Investigadores identificaron una nueva especie de tarántula en el oeste de Cuba, bautizada como Trichopelma grande. Se caracteriza por su gran tamaño y una peculiar apariencia peluda.
Los investigadores describieron características únicas de esta especie. Utilizaron secuenciación de elementos ultraconservados (UCE) para analizar su genética, y compararon esos datos con otros 27 géneros de tarántulas, lo que permitió confirmar que la nueva especie es hermana de Trichopelma laselva, originaria de Costa Rica.
El análisis morfológico y genético reveló una serie de rasgos distintivos. En los machos adultos, los pelos largos en las patas dan un aspecto similar a un plumero, un atributo inusual en las tarántulas terrestres pero común en especies arborícolas. A pesar de esta característica, los especímenes no habitan en árboles, sino en madrigueras con trampas en el suelo, un comportamiento típico del género Trichopelma, de acuerdo a los expertos.
El trabajo liderado por David Ortiz, de la Universidad Masaryk en Chequia, y Elier Fonseca, de la Sociedad Zoológica de Cuba, fue publicado en Journal of Natural History.
El hallazgo tuvo lugar en el Parque Nacional Viñales, una zona protegida reconocida por su biodiversidad en el oeste de Cuba. Los investigadores encontraron cuatro ejemplares en un área de distribución limitada, con una distancia máxima de 20 kilómetros entre ellos. Este patrón sugiere una población restringida, lo que genera preocupaciones sobre su conservación.
La nueva especie de tarántula descubierta presenta un tamaño sobresaliente dentro de su género. Los machos adultos tienen una longitud del caparazón que varía entre 8,4 mm y 11,1 mm, siendo la más grande registrada en el grupo Trichopelma. La longitud total de sus patas alcanza hasta 46,7 mm, con tibias y metatarsos cubiertos de setas largas, lo que les da una apariencia distintiva y única.
El abdomen de la araña exhibe un patrón único, compuesto por seis rayas transversales alternadas entre tonos oscuros y claros, separadas por una raya longitudinal central. La parte superior de su cuerpo está cubierta por pelos gruesos de color marrón castaño en los bordes, mientras que el centro permanece liso y de un tono marrón oscuro. Según los científicos, el tamaño de la cabeza supera al de otras especies conocidas dentro del género, una característica que resalta su apariencia imponente.
Las Antillas Mayores, que incluyen naciones como Cuba, La Española, Jamaica y Puerto Rico, son un laboratorio natural para el estudio de la evolución y la especiación, de acuerdo a los autores. Estas islas estuvieron conectadas geológicamente en el pasado, pero su separación durante millones de años permitió que las especies desarrollaran características únicas. Según los expertos, las barreras naturales y el aislamiento prolongado en esta región fomentaron una diversificación explosiva en grupos como las arañas, en especial las tarántulas.
El equipo subrayó la importancia del análisis filogenético para identificar esta nueva especie. Con métodos de máxima verosimilitud y basados en coalescencia, lograron confirmar su inclusión en el género Trichopelma. La combinación de datos genéticos y características físicas permitió establecer su singularidad en relación con otras especies de tarántulas, tal como consignaron los especialistas.
El estudio también detalla las adaptaciones evolutivas de T. grande. Aunque comparte ciertas características con especies arborícolas, su comportamiento y hábitat demuestran una adaptación al entorno terrestre.
A pesar de los avances en su identificación, la conservación de esta tarántula plantea un desafío. Su distribución limitada y la escasa cantidad de ejemplares encontrados indican un riesgo potencial para su hábitat natural. Los investigadores advirtieron sobre la necesidad de proteger el Parque Nacional Viñales, un ecosistema crucial para la supervivencia de esta especie.
El descubrimiento de Trichopelma grande resalta la biodiversidad única de las Antillas Mayores y la importancia de continuar investigando sus ecosistemas. Según los científicos, esta especie es un ejemplo de cómo las condiciones geográficas y ambientales pueden moldear la evolución de las especies. El hallazgo subraya la relevancia de preservar los hábitats naturales para garantizar la supervivencia de estas especies altamente especializadas, según concluyeron.