La industria petrolera está nerviosa. Aunque no ha avanzado mucho la redacción del documento final de la COP28 que se celebra en Dubai, se filtró una carta en la que piden a 13 miembros de la OPEP rechazar cualquier acuerdo que se esté negociando en la cumbre que se centre en los combustibles fósiles en lugar de las emisiones de gases de efecto invernadero. Recordemos que en este encuentro de la ONU todo debe definirse por consenso. Algo que parece difícil cuando quedan sólo cuatro días de negociaciones.
“Parece que la presión indebida y desproporcionada contra los combustibles fósiles puede alcanzar un punto de inflexión con consecuencias irreversibles, ya que el proyecto de decisión todavía contiene opciones sobre la eliminación gradual de los combustibles fósiles”, dice la carta firmada por el secretario general de la OPEP, Haitham Al Ghais, dirigida a los representantes de como Emiratos Árabes Unidos, que preside la conferencia climática, Irak, Irán o Arabia Saudita.
La misiva aparece luego de que se conociera un nuevo borrador del texto del Balance Global o Global Stocktake (GST) en el que se darán recomendaciones a los países aquí presentes las acciones que deben implementar para frenar la suba de la temperatura media global en 1.5ºC, tal como lo establece el Acuerdo de París.
Lo que teme la OPEP y otros países es que esta reunión termine con un verdadero punto de inflexión respecto del uso de los combustibles fósiles como base de las economías. En los textos figuran aún varias opciones, pero las más importantes se debaten entre prohibir o eliminar gradualmente el petróleo, el gas y el carbón.
Las respuestas al mensaje de la OPEP no tardaron en aparecer, incluso hubo una manifestación en el pabellón que la organización tiene en este inmenso predio del tamaño del Central Park de Nueva York. “En mi opinión, creo que es bastante nauseabundo lo que están haciendo los países de la OPEP, presionando para retrasar las cosas”, declaró Teresa Ribera, ministra de Ambiente de España, que representa a la presidencia española de la Unión Europea (UE) en las negociaciones climáticas.
“No estamos hablando de eliminar los combustibles fósiles mañana, pero a menos que creemos las condiciones para reducirlos, de forma que vayamos a su eliminación, no sucederá” la transición energética, insistió la ministra.
“No todo el mundo está participando de manera constructiva y eso me inquieta”, dijo por su parte la enviada especial para el clima de Alemania, Jennifer Morgan. La UE impulsa la fórmula de eliminación de los fósiles y la iniciativa de triplicar la inversión en energías renovables a 2030 que ya cuenta con 123 países firmantes, entre ellos la Argentina.
John M. Silk, Ministro de Recursos Naturales y Comercio de las Islas Marshall, respondió a los petroleros con otra carta: “No nos iremos en silencio a la tumba. Por lo tanto, no podemos aceptar ni aceptaremos un resultado de esta COP que no nos encamine hacia un futuro que se mantenga dentro del límite de temperatura de 1,5ºC y que conduzca a un mundo más resiliente. No hay respuesta más pragmática a la crisis climática que la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y la inversión en un mundo justo. Si utilizamos esta COP como una oportunidad para encontrar lagunas que sirvan a los intereses de unos pocos por encima de las necesidades de la mayoría, la historia nos juzgará.”
Mientras ocurre este cruce de mensajes, se conoció ayer un estudio, publicado en Nature, que alerta a los países petroleros que no quieren abandonar el modelo de producción y consumo que nos trajo hasta acá. Y los escenarios son pesimistas. El informe, titulado Mercury Rising: the economic impact of climate change on the Arabian Peninsula, fue dirigido por Marina Andrijevic, economista del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados de Viena.
Las estimaciones muestran que si el aumento de la temperatura global alcanza los 3ºC a finales de siglo (con los compromisos actuales de los países la temperatura subiría 2.7ºC), los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita se enfrentarán a una reducción del crecimiento económico del -72% en comparación con un escenario sin cambio climático.
Mientras que el conjunto de los países del Golfo Pérsico sufrirá un descenso medio del PBI del 69% si el calentamiento alcanza los 3ºC en 2100.
“Incluso si los países mantienen el aumento de la temperatura global en 1,5ºC, como se establece en el Acuerdo de París, estos países se enfrentan a una reducción media del crecimiento del PBI del -8,2% en 2050 y del -36% en 2100.”, indica el reporte.
“El análisis muestra el grave perjuicio económico que supondrá para la vida en la Península Arábiga que las temperaturas sigan subiendo en una región ya de por sí abrasadora. Es una trágica ironía que gran parte de este calentamiento global esté causado por el petróleo y el gas quemados en esta misma parte del mundo.”, dijo Andrijevic.
El informe también muestra que los países de la región tienen algunas de las emisiones per cápita más altas del planeta, incluso antes de tener en cuenta las grandes cantidades de combustibles fósiles creados en estos países.
El residente medio de EAU, país anfitrión de la COP28, es responsable de 25,8 toneladas de CO2 al año. Es decir, 645 veces más que el habitante promedio de la República Democrática del Congo, cuyas emisiones de CO2 per cápita son de 0,04 toneladas.
“Los combustibles fósiles están inextricablemente ligados a la crisis climática y, mientras no se eliminen, más calentamiento global veremos y más sufrimiento climático habrá. La región del Golfo es muy vulnerable a los efectos del cambio climático y se enfrentará a graves problemas climáticos si las temperaturas siguen subiendo”, dijo Joanna Haigh, ex catedrática de Física Atmosférica del Imperial College de Londres.
.