El científico argentino Pedro Jaureguiberry lideró un estudio publicado en la revista Science Advances en 2022 en el que identificó que el cambio climático no es el único impulsor de la pérdida de la biodiversidad de comunidades, poblaciones y especies en el planeta Tierra.
Otros promotores causan un impacto similar o mayor. según la investigación que hizo con colegas de Bélgica, Japón, Reino Unido, Estados Unidos, Luxemburgo, Alemania, Hungría e Italia.
Los resultados de ese trabajo permitieron sugerir que el grave problema de la pérdida de la biodiversidad se debe abordar de manera holística. Es decir, que se deberían buscar soluciones para el cambio climático junto con los otros factores que también impactan.
Los impulsores de la pérdida de biodiversidad, según Jaureguiberry -quien fue entrevistado por Infobae- y sus colaboradores, son:
- el cambio climático (principalmente por la emisión de gases de efecto invernadero realizada por actividades humanas)
- los cambios en el uso del suelo (por la agricultura o la ganadería, entre otras actividades) y de los océanos (por la pesca a gran escala)
- la explotación directa de los recursos naturales
- la contaminación (incluyendo los plásticos que llegan al mar)
- las invasiones por especies introducidas en regiones donde no habitaban
El trabajo publicado por la revista editada por la Asociación Estadounidense para el Avance de las Ciencias le valió hoy a Jaureguiberry para ser reconocido como Campeón Internacional del Premio Frontiers Planet en Suiza.
Un jurado de expertos lo eligió por ser líder del descubrimiento de los factores que impulsan la pérdida de la biodiversidad. El investigador, que trabaja en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal, que depende de la Universidad Nacional de Córdoba y el Conicet, recibirá más de un millón de dólares de premio que deberá usarlos en investigaciones.
Jaureguiberry, quien se graduó como biólogo en la Universidad Nacional de Córdoba, forma parte del equipo de investigación de la ecóloga internacionalmente reconocida Sandra Díaz. Esta investigadora también fue coautora del estudio de 2022 y es la única latinoamericana que ocupa un puesto en el consejo de asesores científicos de Naciones Unidas.
Ya las Naciones Unidas han reconocido oficialmente que la desaparición y el deterioro de la biodiversidad y los ecosistemas impedirán el logro del 80% de las metas de ocho de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluye erradicar la pobreza extrema para todas las personas en todo el mundo para el año 2030.
El Premio Frontiers Planet que ganó Jaureguiberry es parte de un concurso mundial para científicos e instituciones de investigación “que propongan soluciones para ayudar al planeta a permanecer dentro del espacio operativo seguro”. Se organiza desde 2022 y busca movilizar a las naciones y a la comunidad de científicos que investigan sobre la ciencia del sistema terrestre.
En esta edición, Jaureguiberry fue seleccionado entre los 23 Campeones Nacionales. El jurado está integrado por 100 profesionales de diferentes disciplinas, y el Consejo Internacional de Ciencia da también su aval. Los otros dos son científicos seleccionados son de Alemania y Estados Unidos. El galardón consiste en cerca de 1.100.000 dólares estadounidenses que deben ser utilizados para facilitar y acelerar la investigación sobre los impulsores que afectan la biodiversidad. El doctor Jaureguiberry dijo a Infobae que profundizará sus estudios sobre la grave situación ambiental del planeta.
“Es una noticia maravillosa —dijo a Infobae la doctora Alicia Dickenstein, presidenta de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (ANCEFN) de la Argentina—. Es un gran logro de este joven investigador del Conicet que compitió entre muchos postulantes de todo el mundo. Estamos sumamente orgullosos y felices, especialmente en este momento de tanta restricción presupuestaria en la Argentina”.
En tanto, la científica Beatriz Caputto, presidenta de la Academia Nacional de Ciencias en Córdoba, dijo a Infobae: “Es una enorme alegría y orgullo para las instituciones públicas y para todo el país. Pedro Jaureguiberry es uno de los tres premiados luego de una muy difícil competencia mundial”.
