Hoy se celebra el Día Mundial de las Tortugas Marinas, una fecha dedicada a crear conciencia sobre la importancia de estas especies y los desafíos que enfrentan para su supervivencia.
Las tortugas marinas han existido por más de 100 millones de años y son vitales para el equilibrio los ecosistemas marinos. A pesar de su longevidad y resiliencia, hoy enfrentan numerosas amenazas debido a la actividad humana y el cambio climático.
Estas criaturas fascinantes desempeñan un rol ecológico fundamental, como mantener la salud de los pastos marinos y los arrecifes de coral. Sin embargo, su supervivencia está en peligro por la pesca incidental, la contaminación por plásticos y la destrucción de sus hábitats.
Aquí, una lista de 9 datos esenciales sobre las tortugas marinas, respaldados por estudios científicos:
1. Esperanza de vida de hasta 90 años
Las tortugas marinas, especialmente las tortugas laúd, pueden vivir hasta 90 años. Un estudio publicado en PLOS ONE utilizó la densidad de promotores CpG (citocina fosfato guanina) en el genoma para predecir la esperanza de vida de cinco especies de tortugas marinas. Este método reveló que las tortugas laúd tienen una esperanza de vida de 90,4 años, mientras que las tortugas lora viven aproximadamente 54,3 años.
El estudio analizó la metilación del ADN, una modificación epigenética que regula la activación de genes, para estimar la longevidad de estas especies. El enfoque molecular es una herramienta valiosa para predecir la vida útil de las tortugas marinas, algo crucial para el desarrollo de estrategias de conservación efectivas.
Comprender la longevidad de las tortugas marinas es esencial, ya que muchas especies tardan décadas en alcanzar la madurez sexual. Con esta información, los conservacionistas pueden implementar medidas que protejan a las tortugas durante todas las etapas de su vida, asegurando su supervivencia a largo plazo.
2. La temperatura de la arena
La temperatura de la arena donde se incuban los huevos de tortuga determina el sexo de los neonatos. Un estudio publicado en la revista científica Copeia por la Sociedad Americana de Ictiólogos y Herpetólogos ha demostrado que temperaturas más bajas producen machos y temperaturas más altas producen hembras. Este fenómeno, conocido como determinación del sexo dependiente de la temperatura (TSD), es vital para el equilibrio de las poblaciones de tortugas marinas.
El cambio climático está afectando este delicado equilibrio. Las temperaturas globales en aumento pueden resultar en un mayor número de hembras, lo que podría poner en riesgo la viabilidad futura de las poblaciones de tortugas marinas. Este desequilibrio de sexos puede dificultar la reproducción y, en consecuencia, la supervivencia de estas especies a largo plazo.
Para mitigar estos efectos, los conservacionistas llevan adelante estrategias como la creación de sombras artificiales sobre los nidos y la manipulación de los nidos para asegurar una proporción equilibrada de sexos. Estas medidas son cruciales para adaptarse a los cambios climáticos y proteger a las tortugas marinas.
3. Migraciones de miles de kilómetros
Las tortugas marinas migran miles de kilómetros entre sus áreas de alimentación y anidación. Las tortugas laúd, por ejemplo, pueden migrar hasta 16.000 kilómetros cada año. Este comportamiento migratorio ha sido documentado mediante el uso de dispositivos de seguimiento satelital.
Al rastrear los movimientos de las tortugas marinas en tiempo real, se obtiene información valiosa sobre sus patrones de migración. Estas migraciones son esenciales para su ciclo de vida, ya que las tortugas necesitan diferentes hábitats para alimentarse, reproducirse y descansar. Los datos obtenidos han mostrado que las tortugas laúd viajan desde las playas de anidación en el Caribe hasta las zonas de alimentación en el Atlántico Norte.
Estos datos permiten a los conservacionistas identificar y proteger las áreas críticas utilizadas durante sus viajes, implementando áreas marinas protegidas y regulando las actividades humanas como la pesca y el tráfico marítimo en estas zonas.
4. Rol clave en los ecosistemas marinos
Las tortugas marinas juegan un papel fundamental en los ecosistemas marinos. Contribuyen a la salud de los pastos marinos y los arrecifes de coral al controlar el crecimiento excesivo de estas plantas y esponjas. Un estudio publicado en Frontiers in Marine Science resalta cómo las tortugas verdes mantienen los pastos marinos saludables, lo que a su vez apoya a especies comercialmente valiosas como los camarones y las langostas.
Así, las tortugas marinas ayudan a preservar la biodiversidad marina. Los pastos marinos, en particular, son esenciales para la absorción de carbono y la producción de oxígeno, además de proporcionar hábitats y alimento para numerosas especies. Las tortugas verdes, al alimentarse de estos pastos, evitan su sobrecrecimiento y promueven un ecosistema equilibrado.
