El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de los Estados Unidos (Ideam, por sus siglas en inglés) confirmó anoche que el primer huracán de la temporada en el Atlántico, Beryl, alcanzó la categoría 5, es decir que es potencialmente catastrófico.
“Su desplazamiento sigue a través del mar Caribe en dirección oeste-noroeste. Se espera que el martes 2 de julio transite en cercanías a la península de La Guajira. A su paso, pueden generarse ráfagas de viento, aumento de las precipitaciones, y alteración de las condiciones oceánicas, en el área de su influencia”, señalaron en la entidad sobre el huracán que arrasó Granada y San Vicente y las Granadinas, dejando muchos hogares sin electricidad, y se espera que llegue a Jamaica mañana y a las Islas Caimán más adelante en la semana.
En tanto, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que el huracán Beryl, que se ha fortalecido hasta convertirse en una tormenta de categoría 5, está marcando el tono para una temporada de huracanes “muy peligrosa”.
“Es el huracán de categoría 5 más temprano registrado en la cuenca del Atlántico, el Caribe y América Central. Esto sienta un precedente para lo que tememos que será una temporada de huracanes muy, muy, muy activa y muy peligrosa, que afectará a toda la cuenca”, dijo la portavoz de la OMM, Clare Nullis, a los periodistas en Ginebra.
Un huracán de categoría 5 en la escala de vientos de huracanes Saffir-Simpson de cinco niveles trae vientos de 252 km/h o más, capaces de causar daños catastróficos, incluida la destrucción de viviendas e infraestructura.
“Debemos tener en cuenta que basta con que un huracán toque tierra para hacer retroceder décadas de desarrollo Tememos lo que está sucediendo con el huracán Beryl, que ha afectado a islas muy, muy pequeñas en el Caribe que no están acostumbradas a este tamaño de huracán”, sostuvo Nullis.
“Beryl es algo sin precedentes”, dijo Jeff Masters, cofundador de Weather Underground, un ex meteorólogo de huracanes del gobierno fedral que voló en medio de tormentas. “Está tan fuera de la climatología que lo miras y dices: ‘¿Cómo sucedió esto en junio?’”.
“Este es el tipo de tormenta que esperamos este año, estas cosas atípicas que ocurren cuando y donde no deberían. No solo se forman y se intensifican y alcanzan intensidades más altas, sino que aumentan la probabilidad de una intensificación rápida. Todo eso se está uniendo ahora mismo, y esta no será la última vez”, agregó el investigador meteorológico tropical de la Universidad de Miami Brian McNoldy.
Apuntando directamente al cambio climático que vive la Tierra en pleno siglo XXI, la investigadora Anne-Claire Fontaine, funcionaria científica del Programa de Ciclones Tropicales de la OMM, dijo que una de las razones para que Beryl se desarrollara tan temprano en la temporada estaba relacionada con las temperaturas más cálidas del océano.
“La Región de Desarrollo Principal (MDR), el lugar del océano donde se desarrollan los huracanes es la más cálida de la historia”, agregó la experta.
Otra voz de experiencia que apuntó al cambio climático, fue el secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Simon Stiell, quien advirtió que las consecuencias destructivas del calentamiento global “no son un problema de mañana” después de que el huracán Beryl arrasara varias islas del Caribe.
“Esto está sucediendo ahora mismo en todas las economías. Desastres de una escala que solían ser cosa de ciencia ficción se están convirtiendo en hechos meteorológicos, y la crisis climática es la principal culpable”, sostuvo Stiell, que es oriundo de la isla de Carriacou, que fue golpeada directamente ayer temprano cuando Beryl avanzó, arrojando fuertes lluvias y desatando vientos devastadores.
La casa de su difunta abuela estaba entre las destruidas, mientras que la propiedad de sus padres también sufrió daños, dijo su oficina. Stiell dijo que, ya sea el huracán en su país natal o las inundaciones y olas de calor en otras partes del mundo, el cambio climático estaba “llevando los desastres a nuevos niveles récord de destrucción”.
Carriacou se llevó la peor parte del “ojo extremadamente peligroso” de la tormenta, que trajo vientos sostenidos de más de 240 km/h. También, el primer ministro de Granada, Dickon Mitchell, dijo que la isla fue “aplanada” en media hora y que aún no estaba claro si alguien había muerto en el rastro de destrucción.
“Los costos climáticos colosales infligidos por los desastres naturales habían alcanzado ahora el nivel de una amenaza a la seguridad nacional desde las islas más pequeñas hasta las mayores economías del G20″, precisó Stiell.
En el marco de los acuerdos por el clima firmados en París 2005, los países ricos han acordado pagar 100.000 millones de dólares anuales para ayudar al mundo en desarrollo a adaptarse al cambio climático y adoptar energías limpias, pero los expertos afirman que se necesitarán billones en los próximos años.
Se espera que se establezca un nuevo objetivo financiero en la cumbre COP29 de la ONU en Azerbaiyán en noviembre, aunque las divisiones sobre el tamaño y el alcance de ese objetivo han frustrado las negociaciones.
Cambio climático en las aguas
Científicos vienen advirtiendo desde hace varios años, que el calentamiento global ha contribuido a impulsar las temperaturas en el Atlántico Norte a máximos históricos, provocando que se evapore más agua superficial.
Esto proporciona combustible adicional para huracanes más intensos con velocidades del viento más altas. Así, en mayo último, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) predijo una actividad de huracanes superior a la normal en el Atlántico para este año, señalando también temperaturas oceánicas anormalmente altas.
Los científicos observan a Beryl como un presagio de una temporada de huracanes inusualmente activa, posible gracias a temperaturas récord en el Océano Atlántico. “El cambio climático está predisponiendo la formación de huracanes más intensos”, alertó Christopher Rozoff, científico atmosférico del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos en Boulder, Colorado.
“Los investigadores ya han predicho que eventos como Beryl serán más probables con el cambio climático”, agregó Garner, cuya investigación ha demostrado que el aumento de las temperaturas del agua en las últimas cinco décadas ha hecho que sea más del doble de probable que tormentas débiles se conviertan en huracanes importantes en menos de 24 horas.
Distintos grupos de investigación del sector público y privado ha advertido de la peligrosa temporada actual de huracanes, principalmente debido a la combinación de temperaturas récord en el Océano Atlántico y un ciclo climático de La Niña en desarrollo en el Océano Pacífico tropical.
Y han determinado tres factores de dicho riesgo elevado:
- Las aguas del Caribe, hacia donde se dirige Beryl, se encuentran en su temperatura promedio de principios a mediados de septiembre .
- El calentamiento récord del Atlántico Norte es parte de un aumento global en las temperaturas oceánicas que ha durado más de un año y se debe en gran parte al cambio climático causado por los humanos.
- Si bien 2023 fue el año más cálido registrado en el planeta, hasta ahora, 2024 ha sido aún más caluroso.