Al ser entrevistado por este medio, el doctor Jaureguiberry contó cómo fue su despertar por la investigación científica: “Desde la época del secundario me gustaron las ciencias naturales. Pensaba en la posibilidad de estudiar algo relacionado, como biología, agronomía o ciencias Forestales. Al final me decidí por Biología”.
Convertirse en científico “es algo que se fue dando a medida que avancé en mi carrera de grado, y luego cuando me recibí de biólogo. Tuve la oportunidad de empezar el doctorado, y me pareció una buena opción. Decidí seguir el camino de científico, y estoy muy feliz y conforme con los resultados. Igual creo que habría disfrutado otras carreras también, siempre que tuvieran relación con la naturaleza”, contó.
Durante el último siglo, el mundo cambió dramáticamente. La actividad humana ha alterado el ambiente terrestre en un 75% y el marino en un 66%, y un millón de especies de animales y vegetales están en peligro de extinción.
¿Qué hará con el premio? El científico Jaureguiberry contestó: “Por la importancia del premio en términos de fondos, por ahora puedo decir algunas posibles líneas de investigación a desarrollar. Aclaro que se trata de ideas preliminares que seguiré desarrollando en el corto y mediano plazo, seguramente en colaboración con colegas tanto de Argentina como de otros países”.
Un punto que intentará desarrollar es un análisis similar al que fue publicado en la revista Science Advances. Pero van a utilizar la información más actualizada posible, ya que se han publicado muchos estudios sobre impulsores de la pérdida de la biodiversidad desde la última vez que actualizaron la base de datos que habían construido.
“Incluiría también explorar fuentes de información en varios idiomas, para obtener información más abarcadora y que nos permita evaluar patrones a escalas de análisis que aún no hemos explorado. Es importante aclarar que todo esto está supeditado a la disponibilidad de información y a limitaciones logísticas en cuanto a la conformación del equipo de trabajo necesario”, afirmó el investigador.
Además, “podría explorar las interacciones entre impulsores de pérdida de biodiversidad, ya que es un aspecto del que se conoce poco. Es muy necesario para tener una idea más detallada sobre el efecto de los impulsores y la forma en que actúan sobre distintos aspectos de la biodiversidad”, sostuvo.
Otra cuestión por profundizar es analizar el impacto que han tenido hasta ahora las llamadas “soluciones basadas en la naturaleza” en la mitigación de los impulsores de pérdida de biodiversidad. “Esto sería muy útil para saber qué medidas han sido más efectivas que otras, de qué depende su éxito, y qué cambios son necesarios para mejorarlas”, dijo.
Como el planeta está interconectado, cada modificación puede tener diferentes efectos en las comunidades, las poblaciones o las especies que los habitan. El trabajo publicado en Science Advances llevó en total alrededor de cinco años, pasando por distintas etapas, como el desarrollo de la idea y pruebas de la metodología, la búsqueda de información, desarrollo y control de la base de datos, pruebas y mejoras sobre la metodología, y escritura del trabajo.
Los resultados sirvieron también para las negociaciones políticas que hay en curso sobre cómo cuidar mejor o desacelerar la pérdida de biodiversidad.
“Si bien no conozco todos los detalles sobre la interfase ciencia/política, puedo decir que nuestros resultados fueron una contribución importante para dar forma al documento de políticas elaborado en la COP15 de la Convención de Diversidad Biológica (CDB) realizada en Kunming-Montreal, que incluye una referencia específica a la clasificación de los impulsores directos, así como objetivos globales específicos para mitigar cada uno de ellos”, contó el científico.
Ese documento es un aporte directo al “Marco Global de Biodiversidad post-2020″ (MGB) delineado por la Convención de Diversidad Biológica. “Esto implica que los países miembros cuentan con esta información para saber cuál es el rol de estos impulsores, y dónde deben enfocarse para implementar políticas afectivas. Es importante aclarar que hay muchas otras fuentes de información que han contribuido a desarrollar el MGB, -expresó- y todos deben verse como un conjunto, ya que ninguno de los estudios puede aportar todo lo necesario por sí solo”.