Los maltratos e injusticia persigue a los migrantes centroamericanos ahí a donde van. Huyen de sus países por miedo y hambre; en su trayecto enfrentan adversidades de todo tipo en los que arriesgan su vida y la de sus seres queridos. Y cuando finalmente llegan a México, un país "de acogida", se enfrentan a tratos denigrantes por parte de las autoridades y lo que es peor, a la incertidumbre de ser secuestrados y hasta asesinados.
En Tamaulipas el secuestro de migrantes es una práctica que se ha extendido entre los grupos delictivos. De acuerdo con testimonios recogidos, los criminales los tienen identificados desde que llegan a las terminales de autobuses en Nuevo Laredo. Existen casas de seguridad donde son retenidos para ser extorsionados, golpeados y violados. Algunos sufren amenazas de muerte, son detenidos por largos periodos para realizar trabajos forzados, sufren explotación sexual o reclutamiento forzado por bandas criminales.
José, de nacionalidad guatemalteca, fue secuestrado en Tamaulipas. Su testimonio, recabado por Médicos Sin Fronteras, da cuenta de la realidad que enfrenta este grupo altamente vulnerable.
Cuando me secuestran me llevan a la casa abandonada. Y allí, donde llego, están varios niños, señoras, mujeres de 15 años
Los delincuentes se ponen en contacto por teléfono con los familiares de las víctimas, quienes son brutalmente golpeadas si corren con la mala suerte de que nadie atienda la llamada.
Le empiezan a golpear a uno en donde sea, en la cara, el estómago, lo dejan golpeado y después lo encierran
José venía huyendo de la Mara Salvatrucha en Guatemala, todos sus compañeros fueron asesinados. Ahora él tiene que esconder su rostro por miedo a represalias de quienes lo secuestraron.
La condición de vulnerabilidad en la que viven por su paso en México está condicionada a su vez por el gobierno. Médicos sin Fronteras ha denunciando que son las redadas y detenciones masivas en la frontera sur, emprendidas por las autoridades mexicanas, las que condenan a los migrantes a la clandestinidad, exponiéndolos a la violencia que impera en el país y obligándolos a transitar por rutas cada vez más peligrosas e impidiéndoles el acceso a servicios de salud. Las condiciones incluso fuerzan a los migrantes a recurrir a bandas criminales que negocian con el tráfico de seres humanos.
Las actuales políticas migratorias que han adoptado Estados Unidos y México podrían empeorar la situación. Y es que ambos países han anunciado la expansión del protocolo "Quédate en México" (Remain-in-México) a la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
María Hernández Matas, del equipo de coordinación de Médicos Sin Fronteras en México, advirtió que devolver a las personas que buscan asilo y obligarlos a permanecer en Nuevo Laredo "es una política inhumana; es ponerlos en manos del crimen organizado, donde ser migrante es sinónimo de ser una mercancía".
Los miembros de la organización internacional han sido testigos de los peligros a los que se exponen los migrantes y refugiados en los albergues de Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros; se encuentran constantemente expuestos a robos, violaciones, extorsiones, secuestros e incluso, homicidios. De acuerdo con ellos, un 45% de los pacientes atendidos de enero a mayo de 2019 en Nuevo Laredo sufrieron un evento de violencia en la ciudad mientras esperaban cruzar hacia Estados Unidos.
"La mayoría de nuestros pacientes no salen a las calles debido a que el riesgo de secuestro es inminente. El 12% de los pacientes asistidos en nuestro programa de salud mental en 2019 fueron víctimas de secuestro, 58% de ellos, en los siete días anteriores a la consulta. Los solicitantes de asilo que atendemos en Nuevo Laredo constituyen un flujo mixto, provienen de países como Cuba, República Democrática de Congo, Angola o Camerún, también México, entre otros; pero sin duda son los centroamericanos los más vulnerable al secuestro y es precisamente esta población es la que será devuelta en mayor número, bajo el protocolo Quédate en México", señaló Hernández.
Ante tal situación, Nuevo Laredo no puede convertirse en una ciudad receptora de personas solicitantes de asilo en espera de respuesta por parte del país vecino. En palabras de la activista:
México no puede considerarse un ‘País Seguro’ para quienes huyen de la violencia y Tamaulipas es buena muestra de ello
El propio gobierno estadounidense clasifica a Tamaulipas como un estado en categoría 4 de peligrosidad, por lo que exhorta a no viajar allí debido al riesgo de secuestro. Ésta es la misma categoría que EEUU utiliza para países en guerra en distintas partes del mundo, como figura en la página del Departamento de Estado.
El trato inhumano que reciben los migrantes en México
La organización internacional ha señalado las agresiones que sufren los migrantes a manos de las autoridades
"Tratados como animales", así definió Hernández Matas el trató que reciben los migrantes por parte de las autoridades en México. Son sometidos a dormir en el piso con un frío insoportable, a comer alimentos en estado de descomposición y a tolerar ser tratados de manera inhumana, a que "los oficiales les hablen como si fueran animales".
Estas personas llegan deshidratadas, con infecciones gastrointestinales y de piel, con ansiedad, estrés post-traumático y depresión. Su estado de salud revela las condiciones en las que son detenidas, sin que el gobierno de México se interese por ellos.
Son simplemente personas. No son criminales, y desafortunadamente los tratan como criminales porque se les están imponiendo medidas represivas. No podemos olvidar que son personas que están huyendo de la violencia, y lo que encuentran en México es más violencia
Los datos demuestran que las decisiones tomadas por las administraciones de México y Estados Unidos frente a la crisis migratoria, tienen devastadoras consecuencias humanitarias e incrementa el sufrimiento de las miles de personas que huyen de sus países. Sin embargo, la necesidad de estás personas las orilla a seguir intentando cruzar a Estados Unidos, o en todo caso, a quedarse en México e intentar hacer una vida aquí.