Los incendios que afectaron la zona central de Chile a principios de este mes y que dejaron 132 muertos podrían repetirse en el futuro en un escenario de cambio climático.
El cambio del uso de la tierra, la falta de planificación y la suba promedio global de la temperatura a 2ºC sería el combo perfecto para que esta catástrofe volviera a ocurrir.
Así lo afirma un nuevo estudio de atribución realizado por la World Weather Attribution, una entidad que agrupa a científicos de todo el mundo que analizan los fenómenos y el efecto que tuvo sobre ellos el cambio climático.
El 2 de febrero una serie de incendios forestales se esparcieron con gran rapidez. A pesar de no ser de gran magnitud en comparación con otros incendios forestales en Chile, el fuego destruyó más de 7.000 viviendas y causó la muerte de al menos 132 personas. Decenas de personas siguen desaparecidas. Se trata del incendio forestal más mortífero del mundo desde el de Australia en 2009.
Incluso, a pesar de que el 99% de los incendios forestales en Chile comienzan intencionales, las condiciones debido al manejo del suelo, a la falta de planificación y a la sequía severa que sufre la región a causa del cambio climático desde 2008 exacerban y dificultan el manejo del fuego.
“En las últimas décadas, Chile central ha experimentado un fuerte contraste entre el enfriamiento costero y el calentamiento interior debido al cambio climático. Con un calentamiento actual de 1,2ºC, este complejo patrón de tendencias no se traduce ni en una disminución ni en un aumento de las condiciones meteorológicas superficiales que provocan los incendios forestales. Sin embargo, si el calentamiento alcanza los 2°C, es probable que el clima propenso a los incendios se vuelva más intenso alrededor de Viña del Mar y Valparaíso”, indicó Tomás Carrasco Escaff, investigador del Centro de Investigación en Clima y Resiliencia de la Universidad de Chile.
Ligero enfriamiento
La costa de Chile es uno de los pocos lugares del mundo donde el cambio climático está provocando un ligero descenso medio anual de las temperaturas del aire. Este fenómeno está impulsado por un anticiclón semipermanente en el sureste del Océano Pacífico llamado “Anticiclón del Pacífico Sur”.
El cambio climático está provocando el desplazamiento hacia el sur de este anticiclón, lo que da lugar a vientos del sur más fuertes que empujan aguas profundas y frías hacia la costa de Chile. Estas aguas frías sustituyen a las aguas cálidas superficiales en un proceso denominado “afloramiento”, que provoca bajas temperaturas a lo largo de la costa, a diferencia del interior de Chile y del resto de Sudamérica.
“Sin embargo, al analizar lo que ocurriría con un mayor calentamiento global, los modelos muestran una señal significativa de cambio climático. Los resultados indican que, a pesar de la tendencia al enfriamiento a lo largo de la costa, es probable que el calentamiento global aumente el riesgo de incendios en la zona central de Chile si el calentamiento alcanza los 2ºC. Esta señal es más prominente en el interior, donde las temperaturas medias anuales del aire están aumentando rápidamente”, explicaron los 20 expertos que realizaron el estudio que incluyó a científicos de universidades y agencias meteorológicas de Chile, Brasil, Colombia, Países Bajos, Alemania, Suecia y Reino Unido.
Además, el estudio pone de relieve los éxitos y fracasos de la prevención de incendios forestales en la región afectada. Villa Botania, una pequeña localidad cercana a Quilpué, se vio rodeada por las llamas, pero apenas sufrió daños gracias a un proyecto comunitario para plantar vegetación resistente al fuego y crear cortafuegos. Los investigadores afirman que las comunidades de riesgo, sobre todo en las zonas de contacto entre el campo y la ciudad, deberían emprender iniciativas similares.
Para los investigadores se puede ver claramente la intervención humana en las condiciones potenciales de que estos fenómenos se exacerben: “La expansión de la industria forestal ha llevado al establecimiento de monocultivos de especies como el pino y eliminación de barreras naturales que permitían mejor control de este tipo de incendios. La expansión de áreas de interfaz urbano forestal y el crecimiento de asentamientos informales en esas zonas son parte de las causas que han creado estas condiciones”, agregó Santos. Incluso recordó que los incendios más devastadores ocurrieron en áreas donde la planificación urbana era inadecuada.
“Polvorines inflamables”
Friederike Otto, profesora Titular de Ciencias del Grantham Institute - Environment and Climate Change, del Imperial College de Londres destacó la multicausalidad de estos eventos: “”Independientemente del cambio climático, la costa de Chile central es increíblemente vulnerable a los incendios forestales. Los incendios deberían servir de advertencia para todas las regiones del mundo propensas a sufrirlos, pero también de ejemplo de la capacidad de las autoridades locales para salvar vidas y medios de subsistencia con una buena gestión de los incendios. Si el mundo sigue quemando combustibles fósiles, el cambio climático seguirá convirtiendo muchos de los bosques del planeta en polvorines altamente inflamables”.
En el mismo sentido, el año pasado la revista Nature publicó un informe sobre el cóctel explosivo que significa en esa región e incluso en América del Sur: “El aumento de las temperaturas y las sequías prolongadas favorecen las condiciones propicias para la propagación de los incendios y aumentan su intensidad.
La alteración de los regímenes de precipitaciones como consecuencia del cambio climático agrava las condiciones de sequía, intensificando el riesgo de incendios. El aumento de la probabilidad y complejidad de los siniestros de incendios complica actualmente los esfuerzos para controlarlos.”, sostiene la publicación.
Respecto de la plantación de pinos y eucaliptos, esa investigación sostiene: “En la zona sur central de Chile las plantaciones forestales exóticas alcanzaban las 520.000 hectáreas para 2017, y las 450.000 hectáreas para para 2023″.
Maisa Rojas Corradi, Ministra de Medio Ambiente de Chile y coautora del estudio: “Es sumamente útil comprender que para prepararnos mejor para el riesgo de incendios forestales en la zona central de Chile debemos abordar el cambio en el uso del suelo para disminuir nuestra vulnerabilidad a las condiciones meteorológicas propensas a los incendios, que no harán más que aumentar con el cambio climático”.