La caída de Rosario Robles: de esperanza para la izquierda a símbolo de la corrupción

Rosario Robles vive la caída más grande en su carrera política. Después de haber superado escándalos y señalamientos por corrupción que tuvieron lugar en su pasado, el día de hoy ha sido vinculada a proceso por ejercicio indebido del servicio público realizado durante su colaboración como titular de Sedesol en el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Su pesadilla se hizo realidad: esperará tras las rejas a que continúe su juicio legal. A pesar de haber pedido en varias ocasiones durante su audiencia, el 12 de agosto del 2019, que no fuera encerrada por prisión preventiva, el juez Felipe de Jesús Delgadillo dijo que había riesgo de que se fugara, por lo que determinó que fuera trasladada al reclusorio femenil de Santa Martha Acatitla.

Cuando escuchó que le sería impuesta esta medida cautelar, la ex funcionaria "se descompuso", dijo Nayeli Roldán, reportera de Animal Político a W Radio. La imagen de mujer firme, fuerte y transparente que había querido proyectar al llegar a los juzgados el pasado 8 de agosto y este martes 13, se desintegró al verse tras las rejas.

Detrás de este socavón en su carrera política, hay 31 años de experiencia que la han puesto en el ojo de la opinión pública, en donde no todo ha sido gris.

Rosario Robles egresó de la licenciatura Universidad Nacional Autónoma de México como economista y después como maestra en Desarrollo Rural. En 1988 comenzó a realizar sus pininos en ejercicio de política con perspectiva de género, con vistas a la administración pública. Se convirtió en dirigente femenil del Sindicato Nacional de Trabajadores de la UNAM (STUNAM) y formó parte de su Comité Ejecutivo.

Durante su gestión en el sindicato, se sumó al equipo de las personas que fundaron el Partido de la Revolución Democrática (PRD), al que también estaba integrado el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador. Dentro ocupó los cargos de Consejera Nacional, secretaria de movimientos sociales del CEN y secretaria de Organización.

En 1993 dejó su trabajo en el sindicato de la UNAM, para un año después pelear por un curul en la Cámara de Diputados. Y lo logró. Robles se convirtió en diputada federal de la LVI Legislatura por el estado de Coahuila, en donde nació. Allí presidió la Comisión de Desarrollo social, perfilando así el cargo más importante que ostentaría 18 años después en el gobierno federal. También participó en la Comisión permanente del Congreso de mayo a agosto durante el proceso electoral federal.

Primer victoria

Durante esos años, se acercaría a Cuahutémoc Cárdenas, la figura más relevante del PRD entonces. Su trato con el líder de izquierda, hijo del ex presidente Lázaro Cárdenas, además de su papel desempeñado en la Cámara de Diputados, hizo que cuando el político fuera ganador de las elecciones para la jefatura del entonces Distrito Federal en 1997, ella se convirtiera en la secretaria de gobierno.

Éste fue una de las primeras grandes victorias políticas. Cárdenas estaba tomando fuerza en su camino a la presidencia y a Robles se le abría, poco a poco, una pequeña puerta para tomar cargo en el gobierno federal.

Tres años después de haber asumido el puesto, en 1999 su carrera profesional se engalanó al recibir el título de jefa de gobierno; la primer mujer en ocupar ese cargo. Su designación se dio porque el PRD decidió que su entonces jefe participara como candidato presidencial en las elecciones del 2000.

Una de las frases que dijo en su gestión y que es recordada en la historia política mexicana, fue "Tengo las faldas bien puestas".

Durante su gobierno se llevaron a cabo los Operativos de Operación de Centros Nocturnos con los que fueron cerrados cientos de establecimientos por no cumplir la normativa, o darle entrada a menores de edad. También impulsó la llamada "Ley Robles" (avalada dos años más tarde), en la que se establece que los agentes del Ministerio Público pueden autorizar realizar aborto a mujeres que hayan quedado embarazadas por violación.

Además, su gobierno acusó al ex regente priísta, Óscar Espinosa Villarreal, entonces secretario de Turismo, por desviar 240 millones de pesos. Fue declarado culpable en 2005.

Cuauhtémoc Cárdenas no llegó a la silla presidencial y Robles tuvo que abandonar, por un tiempo, la idea de escalar más niveles en la administración pública. Pero no todo estaba perdido. Andrés Manuel López Obrador, su compañero en el partido, se convirtió en el nuevo jefe de gobierno de la ahora Ciudad de México.

Mientras él ganaba adeptos a través de la realización de grandes obras como el segundo piso del Periférico, Rosario Robles reforzaba su presencia en el PRD. En el 2002 se convirtió en la presidenta nacional del partido, cargo que había dejado AMLO tres años antes.

La primer caída de Robles

Sin embargo, a pesar de estar en la cúspide de su vida profesional, cometió uno de los errores más grandes que mancharon su imagen política: se relacionó con el empresario argentino Carlos Ahumada.

