La crisis climática provoca cada vez más desplazamientos forzosos y afecta desproporcionadamente a las personas que debieron huir de sus hogares para salvar sus vidas. Actualmente, en el mundo hay más de 120 millones de personas desplazadas por la fuerza y 90 millones de ellas, 3 de cada 4, viven en países con exposición alta o extrema a peligros relacionados con el clima.
En los últimos 10 años, los desastres relacionados con el clima han causado 220 millones de desplazamientos internos, lo que equivale a aproximadamente 60.000 desplazamientos por día. Específicamente en 2023, 26,4 millones de los desplazamientos internos fueron causados por desastres climáticos. Se trata de la tercera cifra más alta en la última década.
El cambio climático, el conflicto y el desplazamiento están cada vez más interconectados: 70% de las personas desplazadas internamente por conflictos, 60% de las personas apátridas y 40% de personas refugiadas viven en países vulnerables, que no están preparados para adaptarse al cambio climático. En tanto que la mitad de las personas desplazadas actualmente vive en países expuestos tanto a conflictos como a amenazas climáticas, entre ellos Sudán, Siria, Haití, la República Democrática del Congo, Myanmar, Etiopía, Yemen y Somalia.
Asimismo, 42 de los 45 países que contabilizaron desplazamientos por conflictos en 2023 también experimentaron desplazamientos por desastres climáticos. Esto provoca que los Estados tengan cada vez menos posibilidad de dar respuesta, proporcionar protección e invertir en la adaptación y resiliencia.
“La manera en la que experimentás la crisis climática depende de quién sos y de dónde vivís. En algunos lugares puede resultar en una crisis alimentaria, en otros en una crisis de agua. Puede generar una crisis de vivienda, de supervivencia y, en muchos casos, también es una crisis de derechos humanos. Las personas desplazadas se encuentran en la primera línea de afectados, por eso necesitan apoyo y protección”, señala Paula Martínez Álvarez, Directora de Comunicaciones de Fundación ACNUR Argentina.
A medida que los desastres climáticos se vuelven más extremos e impactan en sus países de origen y sus destinos, las personas desplazadas se ven obligadas a moverse una y otra vez sin un lugar seguro a donde ir. Esto eleva el riesgo de desplazamiento prolongado y reduce las posibilidades de retorno, conforme más partes del mundo se vuelven inhabitables. A modo de ejemplo:
- El 86% de los refugiados afganos han buscado refugio en Irán y Pakistán, países que también enfrentan riesgos climáticos aún mayores.
- El 72% de los refugiados de Myanmar se encuentran en Bangladesh, donde las catástrofes naturales como ciclones e inundaciones se clasifican como extremos.
- Desde que estalló la guerra en Sudán, 700.000 personas han buscado refugio en Chad, uno de los países más vulnerables del mundo al cambio climático.
Las estadísticas a futuro continúan siendo desalentadoras: para 2040, se espera que el número de países expuestos a peligros climáticos extremos aumente de los tres actuales (Bangladesh, Emiratos Árabes Unidos y Omán) a 65 países, de los cuales, la gran mayoría, ya alberga a poblaciones desplazadas. Sumado a esto, se proyecta que, en comparación con la actualidad, la mayoría de los asentamientos y campamentos de refugiados experimentarán el doble de días de calor extremo para 2050 si no se toman medidas fuertes en contra del cambio climático.
¿Qué sucede en América?
En América son cada vez más evidentes los efectos adversos del cambio climático que se pueden percibir a través de diversos fenómenos meteorológicos como La Niña y El Niño. Esto, sumado a los desafíos socioeconómicos y de seguridad, incrementa el riesgo de desplazamiento, dentro y fuera de las fronteras, para millones de personas.
Hasta diciembre de 2023, la región de las Américas había dado acogida a 23 millones de personas que reciben protección o asistencia de ACNUR, de otras organizaciones socias o de los Estados.
En la última década, los desastres han provocado un promedio anual de 2.1 millones de desplazamientos internos, sobre todo debido a los peligros relacionados con el cambio climático (Informe Global sobre Desplazamiento Interno de 2023).
Los Ponchos Azules son más de un millón de personas en Argentina que conforman el movimiento más grande del mundo en apoyo a las personas refugiadas. Este año, con la intención de concientizar sobre el impacto que provoca la crisis climática, Fundación ACNUR sumó a su reconocido poncho azul los colores del gráfico de rayas del calentamiento global. Creado por el científico Ed Hawkins, el diseño representa, en una escala de tonos desde el azul al rojo, el incremento de la temperatura en los últimos 100 años.
Además, como parte de sus acciones de visibilización, Fundación ACNUR Argentina dedicó una sección especial sobre cambio climático en su quinta edición del Concierto con los Refugiados, un evento a beneficio de las personas refugiadas y desplazadas que este año se realizó en el Teatro Gran Rex. Más de 3000 personas solidarias que asistieron al show formaron parte de una impactante experiencia artística de la mano del destacado fotógrafo argentino Alejandro Chaskielberg. El público utilizó la luz de sus celulares bajo la guía de Chaskielberg, quien, en un juego de luces, sombras y colores, logró crear una imagen que replica el gráfico de rayas del calentamiento global.
“Nuestras iniciativas buscan informar y sensibilizar, pero también son un fuerte llamado a la acción. El calentamiento global está generando una crisis climática que será la catalizadora de la mayor crisis humanitaria de la historia. La situación requiere del interés y el compromiso de todos nosotros. Todavía estamos a tiempo de actuar”, sostiene Martínez Álvarez.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, trabaja para mitigar el impacto del cambio climático en las poblaciones vulnerables y contribuir a los esfuerzos por responder a los desastres. Para 2030, espera poder dar soluciones y protección a un número mayor de personas desplazadas por la fuerza y apátridas, con el fin de que alcancen la resiliencia frente al cambio climático y sean autosuficientes. A través de su iniciativa Ponchos Azules por el Clima, Fundación ACNUR Argentina busca recolectar firmas para presentar en la Conferencia de Las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, con el fin de reclamar a los líderes del mundo medidas urgentes para actuar frente a la emergencia humanitaria y climática, que afecta y pone en riesgo la vida de las personas refugiadas y desplazadas. En Argentina más de un millón de personas ya alzaron su voz. Para firmar y unirse a los Ponchos Azules por el Clima hay que ingresar en ponchosazules.org.