El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dirigido por el argentino Rafael Grossi, lleva adelante la iniciativa TECnología NUclear para el Control de la Contaminación por Plásticos (NUTEC Plastics). La Argentina se sumará al proyecto a través de la toma de muestras, realizar análisis y generar conocimiento sobre la presencia de microplásticos en la Antártida.
Para poner en marcha un programa de cooperación entre la OIEA y la Argentina, Grossi y el Presidente Javier Milei viajan a las bases Marambio y Esperanza, en la Antártida Argentina.
El programa intenta detectar la presencia de microplásticos en ese sector de la Antártida, un problema que se ha incrementado en todo el planeta.
Con el aumento de la producción de plásticos desde 1950, también creció la contaminación por su uso y su descarte y pasó a ser una amenaza para la salud de las personas y los ecosistemas, incluyendo los océanos. Se ha descubierto que los microplásticos, que son plásticos descompuestos en partículas muy pequeñas, se acumulan en diversos entornos marinos.
Grossi explicó días atrás que el objetivo del programa es “la identificación de la cantidad de microplásticos o nanoplásticos que hay en el agua” del lugar. El funcionario contó que le había propuesto al Gobierno anterior unir esfuerzos para hacer una misión científica en la Antártida.
En octubre de 2022, se había firmado un memorando de entendimiento entre la OIEA y la Argentina. Ahora, el acuerdo se pondrá en marcha oficialmente durante el anunciado viaje al continente blanco.
Desde el organismo internacional, la iniciativa NUTEC Plastics busca ayudar a los países para que aprovechen las técnicas de radiación respetuosas con el ambiente para reciclar plástico y para que utilicen el rastreo isotópico que sirve para comprender mejor el problema de la contaminación marina por microplásticos.
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) participa en la iniciativa NUTEC Plastics. Argentina es uno de los 30 países que desarrollan tecnologías nucleares para reciclaje de residuos plásticos y lidera en América Latina un proyecto de irradiación de polímeros naturales y sintéticos.
“La irradiación —explicó la CNEA— sirve para tratar los plásticos descartados y mejorar sus propiedades para que puedan ser reutilizados y obtener nuevos productos. De esta manera, se amplía el potencial de reciclaje actual. Por otra parte, la ciencia nuclear también sirve para monitorear los plásticos en los océanos”.
En otros sectores de la Antártida, ya se han encontrado pruebas de la presencia de microplásticos. Se conoció a través de un estudio realizado por científicos de la Universidad de Canterbury, de Nueva Zelanda. Fue publicado en 2022 por la revista The Cryosphere de la Unión Europea de Geociencias.
Los investigadores neozelandeses recolectaron muestras de nieve en 19 lugares de la región de la isla de Ross, en la Antártida. Se aislaron las partículas microplásticas sospechosas y se confirmó su composición mediante espectroscopia infrarroja.
“Se identificaron microplásticos en todas las muestras de nieve antártica con una concentración media de 29 partículas L-1, siendo las fibras el morfotipo más común y el tereftalato de polietileno (PET) el polímero más común”, escribieron los autores.
Para identificar de dónde venían los microplásticos, los investigadores realizaron trayectorias de masas de aire hacia atrás desde el momento del muestreo. Descubrieron que hubo un transporte potencial a larga distancia de hasta 6.000 kilómetros.
“También se identificaron fuentes locales como posibles entradas en el ambiente, ya que los polímeros identificados coincidían con los utilizados en la ropa y el equipo de las estaciones de investigación cercanas. Este estudio se suma a la creciente bibliografía sobre los microplásticos como contaminantes omnipresentes en el aire y establece su presencia en la Antártida”, afirmaron.
Hasta el momento, según la OIEA, 63 países ya se han sumado a participar en la monitorización marina de los microplásticos y 30 países de todo el mundo están desarrollando innovadoras tecnologías de reciclaje.
“La ciencia y la tecnología nucleares pueden desempeñar una función primordial en ambos frentes. La irradiación se puede utilizar para tratar los plásticos existentes y volverlos aptos para su reutilización —lo cual amplía el potencial del reciclaje actual y posibilita una reutilización mayor y de más valor— y, por su parte, la ciencia nuclear se utiliza para detectar, rastrear y monitorizar los plásticos en el océano, en particular los microplásticos”, explicó la OIEA en su página web.
Su iniciativa persigue dotar laboratorios de todo el mundo de la tecnología y los conocimientos técnicos necesarios para tomar muestras marinas de microplásticos en los océanos y analizarlas, así como posibilitar la elaboración de informes sobre el Objetivo 14 de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Este objetivo consiste en “conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos”.
Los laboratorios formarán parte de una red de laboratorios de monitorización de NUTEC Plastics, cuyo cometido será apoyar la armonización de protocolos de muestreo y análisis y el intercambio de experiencias, prácticas óptimas y datos sobre la contaminación marina por microplásticos.
Hasta el momento, con apoyo de OIEA, se han equipado a 21 laboratorios en capacidades básicas para la toma de muestras, cinco laboratorios cuentan con capacidades intermedias de muestreo y recuento (en Colombia, Filipinas, el Japón, el Pakistán y Tailandia), siete se han señalado como laboratorios con capacidades avanzadas (en Belice, el Brasil, Chile, China, el Ecuador, los Emiratos Árabes Unidos y Panamá) y dos laboratorios (en Australia y Kuwait) han sido nombrados centros de referencia regionales.
En América Latina y el Caribe, la Red de Investigación de Estresores Marinos – Costeros en Latinoamérica y el Caribe (REMARCO) ha finalizado los protocolos armonizados de muestreo y análisis de microplásticos. Esos protocolos se están transfiriendo a países de la región mediante actividades de capacitación y a través de su aplicación en programas nacionales de monitorización de microplásticos.