Cuando se habla de cambio climático se suele considerar que sólo consiste en el calentamiento de la atmósfera, cuyas consecuencias afectan principalmente a las regiones terrestres. Sin embargo, esta es una visión centrada en el ser humano y no va lo suficientemente lejos. Este punto de vista pasa por alto el hecho de que los océanos también se ven fuertemente afectados por el cambio climático. No sólo absorben una gran parte del calor extra que genera la mayor concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, sino que también absorben alrededor de un tercio de las emisiones de CO2 de origen humano de la atmósfera.
Esta absorción de CO2 provoca que los océanos se acidifiquen, con importantes consecuencias para la vida marina. “A pesar de estos profundos cambios, muchas personas no son conscientes de lo que está sucediendo en nuestros océanos”, afirma Nicolás Gruber, profesor de Física Ambiental en la ETH Zurich. El investigador junto a su equipo quieren cambiar esa visión haciendo visibles los cambios ambientales.
La respuesta de los investigadores fue crear una herramienta que permite identificar franjas de acidificación, una propuesta gráfica basada en la web que representa ese fenómeno en diferentes regiones oceánicas a lo largo del tiempo de una manera intuitiva utilizando franjas codificadas por colores. El formato y el aspecto de las franjas de acidificación se inspiran deliberadamente en las ya conocidas franjas de temperatura o climáticas del científico británico Ed Hawkins.
“Nuestro objetivo fue hacer más visible la acidificación de los océanos y crear conciencia de que este cambio medioambiental es otra consecuencia importante de las emisiones antropogénicas de CO2, junto con el calentamiento atmosférico”, explica Gruber.
Un proceso estresante
Cuando el CO2 se disuelve en el agua, se forma ácido carbónico. Esta acidifica el mar provocando que el valor del pH baje. Una parte del ácido carbónico reacciona con los iones de carbonato disueltos en el agua de mar, generando una disminución del estado de saturación del agua de mar con respecto a minerales carbonato como la aragonita, el material de construcción de los corales.
Ambos procesos químicos son particularmente dañinos para aquellos organismos marinos que dependen de conchas calcáreas construidas a partir de minerales carbonatados, incluidas varias especies de plancton, mejillones y corales. “Dado que estos organismos suelen estar en la base de la cadena alimentaria, son fundamentales para muchos ecosistemas marinos y, por tanto, también relevantes para nosotros, los humanos”, afirma Gruber.
El nuevo generador de tiras ETH es de libre acceso y permite a los usuarios visualizar el cambio en la acidez (pH) o la saturación de aragonito en más de 60 regiones. Por ejemplo, cualquier persona interesada en el grado de acidificación del océano en su destino de vacaciones puede seleccionar la región oceánica correspondiente y generar él mismo las franjas de acidificación.
La base científica para la visualización es un conjunto de datos basado en observaciones sobre la acidificación de los océanos llamado OceanSODA-ETHZ. Cubre casi todas las regiones oceánicas durante los últimos cuarenta años (1982 a 2021). OceanSODA-ETHZ fue creado en 2021 por el investigador postdoctoral de Gruber, Luke Gregor, quien combinó mediciones de barcos y datos satelitales mediante aprendizaje automático.
Con este conjunto de datos basado en observaciones, el equipo de Gruber ahora ha podido investigar las tendencias y los impulsores de la acidificación. En su estudio publicado en Global Biogeochemical Cycles, los investigadores utilizaron estos datos para mostrar por primera vez cómo se ha desarrollado la acidificación de los océanos en todo el mundo en las últimas décadas.
El primer autor, Danling Ma, sostuvo que: “Está demostrado que los océanos absorben CO2 de la atmósfera y se acidifican. Pero hasta ahora las observaciones no han confirmado suficientemente un aumento a nivel mundial”. Los investigadores ahora han cerrado esta brecha. “Nuestros resultados confirman que el pH y la saturación de aragonita han disminuido en todo el océano global y que estas tendencias se deben principalmente al aumento del carbono inorgánico disuelto absorbido de la atmósfera”, concluye Ma.