El comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra, defendió en la COP29 que ésta “sólo puede ir hacia adelante” en la lucha climática y no podrá revertir el compromiso de dejar atrás los combustibles fósiles que acordó la COP28 de Dubái, promesa que no está claro que se vaya a incluir el acuerdo final de Bakú.
“Hay una razón por la que todos estamos invirtiendo tanta capacidad negociadora en estos encuentros, hay una expectativa de que cuando se firma algo, se tiene que cumplir”, dijo el comisario en una rueda de prensa este miércoles.
“Y la última cumbre”, agregó Hoekstra, “fue muy específica en la necesidad de hacer una transición para dejar atrás los combustibles fósiles”.
A varios días de que acabe formalmente la COP29 de Bakú –encuentro que, en vista del ritmo actual que llevan las negociaciones, se espera que se alargue–, hay aún dudas de que los países manifiesten en su acuerdo final la necesidad de eliminar el uso de los combustibles fósiles para frenar el calentamiento global.
Preguntado por la prensa, el segundo negociador por parte de la Presidencia de la COP29, el azerí Samir Bejanov, no pudo asegurar que se volviera a poner negro sobre blanco esa urgencia, y tampoco aclaró de dónde provenía la controversia en torno a este asunto, que ya había logrado el consenso de los países en la cumbre Dubái, a finales de 2023.
“El contexto es importante”, justificó Bejanov, pero alegó que “la COP29 no se quedará callada respecto a la mitigación”.
La eurodiputada popular Lídia Pereira manifestó también en la rueda de prensa su confianza en que los países den continuidad al acuerdo de Dubái, a través de lo que se ha llamado el “Diálogo de Emiratos Árabes Unidos”.
Respecto a la postura de la UE sobre la nueva meta colectiva de financiación climática –el paquete a negociar sobre el que hay más expectación en esta cumbre– el bloque europeo no pudo avanzar detalles, alegando que no quería comprometer el resultado de las negociaciones en curso.
El comisario dijo estar esperando primero a ver qué recursos habrá sobre la mesa, algo que en parte depende de qué se decida sobre los mercados de carbono, así como sobre la base de contribuyentes –qué países aportarán dinero a ese objetivo de financiación–, para poder plantear una cifra clara a la que el mundo puede aspirar para costear la acción climática.
Los países en desarrollo piden que en total –financiación pública y privada– se movilicen anualmente al menos 1,3 billones de dólares para 2030 para ayudarles a pagar la transición ecológica y la adaptación a los impactos climáticos inevitables en sus países.
(Con información de EFE)