La mañana del 16 de mayo fue encontrado muerto en Playa del Carmen al periodista Francisco Ramos, sexto comunicador asesinado en lo que va del 2019, y el noveno desde que asumió la presidencia de México Andrés Manuel López Obrador, según datos de la Organización de las Naciones Unidas en México.
El número de muertes de profesionistas vinculados al periodismo ha convertido al país en uno de los más peligrosos del mundo para ejercer la profesión.
Según la organización Reporteros Sin Fronteras en abril del 2019, México es el país más peligroso del continente para los periodistas. Incluso aún más que otras naciones en conflicto como Venezuela.
Debido a la violencia continua y muertes impunes que se han registrado desde el año 2000. Según la organización Artículo 19 en 18 años se registraron 116 asesinatos a comunicadores.
Tan sólo en el sexenio de Enrique Peña Nieto se efectuaron 47 asesinatos a periodistas, y cuatro desaparecidos, según la misma ONG.
La situación no cambió con la entrada al gobierno de AMLO en diciembre del 2018.
El primer homicidio cometido que cimbró su administración fue el de Alejandro Márquez. Su cuerpo fue hallado en la carretera Tepic-Pantanal en Nayarit el 1 de diciembre. Era dueño y reportero del Orión Informativo. También contendió por la regiduría de Tuxpan en 2017.
Diego García fue el segundo periodista asesinado en la actual administración. El 6 de diciembre el reportero del semanario Morelos fue víctima de homicidio en Ecatepec, Estado de México.
Se encontraba a bordo de su automóvil cuando un grupo de hombres armados lo interceptaron y dispararon en su contra.
Ese mismo día el vocero de presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, publicó en su cuenta de Twitter que el gobierno ya trabajaba en un plan de prevención, protección, acceso a la justicia y reparación de daño que diera garantías a los periodistas. Sin embargo, los homicidios siguieron ocurriendo.
El 20 de enero se encontró el cuerpo del periodista Rafael Murúa en Baja California Sur. Fue el primer asesinato a un comunicador en 2019. Era director de la radio comunitaria Radiokashana.
Desde junio de 2017 había recibido amenazas por parte del alcalde del municipio Mulegé, por lo que estaba incorporado al mecanismo de protección a periodistas. Pero no bastó.
Un mes después, el 21 de febrero fue asesinado Jesús Eugenio Ramos, conductor del programa de radio Nuestra Región HOY en Tabasco. Se encontraba tomando café con compañeros en un restaurante del estado, cuando un homicida ingresó al lugar y le disparó a quemarropa. El periodista fue llevado al hospital pero falleció antes de llegar.
Los homicidios comenzaron ocurriendo sin freno durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El quinto periodista asesinado fue Reynaldo López, en Hermosillo, Sonora. Trabajaba en Televisa Radio y fue atacado por un grupo armado mientras se transportaba en una camioneta junto a un compañero.
El 25 de marzo Omar Iván Camacho fue víctima del mismo crimen. El cuerpo del periodista deportivo fue localizado en Sinaloa el domingo 24 de marzo. Presentaba cuerpos de haber fallecido por golpes.
Participaba en Noticieros Altavoz de Chávez Radiocast y era dueño de una página deportiva llamada Évora Sport.
Un octavo periodista asesinado fue Telésforo Santiago Enríquez, quien trabajaba en la radio comunitaria El Cafetal en Oaxaca. Fue emboscado cuando se transportaba en su vehículo el jueves 2 de mayo. Murió a causa de disparos.
El día de hoy, el periodista Francisco Romero fue víctima de homicidio en Playa del Carmen, Quintana Roo. Las autoridades reportaron que el comunicador fue asesinado a golpes en el estacionamiento de un bar. Era director de la página de Facebook Ocurrió Aquí, y reportero de algunos medios locales.
De todos los asesinatos de periodistas que han ocurrido en México desde el 2010, 99% han quedado impunes. Hasta el 2018 la Fiscalía Especial abrió 1.140 carpetas de investigación sobre este delito, pero sólo 0,87% ha concluido con el culpable en prisión, según un informe de Artículo 19.