La desigualdad socioeconómica es uno de los problemas que más aqueja a la generación millennial, pues laboran en un mercado laboral precario, con menores garantías respecto a la seguridad social y son quienes sostienen el sistema fiscal vigente aun cuando no tienen certeza de que la siguiente generaciones harán lo mismo para ellos.
En una entrevista con el portal Economía Hoy, Héctor Villareal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), mencionó que "esta generación está pagando impuestos a cambio de muy malos servicios públicos, aparte, tienen que ahorrar para su pensión, están pagando las de otras generaciones y se emplean en un mercado laboral precario, inseguro y volátil".
El factor para definir que una persona pertenece a la generación millennial es que tuvo que haber nacido entre el años 1980 y el 2000, época en la cual comenzó el desarrollo del internet. Un estudio elaborado por BBVA Research apunta que los jóvenes de esta línea generacional no solo buscan títulos universitarios y trabajo estable, sino que son innovadores y emprendedores.
Actualmente, los millennial representan más de la mitad de la Población Económicamente Activa (PEA) y concentran a la mayor parte de los contribuyentes; sin embargo, también representan más del 60% de la cifra de desempleo, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Una investigación en conjunto donde participaron Bitácora Social y la Universidad de Guadalajara, entre otras instituciones, reveló que las personas de esta generación anhelan cosas similares que sus padres cuando eran jóvenes: vivir en pareja, tener un empleo y hacer una carrera en él y tener seguro o una pensión.
No obstante, hay un elemento que los diferencia completamente y es que son conscientes de que el sistema económico y social no está a su favor. Villarreal explicó que ahora los millennial son quienes sostienen los servicios de seguridad para sus padres y abuelos, pero como uno de sus rasgos característicos es que tener hijos no es una prioridad, esto complica el panorama para su vejez.
Al respecto, el especialista comentó que existe una posibilidad de que la tasa de fecundidad, la cual es de 2.07 en el México actual, disminuya dramáticamente. "En siete u ocho años podría haber un desplome de la tasa de fecundidad y que esta se de 1.6 o 1.5″.
Además, todo esto podría impactar de mayor forma si se tiene en cuenta que cuando la generación millennial llegue a la vejez habrá otra estructura sociodemográfica con un panorama fiscal poco prometedor, lo cual se combinará con el aumento en la esperanza de vida y el incremento de las enfermedades crónico degenerativas.
En el entorno actual existe un problema con las pensiones, señala el director del CIEP, y es la desigualdad entre ellas: cerca de 877 mil millones de pesos se distribuyen entre 5 millones de personas pensionadas, mientras que 107 mil millones de pesos se reparten entre 7.7 millones de personas ancianas y con discapacidad permanente.
Para el experto, la política pública nacional no tiene una perspectiva demográfica y advirtió que si no se hace algo al respecto, este sistema y quienes ahora son jóvenes enfrentarán un escenario "muy adverso". Así concluyó que existe "una urgencia de política pública con perspectiva de género y con perspectiva etaria".
¿Los millennials "se ponen" las camisetas de donde trabajan?
Uno de los aspectos que más se les ha criticado a la generación millennial es que son personas "individualistas", las cuales no tienden a "ponerse la camiseta " de las empresas en donde trabajan, pero al mismo tiempo exigen buenos salarios, horarios flexibles y que no logran durar más de dos años en un empleo.
De acuerdo con la Encuesta Millennials 2018, elaborada por la consultoría Deloitte, hay elementos que ayudan a que los jóvenes permanezcan en sus empleos y uno de los más importantes es percibir un buen salario, después sigue la posibilidad de crecer y aprender, mientras que en tercer lugar se encuentra la flexibilidad de horarios.
El documento también muestra que los jóvenes consideran que las empresas pueden generar un impacto positivo en la sociedad si aumentan la calidad de vida de sus empleados, aportan valores, mejoran y protegen el medio ambiente y generan nuevos empleos.