"Ahí dicen que espantan", es lo primero que comenta un trabajador del municipio que participa en el arreglo de las banquetas de una de las esquinas más famosas de la Ciudad de México, la de las calles Río de Janeiro y Durango en la céntrica colonia Roma.
Su construcción tiene un excéntrico estilo y resalta sobre las demás por su color ladrillo y porque la torre que adorna uno de sus costados tiene un extraño diseño que se asemeja al sombrero de una bruja, sus ventanas son como ojos y en conjunto forman la figura de una cara.
La casa no es emblemática solo por el peculiar diseño sino porque también ha inspirado a grandes escritores como José Emilio Pacheco, autor de la novela Morirás Lejos en donde su escenario principal es este edificio al que imagina como un refugio de nazis que escaparon a México. Sergio Pitol, ganador del Premio Cervantes, lo convirtió en el escenario de su novela El Desfile del Amor, sobre un historiador que investiga el asesinato de un joven en 1942. Mientras que en La Cabeza de la Hidra, Carlos Fuentes la describe como una "monstruosidad roja", refiriéndose a su característico color ladrillo.
El edificio, ubicado frente a la Plaza Río de Janeiro, fue construido en 1908 por el ingeniero R.A. Pigeon y fue el primer complejo de departamentos en la Ciudad de México con un estilo gótico. Sus habitantes originales fueron embajadores y cónsules.
"Yo la conozco desde que era niño. En la Plaza Río de Janeiro desde los años sesenta está un grupo de scouts que operaba todos los sábados y de niño escuché que ese edificio se llamaba la 'Casa de las Brujas'. De ahí salían mujeres muy mayores", relató a Infobae el asambleísta Alfonso Suárez del Real, quien conoce mejor que nadie cada piedra de la colonia Roma.
Se decía que esas mujeres visitaban a Bárbara Guerrero, una chamana llamada "Pachita" que vivió durante muchos años en los cuartos de servicio y que era consultada por políticos y famosos quienes la visitaban para pedirle favores.
Según las leyendas urbanas, "Pachita" también practicaba sanaciones para las que usaba un cuchillo con el que abría a sus pacientes para sacarles tumores o quitarles cualquier dolencia.
Pero según Suárez del Real, al edificio se le empezó a relacionar con las brujas antes de "Pachita", pues en los años cuarenta estaba rodeado de escuelas y fueron los niños quienes por su emblemática torre empezaron a decir que "ahí asustaban".
El espíritu de "Pachita"
El relato de una supuesta habitante del edificio en un popular programa de radio sobre hechos paranormales, en octubre de 2016, resucitó las historias de fantasmas que han acompañado a este edificio.
Brenda, como se identificó, narró al locutor que se había mudado al edificio hacia apenas 10 días. Como se sentía extraña en su departamento, llamó a una experta en Feng Shui quien le aseguró que había una energía muy pesada. Después de tomar algunas fotografías, en las impresiones presuntamente aparecieron "cientos de rostros" de distintas personas.
Narró que desde el primer momento escuchaba ruidos, pero pensaba que era la madera del piso o los vecinos, pero afirmó que después se enteró que no tenía vecinos a los lados y por eso los pasillos siempre estaban vacíos.
La soledad que describió Brenda en los pasillos es palpable aún desde afuera pues el patio principal luce desierto. Incluso los locales comerciales en su exterior también están solitarios.
"Sí, sí espantan todavía", señaló una empleada de limpieza, la única persona a la que se pudo ver adentro del edificio durante un amplio rato.
Aseguró que en las noches, en el área de la azotea es donde se escuchan ruidos, pero que tenía prohibido dejar entrar a visitantes.
-¿A usted la han espantado?
-No, porque dicen que todo eso pasa en la noche y yo no estoy aquí en las noches
– ¿Qué le platican los inquilinos?
-Es que casi no hablo con nadie. Hay quien sí cree y quien no. Hay gente que tiene mucho tiempo aquí, pero también mucha que se cambia, se queda poco tiempo y se va.
"Mi hermano vivió en el tercer piso del lado que dicen que asustan, y nunca lo asustaron y a mi nunca me dio miedo. Los departamentos ya arreglados son una belleza", afirmó Suárez del Real.
"Generalmente se quieren ver fantasmas o historias mágicas en edificios de este aspecto. En el imaginario popular los fantasmas acostumbran a manifestarse en edificios así y es muy gracioso. Me da la impresión de que es más una construcción popular desde fuera que una realidad… Si yo fuera fantasma no me aparecería ahí porque es un edificio muy nuevo para aparecerme", señaló a Infobae el cronista urbano Jorge Pedro Uribe.
El hermano casi gemelo
Otra de las historias que rodea al edificio se ubica después del terremoto del 19 de septiembre de 1985, que dejó más de 10.000 muertos y destruyó gran parte de las construcciones vecinas, pero "La Casa de las Brujas" se mantuvo sin daño alguno.
El que sí se daño fue un edificio al que se le llama el hermano gemelo de esta construcción, que fue edificado en la colonia Juárez, cercana a la Roma, por el mismo ingeniero. La diferencia es que éste no cuenta con la singular torre.
"A raíz del temblor del 85 se dañó, la mitad está reconstruido y está en un lugar más discreto y no enfrenta de una plaza preciosa como el edificio Río de Janeiro", explicó Uribe.
El asambleísta recordó que en la parte de abajo del edificio, ahora solitaria, funcionaba una librería llamada "La Casa de las Brujas" que se convirtió en un centro de reunión para los habitantes de la zona, el nombre reforzó la creencia de que algo raro pasaba en el lugar.
Con o sin fantasmas, vivir en "La Casa de las Brujas" no es barato. De acuerdo con información de agencias inmobiliarias, un departamento en el edificio tiene un costo superior a los 3 millones de pesos (USD 158.000). Mientras que las rentas superan los 20.000 pesos mensuales (USD 1.052).