Giulio Perrone, uno de los integrantes del primer circulo de la mafia de Nápoles, pasó más de una década prófugo de la Justicia italiana, donde tenía una condena a 20 años de prisión por tráfico de drogas.
Comenzó una nueva vida en la ciudad mexicana de Tampico, Tamaulipas, donde incluso tuvo hijos. Pero sucumbió a la tentación de las redes sociales. Abrió su página de Facebook, con la única "precaución", si así puede llamarse, de no utilizar su apellido, sino el de su madre, Galiero.
Interpol comenzó a seguir el perfil de Giulio Galiero y fue viendo las fotos que publicaba. Entre ellas se pueden apreciar poemas dedicados a sus hijos, fotografías de un loro que posa en el árbol de Navidad, y al mismo Perrone en la playa o descansado en distintos sitios.
Pero fue la fotografía de un mural mexicano, en la que aparece con una mujer joven que lo acompaña en distintas imágenes, la que dio a las autoridades pistas precisas de dónde podría encontrarse.
La fotografía fue subida a Facebook el 24 de diciembre de 2011.
Una de sus últimas publicaciones fue un concierto del cantante Joaquín Sabina en Argentina que se encuentra disponible en YouTube.
Perrone, de 64 años, estaba en el país en calidad de indocumentado. El viernes pasado fue detenido por agentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en el estado de Tamaulipas por su probable responsabilidad en el tráfico internacional de cocaína.
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