Es un arma poderosa y de largo alcance. Confiable, pero mortal. Se trata del fusil .50, tipo Barrett, que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) pretende fabricar para aumentar la capacidad de sus elementos, principalmente los desplegados en Sinaloa, Tamaulipas y Chihuahua.
El equipo diseñado por Barrett Firearms¡ Manufacturing Inc, es comercializado a grupos de Fuerzas Armadas de al menos 30 países como Alemania, Arabia Saudita, Brasil, Bélgica, Chile, México, Colombia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Filipinas, Finlandia, Francia, Grecia, entre otros.
Además de perforar blindajes ligeros y vidrios blindados, el arsenal es capaz de penetrar fácilmente los chalecos antibalas tipo IV y la mayoría de los materiales de construcción de un edificio.
Sedena quiere un arma de este alcance, pero de fabricación nacional. El primer paso es diseñar un prototipo. Para ello, la dependencia presentó a la Secretaría de Hacienda un proyecto de inversión por 24 millones 186 mil 399 pesos para la adquisición de la infraestructura necesaria, la investigación y el desarrollo
Según la Fábrica de Armas, una vez que se cuente con el primer ejemplar, el costo de fabricación de cada fusil será de 70 mil pesos más la adquisición de la mira telescópica. Así, la fabricación del aparato será 73 por ciento más barato, respecto a la compañía estadounidense, que vende cada unidad en 427.376 pesos.
Militares, (des)armados ante el crimen organizado
Las capacidades de las Fuerzas Armadas Mexicanas apenas alcanzan para reprimir protestas, sofocar insurrecciones y contener precariamente a la delincuencia organizada.
Lo anterior es dicho tras las cifras del armamento militar que reportaron que el Ejército Mexicano opera con un déficit de 324 fusiles de precisión calibre .50.
Un total de 81 unidades del Ejército no pueden realizar correctamente sus actividades de vigilancia y patrullaje donde se requiere intervención con fuego sobre blancos a distancias mayores a mil 500 metros, debido a que carecen de fusiles de precisión de largo alcance.
Éstas 81 patrullas, realizan labores de vigilancia tres veces al día, de tal manera que dejan 972 operaciones diarias, lo cual representa 354 mil 780 recorridos sin efectividad cada año.
Ante dicho escenario, Sedena describe que requieren fusiles de alta precisión. Por ejemplo,
"Se tiene información militar de que un grupo guerrillero extranjero intenta ingresar a nuestro país por la frontera sur, para lo cual se despliegan unidades de vigilancia y patrullaje. Una unidad del Ejército observa un helicóptero que está descendiendo guerrilleros extranjeros en nuestro país. La orden que recibe es que inutilicen la aeronave; sin embargo, ésta se encuentra a una distancia aproximada de mil 700 metros. Si la unidad militar que recibe la orden cuenta con un fusil de precisión calibre .50 podrá abatir la aeronave, por el contrario, los guerrilleros descenderán en territorio nacional y la aeronave despegará.
"Balazos… no abrazos"
Los tratados internacionales son un punto en contra de la defensa militar, pues de acuerdo a éstos, el Ejército Mexicano no puede utilizar armamento sofisticado ya que el país no está en guerra como tal.
El abogado Juan Velázquez aseguró para El Universal que "la desventaja entre el narco y la Fuerza Armada es grande, pues estos últimos serían acusados de cometer un crimen de guerra contra la población civil en caso de utilizar armamento de alto poder".