Uno de los incendios más destructivos en la historia de Los Ángeles conmociona a California. Al menos 5 personas murieron por causas asociadas al fuego abrasador y hay más de 130.000 evacuados. Dos de los focos principales, en Pacific Palisades y Eaton, arrasaron más de 12.000 hectáreas, mientras los equipos de emergencia enfrentan condiciones adversas para contener las llamas que siguen avanzando.
El fenómeno climático conocido como “latigazo hidroclimático”, que los expertos prefieren caracterizar como volatilidad hidroclimática, se manifiesta por alternancias abruptas entre precipitaciones intensas y sequías severas. El fenómeno está cobrando mayor fuerza y frecuencia a nivel mundial, un patrón que los científicos vinculan directamente con el calentamiento global.
Los incendios forestales en Los Ángeles, alimentados por una sequía extrema y fuertes ráfagas de viento, muestran la escena más dramática del latigazo hidroclimático, cuyas causas y consecuencias fueron analizadas en un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) publicado hoy en Nature Reviews Earth & Environment.
Ante la consulta de Infobae, el meteorólogo Eduardo Piacentini, matemático y experto en Química de la Atmósfera y Cambio Climático Global, explicó: “Lo que muestra la investigación de la UCLA está pasando en diversos lugares del planeta debido al continuo calentamiento global de la atmósfera terrestre, originando eventos naturales cada vez más severos”.
El experto destacó que al no cumplirse los límites establecidos en el Acuerdo de París, que busca mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 grados Celsius en comparación con los niveles preindustriales, se acelera este proceso. Por eso, el calentamiento global continúa intensificándose, lo que desencadena eventos climáticos extremos con mayor frecuencia y severidad.
“Las sequías e inundaciones se incrementarán, lo predicen los modelos de simulación del clima producidos en la UCLA y en los demás Centros Mundiales de la Organización Meteorológica Mundial (OMM)”, concluyó Piacentini.
Durante el invierno de 2022-2023, California experimentó precipitaciones récord ocasionadas por una serie de ríos atmosféricos, lo que provocó inundaciones masivas, acumulación de nieve y tamaños graduales de tierra. Sin embargo, esta temporada de lluvias fue seguida, en 2024 y 2025, por un verano extremadamente cálido y seco acompañado de niveles de sequía sin precedentes. Esto catalizó la proliferación de incendios forestales devastadores, ya que la vegetación, estimulada por las lluvias previas, se convirtió en material inflamable bajo las altas temperaturas.
La tragedia que vive Los Ángeles esta semana es un recordatorio sombrío de los riesgos asociados con la crisis climática. La “esponja atmosférica en expansión”, como la describe el equipo de científicos de la UCLA, ofrece una explicación científica de por qué estos eventos extremos están ocurriendo con mayor frecuencia y severidad.
“Cualquier medida que reduzca la cantidad de calentamiento provocada por el cambio climático ralentizará o reducirá directamente el aumento de los efectos del latigazo”, señalaron los investigadores de la UCLA en un comunicado de la universidad.
Una “esponja atmosférica” que amplifica los extremos
La investigación liderada por Daniel Swain, climatólogo de la Universidad de California en Los Ángeles, brinda detalles sobre el concepto de volatilidad o latigazo hidroclimático: cambios bruscos entre períodos de lluvias torrenciales y sequías prolongadas, exacerbados por el cambio climático.
Swain describe cómo, en estos casos, la atmósfera actúa como una “esponja en expansión”, al aumentar su capacidad de evaporar, absorber y liberar agua. Según explicó, “la atmósfera puede contener un 7% más de humedad por cada grado Celsius que se calienta el planeta”.
Este proceso no solo intensifica las precipitaciones, como ocurrió en California durante los inviernos de 2022 y 2023, sino que también multiplica las condiciones de sequía extrema, lo que genera un círculo vicioso: lluvias torrenciales que estimulan el crecimiento de vegetación inflamable, seguida por calor extremo que seca este material, convirtiéndolo en combustible para incendios.
“El cambio climático está aumentando la superposición entre las condiciones de vegetación extremadamente seca y los fenómenos eólicos”, afirmó Swain, y señaló una conexión directa entre el calentamiento global y la tragedia que se vive en el sur de California.
En Los Ángeles, esta combinación devastadora se está manifestando con una ferocidad sin precedentes. El incendio en Pacific Palisades, que ya es el más destructivo en la historia del condado, consumió más de 6,394 hectáreas y destruyó al menos 1.000 estructuras.
Un problema global con consecuencias locales
Si bien los efectos del latigazo hidroclimático son devastadores en California, la investigación de UCLA destaca que este fenómeno está aumentando globalmente entre un 31% y un 66% desde mediados del siglo XX, una tendencia que los modelos climáticos sugieren que continuará.
Regiones como el norte de África, Medio Oriente, el sur de Asia y el Pacífico tropical son especialmente vulnerables, pero incluso zonas que históricamente han gozado de estabilidad climática están experimentando oscilaciones peligrosas entre lluvias e inundaciones, y sequías e incendios. Según Swain, “cada fracción de grado celcius de calentamiento acelera el creciente poder destructivo de estas transiciones”.
La humanidad está ya camino de superar el límite de 1,5 °C de aumento establecido por el Acuerdo de París, y las proyecciones para finales de siglo sugieren que, en un escenario de alto calentamiento, estas oscilaciones se duplicarán con creces, subrayando la Urgencia de medidas de mitigación y adaptación.
El estudio también destaca la importancia de cambiar el paradigma de gestión hídrica. Tradicionalmente, las políticas se han enfocado en manejar inundaciones y sequías de forma separada, pero esta estrategia resulta ineficaz frente a la creciente intensidad de los ciclos hidroclimáticos.
Swain lo sintetizó de forma contundente: “No podemos centrarnos únicamente en las lluvias o sequías extremas, porque tenemos que gestionar de forma segura estos flujos de agua cada vez más enormes, al tiempo que nos preparamos para intervalos cada vez más secos”.
Impactos humanos y ambientales: un círculo de destrucción
Los efectos de este fenómeno no solo se limitan a los daños materiales. Los incendios causaron la muerte de al menos cinco personas, según el sheriff Robert Luna, quien advirtió que “la cifra de fallecidos podría incrementarse debido a la severidad de las llamas y la complejidad del terreno calcinado”.
El número de evacuados ya supera las 130.000 personas, muchas de las cuales han perdido no solo sus hogares, sino también el acceso a recursos básicos. La situación es especialmente grave en Hollywood, donde el incendio Sunset amenaza el icónico Paseo de la Fama y ha obligado al cierre de lugares emblemáticos como el Teatro Chino y el Teatro El Capitán. Mientras tanto, las escuelas del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles permanecen cerradas, afectando a millas de estudiantes y familias.
“El terreno afectado es extenso, y la severidad de las llamas complica mucho los trabajos de búsqueda y rescate”, señaló Luna, describiendo una “escena surrealista” en zonas como Altadena y Hollywood Hills, donde las columnas de humo son visibles desde kilómetros de distancia.