Junto a Andrés Manuel López Obrador se encuentran sentados un general en proceso de retiro, una Comisaria General en activo, un contralmirante de Infantería y un General retirado. Se trata de los mandos que encabezarán a la Guardia Nacional.
Con sus vestuarios de ceremonia bien alineados y sus zapatos lustrados, Luis Rodríguez Bucio, quien encabezará dicho cuerpo de seguridad, Patricia Rosalinada Trujillo, Gabriel García Chávez y Xicoténcatl de Azolohua Núñez, acompañaron al jefe de Estado en su conferencia mañanera.
"Veo demasiados militares para una guardia civil", cuestionó el periodista de Univision, Jorge Ramos, al presiente. Éste no se equivocaba.
Las ocho sillas del Palacio Nacional, donde AMLO ofrece sus mañaneras, fueron ocupadas por miembros y exmiembros del Ejército, que hoy integrarán el nuevo cuerpo "civil". El tema ha generado polémica porque aunque se trata de elementos preparados para los cargos que ocuparán, la Guardia Nacional será dirigida por un militar.
La controversia inició el jueves pasado, cuando López Obrador designó al general de Briada, Luis Rodríguez Bucio, como comandante de la GN.
Justificando, que se atendieron las inquietudes de los legisladores y las ONG sobre cesar a los militares de la seguridad pública, López Obrador dijo que los elegidos eran elementos de las Fuerzas castrenses en trámite de retiro.
El eje de la nueva estrategia, remarcó, es dar prioridad a la seguridad pública, por lo que las Fuerzas Armadas tendrán que adoptar un "cambio", que implica respeto a los derechos humanos.
Pese a dicha iniciativa y a la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Pública que establece es necesario acreditar el control de confianza, el titular de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo, confirmó que no será necesario que las Fuerzas Armadas realicen pruebas de control de confianza al unirse a la Guardia Nacional.
"En primer lugar, elementos del Ejército en activo por definición tienen vigente su calidad de confianza y de certificación, sino no sería posible que estuvieran ni en el Ejército ni en la Marina", señaló Durazo para Animal Político.
En lo "oscurito", aprueban coordinación castrense
En medio de un ambiente de euforia el pasado 21 de febrero, legisladores y miembros de ONGs celebraron que se había alcanzado un consenso para crear una Guardia Nacional bajo un mando completamente civil. Pero, antes de llegar a votación dicha clausula desapareció.
El colectivo Seguridad Sin Guerra, que también festejó la aprobación del mando civil, se percató un día después que ni el Diario Oficial de la Federación, ni el dictamen del Senado incluyó el cambio (de militar a civil).
¿Qué pasó?
Todo habría ocurrido la noche del 20 de febrero, cuando un emisario de gobernación se trasladó al Senado y pidió a los legisladores, que continuaban discutiendo el acuerdo, que se modificará el párrafo que especificaba que "ninguno de los integrantes de la Guardia Nacional debían encontrarse en la fuerza armada permanente".
Finalmente, antes de llegar al Senado a votar (el 21 de febrero), el transitorio cuarto de la reforma desapareció la prohibición de que hubiera militares en activo.
"Desarman" mando militar de AMLO
Colectivos de seguridad y expertos en la materia, aseguraron que aun y cuando se eliminó la prohibición de nombrar a militares en activo para la Guardia Nacional, consideran apropiado que el general nombrado para la GN sí debe pedir licencia, pues se trata de una fuerza de seguridad civil.
"El nombramiento es inconstitucional sino pide licencia o no esté retirado. Es un error de política pública porque continúa y profundiza la militarización calderonista, mencionó el académico Alejandro Madrazo para Animal Político.