El pez tetra mexicano (Astyanax mexicanus) podría tener la clave en sus genes para regenerar tejido celular de corazones humanos enfermos, se anunció en el más reciente número de la prestigiosa revista científica Cell Reports.
El estudio fue realizado por la doctora Mathilda Mommersteeg, quien investigó a este pez en la cueva del Pachón en Praxedis, Tamaulipas.
Esta especie se ubica en 29 cuevas y ríos subterráneos en México. Se aislaron de sus congéneres por inundaciones estacionales hace aproximadamente 1,5 millones de años y un rama de la especie fue perdiendo sus fisionomía ocular a lo largo del tiempo ya que no le fue requerida en la oscuridad.
El Astyanax posee un gen llamado Lrrc10, que hace que pueda regenerar su corazón a pesar de tener un grave daño celular, refiere la investigación financiada por la British Heart Foundation.
Hasta el día de hoy, los peces de superficie que aún viven en los ríos de México han conservado su capacidad para reparar el tejido del corazón. Sin embargo, los peces en una cueva en particular, llamada Pachón, perdieron esta asombrosa habilidad. También perdieron su color y su capacidad para ver, sin que ninguno de los rasgos les proporcionara ninguna ventaja en la oscuridad perpetua de su nuevo hogar.
La doctora Mommersteeg y su equipo en la Universidad de Oxford compararon el código genético de los peces de río con el de los peces ciegos de la cueva para descubrir qué mecanismos especiales se requieren para la reparación del corazón. Descubrieron que tres áreas del genoma de los peces estaban implicadas en la capacidad de los peces para reparar sus corazones.
Los investigadores también compararon la actividad de los genes en el río frente a los peces de la cueva en el período posterior a la lesión cardíaca. Dos genes, Lrrc10 y caveolina eran mucho más activos en los peces de río y podrían ser clave para permitir que los peces de río reparen sus corazones.
Asimismo descubrieron que el gen Lrrc10 ya está vinculado a una afección cardíaca llamada cardiomiopatía dilatada (DCM) en los seres humanos. Los estudios en ratones han demostrado previamente que este gen está involucrado en la forma en que las células del corazón se contraen con cada latido.
Los investigadores continuaron estudiando el efecto de este gen en el pez cebra, otro pez que tiene la notable capacidad de curar su propio corazón. Cuando el equipo inactivó el gen Lrrc10 en pez cebra, vieron que los peces ya no podían reparar completamente sus corazones.
Más cerca de la aplicación regenerativa en humanos
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de defunción en todo el mundo. Cada año mueren más personas por alguna de estas enfermedades que por cualquier otra causa.
Estas enfermedades afectan en mayor medida a los países de ingresos bajos y medios: más del 80% de las defunciones por esta causa se producen en esos países y afectan casi por igual a hombres y mujeres, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.
De aquí a 2030, casi 23,6 millones de personas morirán por alguna enfermedad cardiovascular, sin embargo esta reciente investigación abre un nuevo panorama de esperanza para disminuir las muertes derivadas por insuficiencias cardiacas y accidentes cerebrovasculares.
Las personas que padecen insuficiencia cardíaca no pueden regenerar sus corazones dañados y, a menudo, la única cura es un trasplante de corazón.
Los investigadores esperan que al desentrañar los secretos de estos extraordinarios peces y algún día se pueda curar los corazones humanos de la misma manera.
El profesor Metin Avkiran, director médico asociado de la British Heart Foundation, dijo:
"Estos hallazgos notables muestran cuánto queda por aprender del rico tapiz del mundo natural. Es particularmente interesante que la capacidad de los peces de río para regenerar su corazón puede surgir de una capacidad para suprimir la formación de cicatrices. Ahora debemos determinar si podemos explotar mecanismos similares para reparar corazones humanos dañados.
"Las tasas de supervivencia para la insuficiencia cardíaca apenas han cambiado en los últimos 20 años, y la esperanza de vida es peor que para muchos tipos de cáncer. Se necesitan desesperadamente avances para aliviar la devastación causada por esta terrible condición ".
Por su parte la doctora Mathilda Mommersteeg, Profesora Asociada de Medicina Regenerativa y del Desarrollo en la Universidad de Oxford, quien dirigió la investigación, dijo:
"Hasta ahora, un verdadero desafío era comparar el daño cardíaco y la reparación en peces con lo que vemos en los humanos. Pero al observar a los peces de río y los peces de la cueva juntos, hemos podido eliminar los genes responsables de la regeneración del corazón.
"Es temprano, pero estamos increíblemente entusiasmados con estos extraordinarios peces y el potencial para cambiar las vidas de las personas con corazones dañados", detalló en la British Heart Foundation.
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