El presupuesto de carbono restante (RCB) es la cantidad neta de dióxido de carbono (CO2) que los humanos aún pueden emitir manteniendo el calentamiento global por debajo de un límite determinado, teniendo en cuenta el efecto de otros factores climáticos antropogénicos. El concepto es clave al considerar la velocidad de descarbonización necesaria para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global muy por debajo de los 2 °C en relación con los niveles preindustriales y proseguir los esfuerzos para limitarlo a menos de 1,5 °C.
Ahora un estudio dirigido por investigadores del Imperial College de Londres y que acaba de ser publicado en Nature Climate Change, se convierte en el análisis más actualizado y completo del presupuesto global de carbono, una estimación de la cantidad de emisiones que se pueden contemplar manteniendo el calentamiento global por debajo de ciertos límites de temperatura.
El Acuerdo de París tiene como objetivo limitar el aumento de la temperatura global y proseguir esfuerzos para limitarlo a 1,5°C. El presupuesto de carbono restante se utiliza comúnmente para evaluar el progreso global con respecto a estos objetivos.
El nuevo estudio estima que para un 50% de posibilidades de limitar el calentamiento a 1,5°C, quedan menos de 250 gigatoneladas de dióxido de carbono en el presupuesto global.
Los investigadores advierten que si las emisiones de dióxido de carbono se mantienen en los niveles de 2022 de aproximadamente 40 gigatoneladas por año, el presupuesto permitido se agotará alrededor de 2029, comprometiendo al mundo a un calentamiento de 1,5°C por encima de los niveles preindustriales.
El hallazgo significa que el presupuesto es menor de lo calculado anteriormente y se ha reducido aproximadamente a la mitad desde 2020 debido al aumento continuo de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, causadas principalmente por la quema de combustibles fósiles, así como a una estimación mejorada del efecto de enfriamiento de los aerosoles, que siguen disminuyendo a nivel mundial debido a las medidas para mejorar la calidad del aire y reducir las emisiones.
Sin retorno
“Nuestro hallazgo confirma lo que ya sabemos: no estamos haciendo lo suficiente para mantener el calentamiento por debajo de 1,5°C -explicó Robin Lamboll, investigador del Centro de Política Ambiental del Imperial College de Londres y autor principal del estudio-. El presupuesto restante es ahora tan pequeño que cambios menores en nuestra comprensión del mundo pueden resultar en grandes cambios proporcionales en el presupuesto. Sin embargo, las estimaciones apuntan a menos de una década de emisiones a los niveles actuales. La falta de progreso en la reducción de emanaciones significa que podemos confirmar que la ventana para mantener el calentamiento a niveles seguros se está cerrando rápidamente”.
“Esta actualización del presupuesto de carbono es esperada y totalmente consistente con el último Informe Climático de la ONU -completó el profesor Joeri Rogelj, director de investigación del Instituto Grantham y profesor de ciencia y política climática en el Centro de Política Ambiental del Imperial College de Londres-. Ese informe de 2021 ya destacaba que había una probabilidad entre tres de que el presupuesto de carbono restante para 1,5°C pudiera ser tan pequeño como informa ahora nuestro estudio. Esto muestra la importancia de no simplemente observar las estimaciones centrales, sino también considerar la incertidumbre que las rodea”.
El documento también encontró que el presupuesto de carbono para un 50% de posibilidades de limitar el calentamiento a 2°C es de aproximadamente 1.200 gigatoneladas, lo que significa que si las emisiones de dióxido de carbono continúan en los niveles actuales, el presupuesto central de 2°C se agotará en 2046.
Ha habido mucha incertidumbre en este cálculo debido a la influencia de otros factores, incluido el calentamiento provocado por gases distintos del dióxido de carbono y los efectos continuos de las emisiones que no se tienen en cuenta en los modelos.
La nueva investigación utilizó un conjunto de datos actualizado y modelos climáticos mejorados en comparación con otras estimaciones recientes, caracterizando estas incertidumbres y aumentando la confianza en torno a las estimaciones restantes del presupuesto de carbono.
La metodología fortalecida también brindó nuevos conocimientos sobre la importancia de las posibles respuestas del sistema climático para lograr el cero neto, que se refiere a alcanzar un equilibrio general entre las emisiones globales producidas y las eliminadas de la atmósfera.
Según los resultados del modelado del estudio, todavía existen grandes incertidumbres sobre la forma en que responderán varias partes del sistema climático en los años previos a que se alcance el cero neto. Es posible que el clima continúe calentándose debido a efectos como el derretimiento del hielo, la liberación de metano y cambios en la circulación oceánica. Sin embargo, los sumideros de carbono, como el aumento del crecimiento de la vegetación, también podrían absorber grandes cantidades de dióxido de carbono, lo que provocaría un enfriamiento de las temperaturas globales antes de que se alcance el cero neto.
Lamboll dice que estas incertidumbres resaltan aún más la urgente necesidad de reducir rápidamente las emisiones. “En esta etapa, nuestra mejor suposición es que el calentamiento y el enfriamiento opuestos aproximadamente se cancelarán entre sí después de que alcancemos el cero neto. Sin embargo, sólo cuando reduzcamos las emisiones y nos acerquemos al cero neto podremos ver cómo serán los ajustes de calefacción y refrigeración a largo plazo. Cada fracción de grado de calentamiento hará la vida más difícil para las personas y los ecosistemas. Este estudio es una advertencia más de la comunidad científica. Ahora corresponde a los gobiernos actuar”, concluyó.