La preservación de los arrecifes de coral también es muy importante, ya que estos ecosistemas son algunos de los más diversos y productivos del mundo. Las tortugas marinas ayudan a controlar las poblaciones de esponjas, que compiten con los corales por el espacio.
5. Vulnerabilidad debido a la incapacidad de retraerse
A diferencia de otras tortugas, las marinas no pueden retraer sus extremidades y cabeza dentro de su caparazón, lo que las hace más vulnerables a los depredadores y a las amenazas humanas, como la pesca incidental y la contaminación por plásticos.
Este hecho ha sido documentado en estudios sobre la biología y conservación de tortugas marinas, que enfatizan la necesidad de medidas de protección específicas para estas especies vulnerables.
Esta incapacidad de retraerse también las hace susceptibles a las lesiones causadas por barcos y redes de pesca. Las colisiones con embarcaciones son una de las principales causas de muerte para las tortugas marinas, especialmente en áreas de alta actividad humana. Además, la pesca incidental, donde las tortugas quedan atrapadas accidentalmente en redes destinadas a otros peces, representa una amenaza significativa para su supervivencia.
La contaminación por plásticos es otra amenaza crítica. A menudo, confunden los desechos plásticos con medusas u otros alimentos, lo que puede causar obstrucciones intestinales y la muerte. Estudios han demostrado que la ingestión de plásticos es un problema creciente que afecta a todas las especies de tortugas marinas.
6. Solo quedan alrededor de 6.5 millones en estado salvaje
Se estima que solo quedan aproximadamente 6.5 millones de tortugas marinas en la naturaleza. Varias especies están catalogadas como en peligro o críticamente en peligro debido a la explotación humana y la destrucción del hábitat. Estos datos han sido corroborados por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el proyecto Olive Ridley.
La Lista Roja de la UICN clasifica a las tortugas marinas en diferentes categorías de riesgo, destacando la grave situación de especies como la tortuga carey y la tortuga lora, que están en peligro crítico de extinción. Su explotación para la obtención de sus huevos, carne y caparazones ha reducido drásticamente sus poblaciones en muchas áreas del mundo.
Programas de protección de nidos, restricciones a la pesca y la creación de áreas marinas protegidas son algunas de las medidas implementadas para ayudar a recuperar las poblaciones de estas especies.
7. Amenazas de la actividad humana
Las tortugas marinas enfrentan múltiples amenazas debido a la actividad humana, desde la pesca a la contaminación plástica. Un estudio de Oceana, es la mayor organización internacional de defensa centrada únicamente en la conservación de los océanos, documentó cuáles son las amenazas que enfrentan y cómo han contribuido significativamente a la disminución de las poblaciones.
Como se dijo, la pesca incidental es una de las principales causas de mortalidad para las tortugas marinas, al quedar capturadas en las redes de arrastre, lo que resulta en ahogamiento y lesiones mortales. La implementación de dispositivos de exclusión de tortugas y otros métodos de pesca más sostenibles es fundamental para reducir esta amenaza.
En cuanto a los plásticos flotantes, las tortugas marinas los confunden con alimento, lo que las intoxica. Además, la contaminación química en los océanos puede afectar la salud y su reproducción. La reducción de desechos plásticos y la limpieza de playas son el primer paso para mitigar este problema.
8. Importancia de las playas de anidación
Las playas de anidación son esenciales para la supervivencia de las tortugas marinas. La destrucción de estos hábitats puede tener consecuencias devastadoras para las poblaciones. Un estudio publicado en Springer Nature mostró que la reducción de la actividad humana en las playas debido a la pandemia de COVID-19 tuvo efectos positivos en la tasa de anidación de las tortugas laúd, al darles un entorno más seguro para anidar.
Las playas de anidación deben estar libres de perturbaciones para que las tortugas puedan depositar sus huevos y para que los neonatos puedan llegar al mar sin problemas. La presencia de luz artificial, construcciones costeras y actividades humanas nocturnas pueden desorientar a las tortugas neonatas y reducir sus posibilidades de supervivencia.
Además, el cambio climático y el aumento del nivel del mar representan amenazas adicionales para las playas de anidación. A medida que los niveles del mar suben, muchas playas se erosionan, y se reduce el espacio disponible para que las tortugas aniden.
9. Contribución a la cadena alimentaria
Las tortugas marinas juegan un importante papel en la cadena alimentaria marina. Proporcionan hábitats móviles para otros organismos, como percebes y algas, que se adhieren a sus caparazones. Este rol ecológico es vital para mantener la biodiversidad y la salud de los ecosistemas marinos, tal como se ha documentado en estudios ecológicos sobre la interacción de especies marinas.
Las tortugas laúd, por ejemplo, se alimentan principalmente de medusas, ayudando a mantener el equilibrio en los ecosistemas marinos. Sin la presencia de estas tortugas, las poblaciones de medusas podrían crecer sin control, afectando negativamente a otros componentes del ecosistema.