El mausoleo de 420.000 dólares que guarda una de las historias de traición y venganza más brutales del narco mexicano

A Héctor Luis "El Güero" Palma Salazar se le conoce como uno de los capos del narcotráfico mexicano de de la vieja guardia. Tiene 56 años, los últimos 23 los ha pasado transitando entre cárceles de México y Estados Unidos pagando cargos por tráfico de drogas, enriquecimiento ilícito y asociación delictuosa, entre otros.

Como un importante elemento fundador del Cártel Sinaloa, siempre trabajó codo con codo con Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera y logró un rápido ascenso en el mundo del narcotráfico en el que era conocido por ser un gran enemigo de sus rivales.

Nacido en Mocorito, Sinaloa, inició su carrera delictiva como sicario bajo las órdenes del capo Miguel Ángel Félix Gallardo en los años setenta, de quien se separó cuando "El Chapo" fundó su cártel, lo que le valió una gran enemistad con su "padrino" y con los enemigos de Guzmán Loera, los hermanos Arellano Félix, de la organización del mismo nombre.

Se le ha acusado de haber tomado parte en sangrientas balaceras, como la de la discoteca Christine, en Puerto Vallarta, en 1992, con un saldo de seis muertos; en el fuego cruzado entre los Arellano Félix y el Cártel de Sinaloa, en el Aeropuerto de Guadalajara, donde fue asesinado el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el 24 de mayo de 1993.

Pero las grandes hazañas llegaron a su fin en 1995, cuando la avioneta en la que viajaba cayó en el estado de Nayarit y herido tuvo que ser llevado a una casa en Zapopan, Jalisco, donde fue arrestado y llevado a la sede de la XV Zona Militar, en Guadalajara. Al salir de ahí para ser llevado una cárcel de máxima seguridad, escuchó lo que sería su última ovación en libertad:

Las porras y aplausos venían de los jóvenes de la Escuela Preparatoria de Jalisco, que se ubicaba enfrente de la sede militar.

Sangre por sangre

Hacia finales de los ochenta, cuando "El Güero" y Guzmán Loera se encumbraban a pasos agigantados hacia el liderazgo en el mundo del narco, Palma Salazar sufrió la tragedia que marcó el resto de su vida.

Un narco venezolano llamado Enrique Rafael Clavel Moreno había logrado infiltrarse en su organización por encargo de Félix Gallardo, quien no le había perdonado la traición.

Aprovechando las constantes ausencias de Palma, el venezolano se acercó a su esposa, Guadalupe Lejía, hasta convertirse en su amante.

Clavel la convenció de huir con él y llevarse a los dos hijos que tenía con Palma Salazar.

Los dos, junto con los niños, le robaron al capo mexicano dos millones de dólares con los que huyeron a San Francisco en Estados Unidos, donde Clavel asesinó a la mujer, le cortó la cabeza y se la mando al "Güero" en una caja.

Aproximadamente dos semanas después, le mandó un video en el que le mostraba cómo lanzaba a sus hijos, Nataly y Héctor, de cuatro y cinco años de edad, desde el Puente de la Concordia, en Venezuela.

"Fue un impacto tremendo porque 'El Güero' Palma era muy representativo del narco y además sucedió cuando todavía operaban aquí los códigos de respeto a la familia, y llegan y cometen esa atrocidad… fue muy impactante para Sinaloa en su momento porque también empiezan a morir una serie de personajes, incluso hasta de la vida púbica se especulaba que tenían alguna relación, como el caso de la defensora de derechos Norma Corona, que se dijo que entró en defensa de este grupo de venezolanos con los que llegó Clavel", dijo a Infobae Juan Caros Ayala Barrón, investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).

Félix Gallardo fue detenido en 1989. El periodista Raúl Monge, de la revista Proceso, ubicó 1990 como el año en el que Palma Salazar inició con su venganza. El primero en la lista era Clavel, quien fue a prisión en Venezuela acusado del homicidio de los dos niños. Ahí fue asesinado.

Sus tres hijos también fueron asesinados.

"Testimonios ministeriales de integrantes de la banda del Güero Palma, detenidos en diferentes operativos efectuados desde entonces a la fecha, coinciden en señalar que al enterarse de la muerte de sus familiares, Luis Héctor juró vengarse: 'Ya nos declararon la guerra y esto no se va a quedar así', escribió Monge en 1992.

Integrantes de la banda del Güero Palma secuestraron el 22 de febrero de 1990 a los venezolanos José Vladimir Arzoday Mendoza, Víctor Julio Zuate Peraza y Amaury Glaciano Planchart y al abogado mexicano Jesús Alfonso Güemes Castro. Antes de ser asesinados y mutilados sus cuerpos, los captores los torturaron.

El 4 de septiembre de ese año fueron descubiertos en las inmediaciones de Iguala, Guerrero, nueve cadáveres de amigos y familiares de Félix Gallardo. Algunos de los cuerpos presentaban múltiples golpes, fractura de cráneo y estallamiento de vísceras.

Días después apareció muerto el abogado defensor de Félix Gallardo, Carlos Morales García, "El Pelucas".

Vivir del recuerdo

En la historia existe una parte no contada hasta ahora que es el cómo se conocieron "El Güero" Palma y Guadalupe Lejía, ya que en esa época las esposas de los capos se manejaban con un bajo perfil.

En el caso de Guadalupe, según Ayala Barrón, por su apellido se puede intuir que era originaria de Badiraguato, Sinaloa, la tierra de "El Chapo" Guzmán. Se sabe que se dedicaba al hogar y que no tenía amistades conocidas.

"Según la crónica del momento, ella era una mujer muy bella, dedicada al cuidado de sus hijos y que se suponía fiel al matrimonio, de la sierra sinaloense de Badiraguato que compartía las características de la mujer sinaloense: sumisa, tradicional, ama de casa, madre de familia, no dedicada al narco", agregó Ayala.

La venganza no curó el vacío que el asesinato de su familia dejó en el capo. "El Güero" Palma que llegó a la cárcel de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco en 1995, no era el mismo que contaban las historias.

Se convirtió en un ser sombrío que todo el tiempo se la pasaba pensando en su esposa y sus hijos.

"Ella (su esposa) fue la inspiración de los poemas chuecos, hechos por 'El Güero' Palma, a mitad de la noche desde el módulo 3", contó uno de los internos de Puente Grande al escritor Jesús Lemus.

En honor de su familia, Palma Salazar mandó construir en el costo Panteón Jardines del Humaya, en Culiacán, Sinaloa, uno de los mausoleos más caros de la época que, entonces estaba valuado en USD 420.000. En el techo hay una pintura de su esposa y sus dos hijos y abajo están sepultados los restos de sus seres más queridos.

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