Se trata de un sumergible de carga sustentable, sin ningún tipo de emisión hacia el océano. Las flotas funcionan con hidrógeno como combustible, los cuales recolectan microplásticos al mismo tiempo en que transportan entregas. La misión busca eliminar 300 millones de toneladas de carbono y plástico.
Su creador intelectual
Dhruv Boruah es el principal nombre de esta gesta. Fundador y CEO de Oceanways -cuya sede se encuentra en la ciudad norteamericana de Houston-, posee su título de ingeniero y completó un MBA, además de haberse desempeñado como empleado de multinacionales de software y tecnología.
Desde la funcación de Oceanways, se dedica a tiempo completo a luchar contra la contaminación plástica junto con otras 6 personas, que forman parte de la directiva de la empresa , y abarcan áreas de regulaciones, estrategia, comercial, robótica e ingeniería.
El desarrollo del buque
La historia se remonta a agosto del 2017, cuando Boruah comenzó limpiando un canal con su bicicleta en Londres. Para enero del siguiente año, el proyecto obtuvo difusión masiva.
A mediados del 2019, comenzó la capacitación para que empresas emergentes se sumen a colaborar y, a comienzos del 2021, en cooperación con científicos del hidrógeno comenzó la construcción del submarino, formado a partir de material recuperado.
Para febrero del 2023, se constituyó concretamente el objetivo: el segundo de los buques para navegar debajo del océano, con el nombre de Perl/OW004 e ideado para las pruebas marítimas, llevó a cabo su función de forma exitosa en el Océano Atlántico de Florida.
Sus características más importantes
Los submarinos tienen capacidad para funcionar durante 500 kilómetros, a partir de pilas de combustible hidrógeno sin emisiones.
Cuenta con sensores para la navegación, investigación y comunicaciones. De sustentabilidad plena, el casco es de impresión 3D con materiales sostenibles.
Contiene filtros para recolectar microplásticos y microfibras, con una flotabilidad equilibrada.
Aunque el ideario no pasa únicamente por limpiar el interior de las aguas que logre transitar. Este tipo de submarinos puede reconvertir la industria del transporte acuático y naval, dado que al tratarse de unidades de carga, se logra reducir la modalidad habitual de traslado que implica la carbonización. Esto se traduce en una sustitución virtuosa del sistema al poder mitigar progresivamente la cantidad de emisiones de carbono.
Pese a contar con la posibilidad de control manual de emergencia, la autonomía del sumergible es otra clave del proyecto debido a que no transporta personas. Los microplásticos recolectados también tienen un uso, dada la idea de transformar su uso en nuevos botes reutilizables.
El motivo central de por qué son unidades que navegan por debajo de las aguas y no en la superficie responde a que la basura plástica no está por mucho tiempo en la parte superior, porque su descomposición deriva en una división múltiple de plásticos que terminan hundidos en las profundidades del océano.
La única forma de conocer la profundidad óptima para la limpieza es precisamente con una de las propiedades que componen estas naves: los sensores que recopilan información, que son claves en las misiones iniciales emprendidas.
La indagación de datos pasa principalmente por la presión, profundidad, temperatura, niveles de pH, así como también material de audio, video y fotográfico.
Con la finalidad de reunir colaboraciones, Oceanways invita a inversores, profesionales y estudiantes a formar parte del desarrollo. La búsqueda apunta a la gestión administrativa, inteligencia artificial, software, activistas e inversionistas. Es por ello que también todo lo referido a los datos obtenidos son de código abierto para científicos que deseen formar parte.
El emblema es poder proteger la vida del mar y restaurar al océano.