En 2002 fue un secreto a voces tras las bambalinas del escenario político, que la presidenta del PRD mantenía un amorío con el entonces dueño de Grupo Quart, el diario El Independiente y los equipos de fútbol León y Santos.

Hasta que en 2004 Televisa mostró videos en donde se le ve a Ahumada entregando grandes sumas de dinero a René Bejarano, entonces diputado local y mano derecha del jefe de gobierno capitalino Andrés Manuel López Obrador, quien se encarreraba para competir por la presidencia.

Las imágenes embarraron no sólo a los involucrados, sino al PRD y sus pilares en la política. Días después, un segundo golpe llegó: en otro clip el mismo Carlos Ahumada también le daba billetes a Carlos Imaz, entonces jefe delegacional de la alcaldía Tlalpan. En los videos se sugería que el dinero era para comprar publicidad e impulsar las campañas de Andrés Manuel López Obrador en el gobierno, y Rosario Robles dentro del partido.

Imaz salió a defenderse y en entrevista con Carmen Aristegui dijo que el argentino era un chantajista que le había pedido cargos en la alcaldía a pesar de no haber tenido nunca una negociación de ese tipo con él. También señaló que las imágenes habían sido para tirar a AMLO en su camino a la presidencia. Tiempo después se supo que fue el propio Ahumada quien había realizado las filtraciones de los videos.

Los integrantes del PRD señalaron a Rosario Robles como la responsable de relacionar a Ahumada y a los dos políticos. También la acusaron de realizar favores a empresas privadas aprovechándose de la posición en su partido. Ella sucumbió ante los reclamos y en 2004 renunció al partido.

Un año después publicó el libro Con todo el corazón, en el que lamentó haber mezclado su relación sentimental con su vida profesional, y pidió disculpas a los mexicanos.

Durante tres años desapareció de la luz mediática. En 2007 regresó pero ahora como una consultoría llamada Sostén, en la que asesoró a mujeres políticas. Una de ellas fue Ivonne Ortega, quien ese mismo año ganó la gobernatura de Yucatán.

En este tiempo cerró el ciclo con el PRD y para el 2012, durante su participación en un evento en Acapulco de la Red de mujeres de la Sociedad Civil, dijo apoyar al candidato presidencial priísta Enrique Peña Nieto. "México necesita un cambio que no puede seguir por el mismo camino, las mujeres no queremos que se siga masacrando a los jóvenes, no queremos seguir recogiendo los cadáveres de nuestros hijos y en consecuencia creo fundamental que haya una transformación", dijo a El Universal.

Después de la victoria del priísta, Andrés Manuel López Obrador, quien se había postulado a la presidencia por segunda ocasión, acusó al presidente electo de haber comprado votos. La respuesta a su comentario vino de Robles. Ella dijo que no se diera "golpes de pecho" si él había hecho lo mismo en el 2000. Incluso acotó que fue a ella a quien designó la labor de regalar las despensas.

Su camino en Sedesol

Su apoyo valió lo suficiente ya que cuando EPN tomó protesta como presidente de México, Robles fue anunciada como la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

Como funcionaria federal recibió su primer golpe en 2013 cuando fue acusada de conflicto de intereses. La Sedesol firmó un contrato con Pepsi Co. para participar en un programa social, sin embargo, se dio a conocer que su hermana, Magdalena Robles, era la publicista de la compañía.

El 21 de agosto 2013 demandó a Carlos Ahumada, su ex pareja, por extorsión, fraude y uso de documentos falsos. Él un año después la contra demandó a ella y al PRD por 520 millones de pesos que él les había dado para pagar publicidad y que no le fueron retribuidos.

Un año después su ex partido, el PRD, la denunció por el uso indebido de programas sociales. Según dijeron, Rosario amenazaba con retirarle los apoyos a las poblaciones más vulnerables si no votaban por el PRI en las siguientes elecciones de la Ciudad de México.

Pero, al parecer, Robles no solamente señalaba irregularidades, sino que también las cometía. En 2015 fue cuando comenzó a contratar universidades para que realizaran servicios fantasma en la Cruzada Nacional Contra el Hambre y que después fueron señalados como organismos para triangular recursos.

Esta información fue revelada en 2018 a través de la investigación periodística la Estafa Maestra, en donde se destapó que diversos funcionarios desviaron recursos, bajo la tutela de Enrique Peña Nieto.

Durante la primer semana de agosto se dio a conocer que Rosario Robles estaba siendo señalada de manera formal que tendría que presentarse a comparecer. Ella se mostró firme y convencida de no tener culpa, pero el día de hoy, 13 de agosto fue vinculada a proceso y le dictaron prisión preventiva. La caída después de los grandes tropiezos que tuvo en los últimos años.