esposo, Julio César, un policía que manipuló la escena para que pareciera un suicidio.
"No me pareció que fuera un suicidio, ya que mi hija estaba golpeada y recién bañada. Había toallas mojadas, tenía todavía el cabello húmedo, tenía las plantas de los pies y de las manos arrugadas de cuando pasas mucho tiempo en el agua", señaló.
También se manifestó Lorena Gutiérrez Rangel, madre de Fátima, una niña de 12 años que en 2015 fue torturada, violada, lapidada, asesinada y posteriormente enterrada por sujetos que la interceptaron cuando regresaba de la escuela.
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La ejecutiva del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, María de la Luz Estrada, dijo que se siguen documentando los casos en los que las mujeres son violadas y torturadas antes de ser asesinadas.
Dijo que según datos emitidos por el gobierno federal el año pasado, entre 2013 y 2016, de dos mil 157 carpetas de investigación, sólo 15% tuvo sentencia.
El pasado 30 de mayo, el Secretariado Ejecutivo advirtió sobre los números rojos de las víctimas de la violencia machista: 1,199 feminicidios se registraron en el primer cuatrimestre del 2019. A esta cifra se le suman los homicidios que no fueron denunciados o que no fueron tipificados como ese delito.
Es decir, cada dos horas y media en promedio, una mujer es asesinada por el hecho de ser mujer, una estadística que no disminuye a pesar de la gran movilización social.
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Los estados más conflictivos para las niñas y las mujeres son Estado de México, Chihuahua,Ciudad Juárez y Guerrero, en los que se pretende implementar un proyecto gestionado y subsidiado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea que pretende invertir 14 millones de euros para erradicar la violencia de género.
La mayoría de las mujeres casadas o con novio han sufrido algún tipo de violencia machista, según una encuesta de el Instituto Nacional de Estadística 2018. Es decir, más de 12 millones de mujeres soportan el terror al interior de sus casas, y en la intimidad de su relación. Pero, una de las cifras más alarmantes es que alrededor de 8,000,000 han sido asfixiadas, cortadas, quemadas, y han reconocido padecer depresión.
También, hay otros cuatro millones de mujeres a las que han intentado asesinar o ellas han reconocido plantearse el suicidio.
Con información de Notimex.