Se podría esperar que fuera constante el efecto del aumento de la concentración de dióxido de carbono (CO2) atmosférico sobre la temperatura media global del aire en la superficie. Sin embargo, en un estudio, científicos de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami descubrieron un aspecto nuevo y sorprendente del papel del dióxido de carbono en el cambio climático.
Publicada en la prestigiosa revista Science, los hallazgos del equipo sugieren un mecanismo de retroalimentación preocupante en el que el dióxido de carbono se vuelve cada vez más eficaz como gas de efecto invernadero a medida que se libera más a la atmósfera.
“Nuestro hallazgo significa que a medida que el clima responde al aumento del dióxido de carbono, él mismo se convierte en un gas de efecto invernadero más potente”, explicó el autor principal del estudio Brian Soden, profesor de ciencias atmosféricas en la Escuela Rosenstiel. Es una confirmación más de que las emisiones de carbono deben frenarse lo antes posible para evitar los impactos más graves del cambio climático”.
Empleando modelos climáticos avanzados, los investigadores analizaron el impacto del aumento de los niveles de CO2 en la estratosfera. Tradicionalmente se entiende que ésta se enfría al aumentar el CO2. Sin embargo, este estudio reveló que este enfriamiento mejora el efecto de captura de calor de los aumentos posteriores de CO2, amplificando su potencial de impacto invernadero.
Un aspecto crítico de esta investigación involucra el concepto de forzamiento radiativo: la cantidad de calor atrapado en la atmósfera debido al CO2, que antes se pensaba que era constante, exhibe lo contrario. “Este nuevo hallazgo muestra que el forzamiento radiativo no es constante, sino que cambia a medida que el clima responde a los aumentos de dióxido de carbono”, dijo Ryan Kramer, científico físico del Laboratorio de Dinámica de Fluidos Geofísicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y ex alumno del Escuela Rosenstiel.
La investigación se llevó a cabo utilizando un conjunto completo de simulaciones de modelos climáticos de los Proyectos de Intercomparación de Modelos Acoplados (CMIP), respaldados por las evaluaciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Para reforzar sus hallazgos, el equipo también realizó extensos cálculos de flujo radiativo fuera de línea con modelos analíticos y de transferencia radiativa de alta precisión.
Es bien conocido el papel del dióxido de carbono en el calentamiento global, principalmente a través de la retención de calor. Pero este estudio arroja nueva luz sobre el asunto.
“Los futuros aumentos de CO2 producirán un efecto de calentamiento más potente sobre el clima que el equivalente del pasado. Esta nueva comprensión tiene consecuencias significativas para interpretar los cambios climáticos pasados y futuros e implica que los climas con alto contenido de CO2 pueden ser intrínsecamente más sensibles que los climas con presencia baja de la sustancia” expresó Haozhe H, autor principal del estudio.
En resumen, este descubrimiento es una adición crucial a nuestra comprensión del cambio climático. Reveló el creciente impacto del dióxido de carbono como gas de efecto invernadero y también subrayó la urgencia de frenar las emisiones de carbono para mitigar los impactos más severos del cambio climático.
*Haozhe He es graduado de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y Terrestres, Universidad de Miami. Dirección actual: Instituto Ambiental High Meadows, Universidad de Princeton, Princeton, Nueva Jersey, EE. UU.
*La información contenida en este artículo periodístico se desprende de la investigación denominada “Dependencia estatal del forzamiento de CO 2 y sus implicaciones para la sensibilidad climática” de la que Haozhe Él es autor principal y correspondiente. El estudio también lo llevaron adelante Ryan J. Kramer, científico físico del Laboratorio de Dinámica de Fluidos Geofísicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y ex alumno del Escuela Rosenstiel, Brian J. Soden,profesor de Ciencias Atmosféricas de la Escuela Rosenstiel y Nadir Jeevanjee del Laboratorio de dinámica de fluidos geofísicos, Princeton, Nueva Jersey, EE. UU. Asimismo, se usó como fuente la nota publicada en News and Events de la Escuela Rosentiel.